A aquellos que pretenden desacreditar los altos principios humanistas que distinguen a la Revolución cubana, les recomendamos que se acerquen a la vida y obra de Eusebio Leal Spengler, el bien amado Historiador de La Habana. Además de su inigualable capacidad para deslumbrar por la amplitud de sus conocimientos enciclopédicos en torno a la Historia de la capital de todos los cubanos, Eusebio conocía en detalle la vida de los héroes y mártires de nuestras luchas independentistas, en especial la del apóstol José Martí. Quedarse ensimismado por sus improvisaciones en torno al Héroe Nacional, representaba adentrarse en la historia viva de la patria y, a la vez, atestiguar un apasionado testamento del amor a ratificar la vigencia de la prédica martiana en nuestro tiempo.

Bendecido por el don de la oratoria, cada frase, cada palabra salida del corazón de Eusebio Leal, más que conformar la estructura de un honorable discurso en su memoria, era la profunda repercusión de esa impronta martiana y fidelista en el amor por todos los cubanos. Un ser humano de la dimensión ética de Eusebio Leal, tiene el mérito de haber contribuido durante el transcurso de estos largos años, a la consolidación de nuestros principios revolucionarios; basados en elevados valores morales del desarrollo humano, de los cuales somos dignos depositarios como pueblo.

Descanse en paz, maestro querido, con la certeza de que el épico batallar de su obra ha quedado como relevante eslabón de nuestras vidas, por el empeño de alcanzar un destino mejor para todos.