Los hombres tristes no bailan en pareja
20/3/2018
Los hombres tristes ahuyentan a los
pájaros.
Hasta sus frentes pensativas bajan
las nubes
y se rompen en fina lluvia opaca.
Las flores agonizan
en los jardines de los hombes tristes.
Sus precipicios tientan a la muerte.
En cambio,
las mujeres que en una mujer hay
nacen a un tiempo todas
ante los ojos tristes de los tristes.
La mujer-cántaro abre otra vez su vientre
y le ofrece su leche redentora.
La mujer niña besa fervorosa
sus manos paternales de viudo desolado.
La de andar silencioso por la casa
lustra sus horas negras y remienda
los agujeros todos de su pecho.
Otra hay que al triste presta sus dos
manos
como si fueran alas.
Pero los hombres tristes son sordos a sus
músicas.
No hay pues mujer más sola,
más tristemente sola,
que la que quiere amar a un hombre triste.