En el marco de la 28 edición de la Feria Internacional del Libro la Orquesta Aragón satisfizo las ganas de bailar a pierna suelta de sus seguidores. El concierto tuvo lugar en la sede de la Casa del Alba Cultural la tarde noche del martes 12 de febrero.

Resulta que el Doctor Rubiera anunció lluvia para el occidente del país y los organizadores de la actividad decidieron hacer uso del salón bajo techo para la actuación de la orquesta, que estuvo antecedida por la presentación del libro titulado La charanga y sus maravillas. Orquesta Aragón, de la autoría del compositor, flautista y teórico de la música José Loyola Fernández. Decisión muy acertada pues, en el medio del concierto, la lluvia pronosticada rompió; mientras adentro, dos ventiladores no fueron suficientes para controlar el imperante calor humano y la alegría contagiosa.

El salón estuvo todo el tiempo totalmente lleno, con las ventanas abarrotadas de personas. La gran mayoría de los presentes pasaban los 60 años; pero hicieron la clave cubana, tiraron su pasillo, celular en mano (a tono con el uso de las nuevas tecnologías llevándose un recuerdo del momento) corearon estribillos que tienen más de 30 años. Fue una tarde fresca amenizada por la inigualable música, con una sonoridad propia de la considerada Charanga eterna de Cuba, en el año de su 80 cumpleaños.  

También los solos ejecutados por músicos de diferentes épocas por las que ha transitado la popular orquesta pusieron un sello distintivo al concierto, fue una demostración de sus habilidades con los instrumentos, frente a lo que cierto personaje hubiese dicho: "Estos músicos todavía están en talla".

El estar allí me hizo recordar la voz de Rosillo cada lunes en su estelar programa: "Aquí, Radio Progreso presentando Alegrías de sobremesa" y acto seguido…

Si tú oyes un son sabrosón,

ponle el cuño,

Es Aragón.

Si tú escuchas un rico danzón,

ponle el cuño,

es Aragón.