Excitados nos sentimos los apasionados del debate científico al frecuentar espacios en los que mitos y realidades se enfrenten sin recelos. Siempre en el conocimiento y la ciencia buscamos moralejas que afirmen o desacrediten leyendas urbanas de todo tipo y, así, poder sentarnos sobre certezas.

Precisamente, a sabiendas de la conmoción que levantan las intervenciones en materia de avances científicos, y con perspectiva de ofrecer al público un escenario de basta solidez para encauzar debates de este tipo, la Academia de Ciencias de Cuba reabre, luego de un receso estival, su actividad habitual “Academia de puertas abiertas”, en la que la ciencia se convierte en anfitriona de sus próvidos seguidores.

A este proyecto, canal de comunicación entre la Academia y sus públicos, asiste en cada oportunidad, una consistente multitud, pues el momento deviene un escenario más íntimo para el abordaje de razones investigativas de alcance multidisciplinar, por voces acreditadas. Las puertas abiertas, creadas para el debate e información sobre los enigmas y descubrimientos de la ciencia, ocurren los terceros jueves de cada mes, a las 10:00 a.m., en el Salón Paraninfo de la Academia de Ciencias de Cuba, en su sede habitual del Capitolio Nacional de Cuba.

La convocatoria para reanudar la cita es, entonces, para este 19 de septiembre próximo, en el que se presentará el tema “Hablemos de la demencia” por el Dr. Cs Juan de J. Llibre Rodríguez, académico y especialista. La conferencia confluirá en la conmemoración del mes mundial del Alzheimer, convocado por la Asociación Mundial de Alzheimer (ADI) y la Organización Panamericana de la Salud (OPS).

En su invitación oficial, la Academia afirma que el tratamiento de este tema constituye un proemio necesario, pues se trata de “(…) uno de los principales problemas de la salud pública, que tiene repercusiones enormes sobre los individuos, las familias, el sistema de atención de salud y la sociedad. La demencia es la primera causa de discapacidad en personas mayores y la mayor contribuyente de dependencia, necesidad de cuidado, sobrecarga económica y estrés psicológico en el cuidador”.

De esta forma, la ocasión no solo convidará a la investigación y discusión del tópico, sino que igualmente fungirá como enmienda a las disímiles dudas con que arribemos los interesados sobre este padecimiento en particular, y al mismo tiempo permitirá reivindicar esos mitos populares que recorren las calles cubanas, excitando a la ciencia a un desafío perenne.