¿Abel Prieto estudiante de San Alejandro?
29/1/2020
Al mencionar el nombre de Abel Prieto, inmediatamente pensamos en el anterior ministro de Cultura quien, además, posee una trayectoria destacada en el mundo de las letras con varios libros y ensayos publicados. Sin embargo, pocos conocen que su versatilidad trasciende la literatura y toca las artes visuales, incluso, fue alumno de la Academia Nacional de Bellas Artes San Alejandro.
Tuvimos la oportunidad de apreciar su litografía Para Sara, inspirada en la cantante Sara González, durante la inauguración de la exposición titulada Los escritores graban, que parafrasea el nombre del libro de Mario Coyula, Los pintores escriben. La muestra se mantendrá en el Taller Experimental de la Gráfica hasta mediados de febrero, y fue coordinada por la destacada pintora, dibujante y ceramista Diana Balboa, quien procuró hacer un ejercicio plástico a la inversa, mostrando la obra de escritores que han hecho litografías.
Abel siempre tiene mucho para contar, ya sea por su vasta cultura o por su vida llena de experiencias interesantes. En esta ocasión comentó a La Jiribilla su vínculo con el mundo de las artes visuales:
La obra litográfica que expone hoy tiene más de siete años. ¿Qué lo inspiró?
Sí, fue un homenaje a Sara González, es una especie de recreación de un espacio que ella tenía, allí detrás de donde está el Centro de la décima, ella le llamaba el Patio de la Gorda, e invitaba a artistas. Iba toda la comunidad ylos amigos, era un lugar hermoso, lleno de esa magia especial de Sara, de su sentido del humor, acompañada siempre por Diana Balboa y otros compañeros que ya no están. Es triste que uno vea que pasa el tiempo, y que perdemos gente valiosísima, pero bueno… Sara murió muy joven y dejó un vacío tremendo en todos sus amigos.
Por eso intento acercarme a ese espíritu mágico del Patio de la Gorda, espíritu entre ingenuo y pícaro. Hay algo travieso en lo que yo intenté hacer, porque Sara era muy traviesa, tenía una ironía deliciosa y, al mismo tiempo, se entregaba con tanta generosidad, dulzura, ternura y amor. Yo no soy exactamente, para nada, un profesional, ni tengo el don de las artes visuales. Pero fue lo que intenté hacer, por eso le puse a la litografía: Para Sara.
¿Por qué emplea la luna, y no el sol?
Bueno, creo que siempre la luna se asocia a los poetas, se asocia al misterio que significa la noche caribeña, creo que puede tener que ver con eso. ¿Viste la mesa de dominó? Sara era una jugadora de dominó muy exigente, tanto si jugabas en pareja o en contra, estabas en amenaza. Ella no soportaba la chapucería en la partida, yo, por ejemplo, cometí muchos errores y presencié su furia y su cólera.
Este juego tan cubano está cargado de paganismo nuestro, donde todo termina siendo una broma, algo para reír, e incluso en momentos que pueden ser trágicos se arma una partida de dominó. Tú lo ves de repente debajo de un bombillo, en cualquier cuadra de esta ciudad, ahí se van, vamos a decir, todos los espíritus oscuros.
¿Ha pensado en algún momento de su vida dedicarse exclusivamente a las artes plásticas?
Yo estudié en San Alejandro unos pocos meses, y lo dejé, increíblemente, por algo absurdo, porque yo iba a competir en el torneo regional de ajedrez de Marianao. En esa época era un absoluto fanático del ajedrez, y todavía juego contra una computadora. Entonces tomé la decisión de dejar San Alejandro, no aproveché esa oportunidad para concentrarme en ganar el torneo regional de ajedrez, no era el campeonato del mundo, ni una olimpiada, ni un mundial, pero era el que me tocaba a mí. Yo vivía por esa época en Marianao, y bueno, efectivamente, gané el torneo, después ya no volví a la pintura con el rigor que exige la academia, pero sigo dibujando en las agendas, que es una forma de batallar contra el estrés.
Un día, hace varios años, Alberto Lescay, en la casa del Caribe de Santiago de Cuba durante un festival, utilizó agendas mías y montó, junto con cosas de él, una exposición muy bonita de dibujos de agendas. Había diseñado diablillos y duendes que van saliendo de los márgenes del papel, lo hizo con muy buen gusto y generosidad, y me puso a compartir con él que es un artista consagrado.
Foto: Arley Perera
En estos días hablé con Marilyn Bobes y Diana que tengo en plan hacer un librito de cuentos donde cada historia dialogue con un dibujo, un compendio que no sea muy largo, tengo varias fábulas hechas ya. De hecho, uno de los que estoy trabajando es así, la narración lo que hace es ilustrar la prosa, la palabra, hablar todo el tiempo de lo que está en las imágenes. Es solo una idea de combinar esas dos vocaciones, eso hoy en el mundo es frecuente, las nuevas tecnologías ayudan mucho en esto, yo no soy muy hábil, pero ofrecen opciones infinitas, hay cosas muy lúdicas que tienen que ver con esto.
En esa época del Abel ajedrecista yo también vivía en Marianao pero ni allí ni en el MINCULT en mi paso como trabajador de este centro tuve la oportunidad de jugar contra él, lo hubiese deseado, aunque ironicamente ambos perteneciamos al equipo del MINCULT al Campeonato Interorganismos por la Huellas del Che, pero él por sus responsabilidades nunca pudo jugar. Sobre el Abel dibujante, les diré: observen que en el libro “Los Viajes de Miguel Luna”, además de ser el autor fue el ilustrador con caricaturas muy singulares. Felicidades Abel!