Los pasados sábado 29 de febrero y domingo 1ro. de marzo —mientras muchos sugerían salsa para aderezar la noche— la sala Tito Junco del Centro Cultural Bertolt Brecht fue escenario de un espectáculo que reenfocó y marcó la noche habanera. This is my concept 2020 es un evento danzario en el que coinciden representantes de distintas formaciones para poner en alto los valores de los bailes urbanos y de academia en Cuba. La competencia se realiza a modo de batalla y en esta edición —la segunda— varias compañías de danza contemporánea prestaron sus mejores intérpretes y directores para juzgar el talento, la limpieza, la musicalidad, la originalidad y el concepto artístico que cada uno de los veintidós participantes defendió en el ring.

Durante la primera noche más de quinientas personas disfrutaron de un programa, organizado con excelencia, en el que se mostraron al público las habilidades de todos los competidores. Al terminar la velada, el jurado decidió que solo dieciséis de los muchachos pasarían a la próxima ronda la noche siguiente. Ya el domingo los bailarines hicieron gala de sus destrezas a modo de duelo ante la admiración de los jueces y el furor que provocaron a quienes asistieron. Al fin, después de empates, segundos rounds, risas y ovaciones cerradas DadaTwin se llevó a casa el trofeo y el respeto de las —otra vez allí reunidas— más de quinientas personas que lo vieron bailar.

This is my concept surgió como proyecto a partir de las experiencias de vida de dos jóvenes b-boys —bailarines urbanos de break dance— que sufrieron los límites bien marcados por tradición entre quienes bailan en las calles y quienes se forman en academias. Javier Peláez (Tulio) y Miguel Álvarez (Migue) creen firmemente que fusionar los estilos, sacar a los bailarines de sus zonas de confort y experimentar el todos contra/junto a todos puede desdibujar la línea que divide la danza en Cuba hoy. Para ello crearon This is my concept: para que, tanto quienes la practican como quienes la aprecian, la conciban como un espacio único donde todas las maneras de hacer sean válidas.

Tulio comentó para La Jiribilla:

Lo que intentamos lograr con este proyecto es crear un lugar en el cual prime el respeto mutuo entre bailarines de la calle y de la academia. This is my concept separa a los danzantes de sus contextos habituales, por ejemplo: al bailarín de academia lo sitúa en una batalla en la que la fuerza y la intención de los movimientos deben estar muy presentes, más allá de los tecnicismos; al bailarín de la calle lo obliga a perfeccionarse a sí mismo, a buscar una calidad interpretativa y técnica mayor. El concurso representa un in between ambos mundos, un espacio cómodo y, a la vez, un reto.

Los planes de Miguel y Tulio son ambiciosos, claro, como lo son todos los de los proyectos recién nacidos; sin embargo, a solo un año de creado el evento ha adquirido dimensiones de gigante. Entonces los planes, ambiciosos, sí; alcanzables, por supuesto. This is my concept planea sedimentar su obra a través de la formación de The Concept, que será la primera compañía danzaria de hip-hop en Cuba y que cuenta ya con el apoyo del Centro de Danza de La Habana —institución a la que pertenecerá la compañía una vez solidificada— y la Asociación Hermanos Saíz. Para el evento y sus futuras ediciones se cocinan otras ideas. Miguel y Tulio comentaron:

Queremos, ante todo, hacer la próxima edición en un lugar más grande. Este sitio nos funcionó bien en cuestiones de montaje, pero el espacio se agotó muy pronto por la cantidad tan grande de público asistente. Luego, nos gustaría que el concurso fuera más allá de La Habana; planeamos, a corto plazo, que próximamente se pueda hacer a nivel nacional y, más adelante, a nivel internacional. Esto último sería convertir This is my concept en un festival que dure siete días, en el que se impartan conferencias, talleres, clases magistrales, se compita y se intercambie con bailarines de todas partes del mundo.

Comenzó y terminó la segunda edición de This is my concept 2020 con la alegría de saber que se puede convertir la danza en un espacio de entendimiento mutuo, en el que se reconozcan las mismas pasiones a través de estilos distintos. La cultura cubana crece cuando se visibiliza el interés y el logro de que la danza del barrio y la de escuela sean una sola.