¡Qué tres patas para un piano!
24/7/2020
Artemisa, Cuba. Muchos sentimientos o sensaciones pueden producirse alrededor de la risa. Desde el terror que provoca el Guasón de Batman con su fatal carcajada, hasta la sonrisa de ternura que asoma cuando vemos a una pareja de ancianos que caminan por el parque tomados de la mano.
Sobre el humor se ha insistido en su capacidad sanadora y su facilidad para oxigenar la vida.
Quizás por eso la Galería de Arte Angerona, en Artemisa, apostó por la expresión gráfica de este arte, pero en este caso, haciendo gala de la responsabilidad que nos caracteriza, nos propone un Humor con nasobuco.
—¡Qué tres patas para un piano!— habría dicho mi abuela. Tres nombres consagrados del humorismo gráfico en nuestro país, tres talentosos artistas que desde casa también aportaron su mirada a la pandemia reciente, sus consecuencias y la manera de asumirla.
Dos de ellos, Brady Izquierdo y Ángel Boligán, con raíces en Artemisa y otro, Arístides Hernández (ARES), desde La Habana para recordarnos que es hacia este territorio hacia donde aún señalan todos los caminos de la campaña epidemiológica.
Una mezcla de experiencia y creatividad que nos devela ese tipo de sonrisa que se acompaña de la reflexión y nos hace despertar otra mirada de los fenómenos cotidianos.
Apropiaciones, reinterpretaciones, guiños intertextuales, la sátira política y una suerte de pasarela para la sugestión inteligente resulta Humor con nasobuco.
Cada artista con su apreciación y su sello discursa en la alerta, en la manipulación mediática, en la reacción de los gobiernos y estructuras del poder, en la conducta de la sociedad, en las disyuntivas que pone ante nosotros ese organismo diminuto que ha puesto al mundo en jaque en poco tiempo y ante el cual se impone la necesidad de pensar antes de actuar.
su arte para los profesionales de la salud, que arriesgan sus vidas y dedican su tiempo a esta cruzada por la sobrevivencia de la humanidad.
La invitación a la risa de esta exposición con curaduría de otro joven artista, Denys San Jorge Rodríguez, nos deja el sabor de la gratitud al mismo tiempo que nos recuerda nuestra responsabilidad con el medio ambiente.
Todo incluido y al alcance del disfrute en la galería Angerona donde una vez más la calidad de lo que se exhibe no es asintomática y la prueba del talento dio positivo para los tres artistas sospechosos de no quedarse de brazos cruzados ante la pandemia.