Se cumplen 78 años de publicada la fotografía que acompaña estos apuntes, tomada de la edición del 1ro. de febrero de 1942 de la revista Carteles y el texto dice: “El ilustre escritor Alejo Carpentier, autor de Los dramas de la guerra, que han alcanzado un éxito ruidoso entre los radioyentes de Cuba y en el extranjero”.
Así que Carpentier autor radiofónico. Por supuesto que no es noticia. Cuantos conocen la obra del gran escritor cubano saben que la radio no le fue ajena. Pero de todos modos, no es esta una de sus facetas más conocidas.
La radio, establecida en Cuba en 1922, y sin la competencia aún de la televisión, era la gran acompañante de la familia en el hogar. Publicidad comercial, noticias, entrevistas, conocimientos, música, novelas, entretenimiento, deportes, política, todo entraba a los hogares a través de las ondas radiales. De ahí que los actores y sus voces devinieran familiares cercanos al cubano, que los horarios de los programas fueran esperados y los capítulos de las series, comentados por la ciudadanía.
De la fecha de la fotografía se desprende que Carpentier tiene 37 años. Se trata de un rostro joven en una imagen no tan reproducida. En Francia escribió y dirigió programas radiales, pero ha regresado de Europa y es la suya una firma bien conocida en la prensa cubana. Se ha casado con Lilia Esteban Hierro y la Agrupación de la Crónica Radial Impresa (ACRI) lo selecciona como el autor dramático más destacado del año, en lo cual mucho tiene que ver la aceptación de Los dramas de la guerra.
La radio le permite desarrollar sus condiciones de perfeccionista y aplicar los modernos conocimientos tecnológicos adquiridos en Europa. A Carpentier le preocupa y le ocupa el papel de la música y de los efectos sonoros en el desarrollo dramatúrgico del libreto radial.
Muchos años después le comentaría a la publicista Mirta Muñiz:
“Con Marcelo Agudo comencé haciendo Los dramas de la guerra y fue un boom dentro de la radio. Los domingos por la noche yo salía a caminar y todos los radios de La Habana estaban sintonizados con la CMQ y con Los dramas de la guerra“.
Otro recuerdo de Carpentier como escritor radial lo desgrana el excelente actor Carlos Paulin, ya fallecido:
Fue un gran escritor de radio y tenía muchos programas allí. Yo hacía tres programas de él, nuestro primer novelista, una gran persona, que fue un gran amigo mío. Los domingos hacía Grandes novelas, Guan Buster, era un programa policiaco y Dramas de la guerra. Él también escribía Grandes personalidades de la historia. Yo guardo muy buenos recuerdos, trabajar a su lado fue uno de los honores más grandes que he tenido. Era tan sencillo que a veces me decía: —Cómo viste el programa. Imagínate yo un jovencito que estaba empezando, me sentía tan pequeñito.
El quehacer de Carpentier en la radio se continúa durante sus años en Venezuela, adonde se dirige en la década del cuarenta. Allí crea y dirige programas que ensanchan el nivel cultural de los radioyentes.
El primero de los Premios Cervantes cubanos nos sorprende una y otra vez con la maestría de su obra literaria en cada uno de los perfiles que trabajó, con el sentido innovador de su creación, con el afán de hallar soluciones novedosas. El maestro Don Alejo es fuente inagotable de sabiduría, de investigación, de hallazgos.
Sigamos pues, hurgando en publicaciones de antes con la seguridad de que nuestros lectores serán partícipes de los resultados.
*Artículo publicado originalmente en La Jiribilla el 3 de febrero de 2020