Humanista, guerrillero y periodista: Che
Tenía 39 años cuando fue asesinado. Lo arrestaron, hirieron el 8 de octubre de 1967 y fusilaron al otro día por órdenes de la CIA, en la pared externa de una pequeña escuela rural del pueblo de La Higuera, Bolivia.
“No tiene nada de extraño si uno, no solo en la vida de cada día palpa su presencia, sino hasta en sueños se imagina que el Che está vivo, que el Che está actuando y que su muerte no existió nunca”, así se refirió el Comandante Fidel sobre él.
El primero en la cola del trabajo, el último en la fila de los beneficios. Un dirigente, con mayúsculas, un cubano, argentino, del mundo; después de todo, de tanto, un internacionalista y guerrillero, humanista y, también, periodista.
Por eso, desde la capitalina Casa de la Prensa, en el aniversario de su asesinato, se le rindió homenaje una vez más a este hombre de acción, pensamiento y hechos, de actitud vigilante frente al burocratismo y la repetición mecánica de consignas, de anticonformismo revolucionario y temprana advertencia de errores y peligros.
Y porque siempre nos vienen a la mente las facetas del extraordinario guerrillero reunidas en la icónica fotografía de su rostro viendo al horizonte, la Unión de Periodistas de Cuba (UPEC) le hizo un tributo diferente: un panel que realizó una unión de los diferentes aspectos de su vida, conducta y pensamiento, convertidos en paradigma, con su etapa de periodista.
“El Che constituye una figura esencial en la Revolución y ejecución del pensamiento cubano. Sus artículos eran polémicos, abordó la necesidad de la agilización del aparato estatal, el papel de los dirigentes, los cuadros, los políticos y el rol de la prensa en diálogo con ellos y la gente. Representa un eterno periodista, siempre impulsor de la prensa”, aseveró Ricardo Ronquillo, presidente de la UPEC.
Asistieron igualmente a la cita Víctor Drake, presidente de la Asociación de Combatientes y compañero del Che, José Mayo, Jorge Luna, Víctor Pérez Galdós y otros estudiosos de su obra.
Era un fiel amante de la literatura, esa que colmaba su mochila de combatiente. Sus textos de memorias, La guerra de guerrillas y Recuerdos de la guerra revolucionaria, han sido publicados y estudiados; pero también el Che escribió cuento, poesía y ensayos con un carácter intimista, casi privado.
Por su parte, la oratoria del Che delineó el ascenso y radicalización revolucionaria, junto a su sólida preparación integral. Por ello, cada una de sus intervenciones son consideradas documentos históricos de un tiempo de fundación, único en la historia de los pueblos de América Latina y el Tercer Mundo.
En la escritura periodística del Che había un estilo sintético y nítido, resaltaron los panelistas, quienes coincidieron en que sobresalía por la agudeza de su observación y el análisis integral, incisivo y certero de cada uno de los temas que llamaban su atención.
Esta arista comunicativa, cultivada en la práctica desde su juventud, cuando la realidad y la historia de América Latina atraparon su pluma, perduraría durante toda su vida de guerrillero y creador revolucionario.
La emisora de radio cubana nacida en el fragor del combate por la definitiva liberación de Cuba, Radio Rebelde, fue fundada por Ernesto Che Guevara el 24 de febrero de 1958, se rememoró durante el panel.
Vencida la tiranía tras el triunfo de 1959, ya como gobernante, deja una larga serie de discursos caracterizados por el tono familiar de las reuniones con los trabajadores, el deseo de claridad y la preocupación por el desarrollo de la conciencia bajo propósitos didácticos y críticos.
Asimismo, durante el encuentro se destacó cómo desde la revista Verde Olivo el Che publicó las vivencias en la lucha insurreccional, después recogidas en el libro Pasajes de la Guerra Revolucionaria. También escribió para la revista las secciones Consejos al Combatiente y una columna que firmaba con el seudónimo de El Francotirador.
Fungió como fotorreportero de la Agencia Latina en México y en la Sierra Maestra refundó el periódico El Cubano Libre.
El 16 de junio de 1959 nacía Prensa Latina, decidida a incursionar en los flujos informativos internacionales con una visión diferente del mundo. La agencia tuvo en Fidel Castro y Ernesto Che Guevara a sus principales impulsores, junto a Jorge Ricardo Masetti, su primer director, señaló Jorge Luna.
Participó en la Revolución cubana y ocupó todos los cargos posibles: comandante de las fuerzas armadas, ministro, presidente del Banco Central. Aun así, optó por su vocación misionera y fue a actuar en el Congo, en África y luego en Bolivia. Pero más allá, defendió ideas polémicas en la construcción del socialismo cubano, buscando en la industrialización y en la independencia política la forma de resolver más rápido los problemas del pueblo.
Desde la UPEC, se contempló entonces a modo de tributo al hombre en todo su despliegue, siempre en la simbiosis de humanista, revolucionario y periodista. Su visión es imperecedera: veía en el socialismo el medio de las personas para ser más justas, más iguales y más sabias.
Como parte de la cita, se inauguró una exposición de fotos sobre el Che y tuvo lugar la presentación por José Mayo —quien también dirigió el panel— del libro, en su segunda edición, Cómo era el Che, que recoge una veintena de entrevistas y testimonios sobre el Guerrillero Heroico en África, Bolivia y Cuba.
Dibujó una prosa y un periodismo imperecedero por el alto valor histórico, moral y educativo, que vislumbran a un hombre maduro y sabio capaz de vincular íntimamente palabra y acción, verbo y pensamiento; porque lo que escribió y dijo lo practicó con el ejemplo cotidiano.
El 9 de octubre se cumplen 52 años del asesinato del Che Guevara por las fuerzas del ejército boliviano. Otro aniversario, no una fecha más, y la UPEC no podía pasarlo por alto.
Una Revolución solo es auténtica cuando es capaz de crear un “hombre nuevo” y este, para Guevara, vendrá a ser el hombre en el siglo XXI: un completo revolucionario que debe trabajar todas las horas de su vida; debe sentir la revolución por la cual esas horas de trabajo no serán ningún sacrificio.
La Revolución no es únicamente una transformación de las estructuras sociales, de las instituciones; simboliza además una profunda y radical transformación de los hombres, de su conciencia, costumbres, valores y hábitos, de sus relaciones sociales. La impronta universal del legendario guerrillero, dialéctico estadista, lo avizoró: “Seamos realistas, soñemos lo imposible”.