Un premio es, muchas veces, el resorte hacia nuevas cimas, pero también el peldaño para —desde el reposo de un respiro— mirar atrás, agradecer lo bueno y replantearse otros horizontes.

Con esa vocación de resorte y peldaño, se dibuja en paralelo un camino de desafíos, desde el compromiso y el respeto.

Ese fue el espíritu que se adueñó del espacio y el momento este jueves, durante la ceremonia de entrega del Premio de Periodismo Cultural “José Antonio Fernández de Castro”, presidida por el Ministro de Cultura, Alpidio Alonso Grau, en el capitalino Memorial José Martí.

Sahily Tabares Hernández, Frank Padrón Nodarse y Yuris Nórido Ruiz Cabrera fueron los profesionales de la prensa que merecieron el prestigioso lauro instituido por el MINCULT, el cual busca reconocer la obra de periodistas especializados en temas culturales.

Un Premio Especial a la obra de la vida le fue entregado al escritor, periodista y etnólogo Miguel Barnet, presidente de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba (UNEAC); en tanto la emisora Habana Radio obtuvo un reconocimiento por sus 20 años de labor en la difusión del patrimonio y de la cultura.

El jurado, integrado por Guillermo Vilar, Pedro de la Hoz, Mireya Castañeda, Magda Resik y Luis Morlote, —todos laureados en ediciones anteriores del galardón— subrayó en su acta las más de 30 nominaciones recibidas por medios de comunicación e instituciones culturales, aunque es deseable lograr una mayor representatividad de las demás provincias.

Miguel Barnet: “La cultura es la expresión más alta del periodismo”

Pensar el país desde la cultura y a esta desde el periodismo deviene ejercicio ineludible en la defensa de nuestros valores y principios; que es decir, en defensa de una identidad y de una Revolución.

Hablar de periodismo cultural constituye, per se, una redundancia para Miguel Barnet. “Todo periodismo es cultural”, dice. Y subraya que así como “la más alta expresión de la política es la cultura, la más alta expresión del periodismo es cultural”.

Al desandar su quehacer en el universo periodístico, Barnet se confiesa “un periodista raro”, pues no usa la computadora. Prefiere la máquina de escribir, “ah, y escribir la verdad”… defendiendo la verdad revolucionaria de la que hablaba Gramsci. Defendiendo, siempre, la verdad de su país.

Por ello, quizás, entre los más altos valores humanos de un periodista aplaude, ante todo, el ser “muy honesto”. Esa honestidad, traducida a la vida de nuestras redacciones y reporteros, viene a ser no solo la mejor arma y armazón en cualquier tiempo y geografía, sino el más digno sendero para defender la verdad desde la ética, y viceversa.

Mientras, en sus palabras de agradecimiento, Sahily Tabares, periodista de la revista Bohemia con más de 30 años de labor profesional, se refirió a  “las experiencias vividas día a día durante la dinámica que genera el periodismo cultural”, negándose a circunscribirlo “a la literatura y a las manifestaciones artísticas, pues considero que todo periodismo tiene que ser culto, en tanto cultivo de ideas, de pensamientos, de pensarnos y reencontrarnos”.

Afirma Sahily que “la conquista del conocimiento y de la tenacidad” resultan impulsos de los que no consigue desprenderse. Es en el espacio público de la comunicación mediada tecnológicamente donde se dirimen las principales disputas de sentido.

Por eso —explica la profesora— insisto en un concepto esencial: hay que velar por la forma del contenido, es la forma la que determina la artisticidad de contenidos diversos en los medios de comunicación. Músicas, ficciones, documentales, noticieros, revistas informativas, telenovelas, series, todos los productos comunicativos audiovisuales generan contenidos, los cuales se presentan en una forma estética que nunca es inocente. Desde el punto de vista de la investigación académica y de la práctica profesional, urge ver y comprender que los fenómenos políticos actuales están presentes como nuevos géneros y formatos en el panorama mediático.

Al decir y sentir de Yuris Nórido, del portal CubaSí y comentarista del Noticiero Cultural, el horizonte de retos apunta al compromiso de seguir haciendo un mejor periodismo desde y sobre la cultura, comprometido con el momento y con el enorme acervo del país. El premio, por tanto, más que consagración, debe asumirse como estímulo cotidiano a no cansarse en el camino de ser mejores periodistas.