Janio Abreu: Hijo del viento

Ana María Domínguez Cruz
11/4/2019

Sí. Janio Abreu Morcate es un hijo del viento. No solo porque decidió, hace tiempo, dedicarse al clarinete y al saxofón, instrumentos de una familia que, desde su atrevimiento, crece en su carrera, porque su debut en la flauta, como él mismo dice, se puede disfrutar en su más reciente álbum.

Janio y su agrupación Aire de Concierto defienden la tesis de que toda la buena música se puede mezclar,
venga de donde venga. Fotos: Cortesía de la autora

 

Lo es porque su mente vuela todo el tiempo, imaginando, destapando ideas, soltando invenciones. Es, cual hijo del viento, un tipo desenfadado que se deja llevar por los aires que le rodean sin que ello lo aleje de su línea, bien demarcada, y sobre todo porque, a ratos soplando fuerte, y a ratos como si no soplara, va siguiendo un sueño musical que arropa, que endulza, que hace mover las caderas y que a muchos les hace desterrar el concepto fatal de que el jazz es algo denso, aburrido, no bailable y para una minoría elitista.

Entonces, como prueba de todo esto, llega ante mí hace unos días, con aires retadores, dispuesto a ponerme otra prueba. Aunque no he recibido puntuación por las anteriores, otra vez me convida a escuchar “al dedillo” su nuevo fonograma y “desmenuzarlo” en palabras… Así lo hice con el proyecto anterior, Nuestra herencia musical, una de las dichas más grandes que ha tenido en su carrera, pues compartió escenario con el clarinetista y saxofonista norteamericano Víctor Goines, instrumentista y arreglista de la Jazz at Lincoln Center Orchestra.

Antes estuvo De ida y vuelta, y Con Clarinete, y en todos los casos, a veces con la evidencia más marcada de una experimentación sonora que trasciende la mera ambición, Janio y su agrupación Aire de Concierto, defienden la tesis de que toda la buena música se puede mezclar, venga de donde venga, siempre que los principios de la creación converjan en el mismo punto.

En el caso del más reciente disco que me presenta, bajo el sello discográfico Bis Music, vuela otra vez su espíritu, secundado por Harold Charon en el piano, Hugo Cruz en la batería, Raúl Rizo en las congas, Fabrizio Pereira en el bajo y Luis Alonso en el diseño.

Con las notas discográficas a cargo de Rosa Marqueti y con una colaboración del pianista y compositor Alejandro Falcón en el tema “Me voy pa’ Guantánamo”, Janio (autor del resto de los temas) reconoce que “es este un paso superior en mi carrera como instrumentista de viento. Hasta ahora usaba clarinete y saxo tenor, y de vez en cuando, actuaba con clarinete alto, pero ahora estreno la flauta por primera vez y el saxofón alto, y también el clarinete bajo, que lo toqué hace tiempo pero nunca en vivo y en una grabación”.

La variedad genérica se abre paso, de un tema al otro, en un deleite encantador
 

Como el viento, que puede arrastrar el polvo del desierto del Sahara hasta este país caribeño, Janio hace confluir el changüí, típico de la oriental provincia de Guantánamo; el danzón, oriundo de Matanzas; los acordes del jazz y el rock and roll, géneros creados en Estados Unidos y hasta una macuta, y logra que esa variedad genérica se abra paso, de un tema al otro, en un deleite encantador.

Me gusta este álbum, está claro. Como me gustan los demás, como me gusta la música que rompe esquemas y vuela alto, lejos, sin ataduras, como le gusta a él manejar mientras escucha la radio y transmitirle emociones musicales a su pequeña Paola. Me gusta la propuesta tanto como la invitación a comprender las motivaciones ocultas detrás de cada título: “Los títulos los pongo yo mismo, y es para provocar, para que la gente encuentre su razón o la mía, si se puede. Los músicos tocamos instrumentos, no hablamos, por eso titulo los temas a partir de mis ideas y espero las interpretaciones. Todas son bienvenidas”.

De eso se trata, de dejar abierta la puerta para que entre todo el que así lo desee. ¿Para qué establecer límites si la música, propiamente dicha, como el viento, no cree en ellos?