Alejandro Falcón y Los Muñequitos de Matanzas: Jazz con guaguancó en el Jazz Plaza 2019
16/1/2019
Como parte del extenso programa artístico del 34º Festival Internacional Jazz Plaza 2019, se anuncia el concierto Jazz con Guaguancó. Homenaje a Los Muñequitos de Matanzas, que ofrecerá Alejandro Falcón junto a la emblemática agrupación rumbera, en la sala Covarrubias, el próximo sábado 19 de enero, a las seis de la tarde.
En aquel escenario del Teatro Nacional de Cuba, el joven pianista pretende estrenar varios arreglos que ha realizado a temas antológicos de Los Muñequitos… como Palo Quimbombó, Óyelos de nuevo, Los Muñequitos, y Congo Yambumba, entre otros.
«El piano es, por supuesto, un instrumento armónico, pero también es percusivo, y puedes tocar percusión con él». Así comentó el maestro Jesús Chucho Valdés, durante la presentación de su disco Jazz Batá 2.
El propio fonograma de Valdés demuestra cómo empalman los sonidos del elegante instrumento de teclas con el más selvático de los cueros. Todo al compás del ritmo universal del jazz.
No extraña tal maridaje. La propia historia del género nos muestra el estrecho ligamen, fruto de la semilla africana del género, que encontró germen primigenio en el seno de una población marginada en las plantaciones de algodón del sur de los Estados Unidos, precisamente en la ciudad de Nueva Orleans, Luisiana.
Si en su génesis los tambores no marcaron mayor pauta, se debió a la prohibición ─después de la independencia─, en la mayor parte del sur de Estados Unidos, de tocarlos. Tal situación obligó a los esclavos negros a idear formas de percusión alternativas, como chocar las palmas de sus manos, o batir los pies para amenizar sus fiestas.
Nueva Orleans fue una ciudad cosmopolita por excelencia, donde convivieron afronorteamericanos, italianos, alemanes y otras nacionalidades. De esta forma, el jazz evolucionó como una mezcla de culturas entre África, Europa y América, con una base rítmica de orígenes africanos y una armonía basada en la música clásica de los grandes compositores europeos.
Conforme avanza el jazz en su historia, la percusión deja de ser únicamente un instrumento para marcar el ritmo, pues se descubrió que el percusionista podía agregarle más vistosidad y tensión a las presentaciones en público de los grupos de jazz. Posteriormente llegó la hora del destaque de los tamboreros, con la aparición de lo cubano en el entorno creativo del jazz, destacando músicos de la talla de Chano Pozo y Mongo Santamaría.
Inspirado en toda esta herencia, Alejandro Falcón —uno de los mejores pianistas y compositores cubanos de su generación─ tributa su homenaje a este romance del piano con el tambor, con obras donde el primero comparte las sonoridades de los ancestrales tambores de las liturgias africanas.
Una muestra de ese ejercicio la ofreció Falcón en Mi monte espiritual, un fonograma sinfónico con los toques bantúes de Matanzas fusionados con el jazz. Sobre esa mezcla, Falcón dijo haber encontrado la inspiración en “los toques de procedencia bantú, y en los cantos y melodías de algunas de las deidades de esta cultura, la llamada regla conga o palo monte”.
Esa faena creativa demandó del artista un esfuerzo que incluyó una profunda indagación. Al respecto, confesó: “Fueron muchos años de estudios, de investigación, de leer a Lydia Cabrera, Natalia Bolívar, Miguel Barnet, Rómulo Lachatañeré, Rogelio Martínez Furé, Joel James Figarola…, de escuchar mucha música: Lázaro Ros, Síntesis, Irakere…, de hacer trabajo de campo…”.
En esa época resultó muy provechosa la asesoría del maestro Risdi Chabán, uno de los grandes profesores de percusión de Matanzas, quien no solo lo ayudó en la transcripción de los toques, también a descubrir toda la riqueza musical que hay en la obra de Los Muñequitos de Matanzas.
Falcón ─matancero de pura cepa─ fue seducido por los tambores, cantos y bailes de la mayor agrupación rumbera cubana, quien cumplió 65 años de creada en 2018.
Reconocidos innovadores de la rumba, la discografía de Los Muñequitos… incluye títulos como Guaguancó, Rumba Abierta, Cantar Maravilloso, Rumba Caliente, Rumberos de Corazón, y La rumba soy yo. Este último reunió a los mejores rumberos de Cuba en un fonograma antológico con el que se alzaron con un Premio Grammy Latino, en la categoría de Mejor Álbum Folklórico.
Ahora nos encontramos a las puertas de otro gran suceso, cuando Alejandro Falcón les rinda un merecido reconocimiento con el concierto Jazz con Guaguancó. Homenaje a Los Muñequitos de Matanzas.
Acompañarán a Falcón y a Los Muñequitos… el cuarteto Cubadentro, Telmarys, María Victoria y Michel Herrera. El ensamble estará conformado por los músicos Edgar Martínez (tumbadoras), Ruy López-Nussa (drums), Arnulfo Guerra (bajo), Yoandy Argudín (trombón), Emir Santacruz (saxofón tenor), y los trompetistas Maykel González y Jesús Ricardo.
Esa fusión de jazz con rumba se presagia entre los acontecimientos más atractivos de esta nueva edición del Festival Internacional Jazz Plaza.