De qué callada manera: un 14 de febrero con la poesía de Guillén
18/2/2019
La Fundación Nicolás Guillén en el marco de la 28 Feria Internacional de Libro 2019 presentó el jueves 14 en el Morro Cabaña el libro De que callada manera, una selección de la poesía que Guillén dedicara al amor. El espacio estuvo a cargo de la compiladora del título Denia García Ronda[1], y además, contó con la presencia del actor Vladimir Cruz y de la joven intérprete Annie Garcés.
Según Denia García Ronda, la compiladora de esta propuesta, la selección “no tiene en cuenta, por tanto, el momento de la escritura de cada poema, ni su lugar en la evolución ideoestilística de su autor, sino su funcionalidad para una cronología de una potencial relación amorosa, no vista de manera individual, sino a partir de las infinitas variantes con que se presenta. De ahí que el poemario se organice en partes o instancias, que significan momentos de esa relación”. La primera instancia se titula “Madrigales” y está relacionada con la seducción y las alabanzas a la belleza femenina; la segunda “Es un amor así” se vincula a la plenitud amorosa; la tercera “Si a mí me hubieran dicho” se refiere a los conflictos y las desilusiones; y la última parte se dedica a la pérdida definitiva del amor.
La evolución de los poemas de amor de Nicolás Guillén, su profundo erotismo, su dedicación extensa a la mujer negra, así como el uso sostenido en ellos de la lírica española fueron elementos resaltados como propios y definitorios en la poesía amorosa del autor. En un emotivo momento artístico que dio cierre a la cita Vladimir Cruz realizó una lectura de tres de los poemas del libro: Llueve cada domingo, Si a mí me hubieran dicho y Un poema de amor, mientras que Annie Garcés deleitó a los presentes con musicalizaciones que acercaron aún más los poemas a los sentimientos y sensibilidades que hacen de cada 14 de febrero una fecha para celebrar.
El carácter universal, inspirador y movilizador del amor, así como la eterna validez y profundidad de la obra de Nicolás Guillén quedaron como primera certeza de la tarde que nos trajo, una vez más, hasta “el hombre enamorado, nostálgico, tierno, hasta el poeta que no dejó de ser romántico”[2].