Quien llegó hasta el cine Cuba pudo disfrutar del sonido vivo del metal antes que la magia cinematográfica devolviera los 30 años de historia musical de la Steel Band de El Cobre, una agrupación que ya es leyenda en toda Cuba y buena parte del mundo.

Recién salido de los estudios de edición de la Televisión Serrana, el documental Manana, con pentagrama de acero se aleja de los cánones habituales de realización que sigue la televisora comunitaria, más enfocada en pequeñas historias de pocos personajes y relacionadas con su entorno más cercano.

Este era uno de los principales retos para su realizadora Kenia Rodríguez, quien se desempeñaba como editora en las instalaciones de San Pablo de Yao cuando surgió la propuesta, hace un año atrás.

“Cuando me enteré de que podía ser la realizadora de este documental me dio mucha emoción. Estuve varias noches sin dormir porque la Steel Band es un fenómeno cultural ya consolidado como una institución de grandes dimensiones y también contar 30 años es un reto”, comentó Kenia.

No era la música el fuerte de Kenia, pero la pasión sí. Suficiente para buscar alternativas que lograran la tesitura precisa en una hora de metraje que testimonia, además, la forma en que el arte puede transformar una comunidad.

“De las cosas más bonitas que pasaron fue encontrarme con la etapa fundacional y conocer a personas que fueron obreros y se atrevieron a hacer música”.

Manana… resultó una producción muy compleja. “¡Qué pare el que tenga freno!” se convirtió en el conjuro de Kenia para sortear no pocos retos y carencias en el intento por reflejar todas las etapas de esta agrupación.

“Nos costó mucho trabajo encontrar documentación de la primera etapa de la Steel Band, entre 1987 y 1991. Gracias a todas las gestiones que se hicieron con la Casa del Caribe y lo que se propició en la misma planta minera, encontramos animadores que nos ayudaron a recrear este tipo de documentación”.

Santiago de Cuba fue la ciudad elegida para el estreno porque aquí tiene su sede esta banda sui generis, que ha logrado consolidarse como símbolo del poblado El Cobre, ligado entrañablemente a la historia y la espiritualidad del pueblo cubano.

La XXXIX edición de la Fiesta del Fuego acogió varias presentaciones de Manana… como parte de su habitual Muestra de Cine y Video, que este año recibió además filmes de Colombia y Uruguay.

Antes del cine Cuba, ya el Teatro Heredia había mostrado el audiovisual el día 7 de julio, así como el cine Turquino, del propio poblado El Cobre que, no por casualidad, ese día recuerda la rebeldía esclava.

Julio Corbea, historiador del poblado El Cobre, impulsó este proyecto, apoyado desde su génesis por la Casa del Caribe, según comentó Víctor Sigué, especialista de esta institución.

“La Casa del Caribe tiene mucho que ver con este documental porque existe un convenio hace ya siete años y esta es la tercera obra conjunta que producimos. Hicimos el documental Mi herencia sobre el centenario de la comunidad de Thompson, donde conviven descendientes de haitianos; hicimos un Video-Carta con los niños de Barranca y este, sobre la Steel Band, es nuestro tercer trabajo.

“Estamos muy orgullosos de colaborar y trabajar con la Televisión Serrana porque la Casa del Caribe y esta institución de producción audiovisual tenemos mucho en común, desde el enfoque comunitario”.

Durante la presentación del documental en el cine Cuba, la Dirección Provincial de Cultura, la Empresa de la Música y el pueblo de Santiago de Cuba entregaron un reconocimiento especial a los señores Merlin Gill y Jhon Sorrillo, fieles colaboradores de Trinidad y Tobago.

A través de sus relaciones de trabajo con la Casa del Caribe, la Steel Band ha recibido instrumentos más resistentes, con tratamientos en cromo, plata y níquel, para reforzar su singular sonoridad, armonizada con bidones de acero.

Justo antes de la proyección, confesó Kenia que “manana” es un apelativo popular usado por los miembros de la agrupación para nombrar una cualidad del ánimo. Esta palabra terminó definiendo al documental que volvió sobre la génesis de la Steel Band del Cobre para descubrir esa “bomba” espiritual que vibra desde cada nota de metal.