Santiago doble o dos festivales al precio de una ciudad

Yasmani Castro Caballero
16/3/2018

Un mililitro namá, cantaban los integrantes del grupo de teatro La Guerrilla del Golem, al dejar inaugurado con su actuación el evento teórico del Festival de la Trova Pepe Sánchez con esa mezcla indisoluble en la que trova y teatro santiagueros se han dado las manos. Con memorias del primer concierto de Silvio Rodríguez, Pablo Milanés y Noel Nicola en Casa de las Américas comenzaba la conversación musical del Premio Nacional de Periodismo Cultural Joaquín Borges Triana, derrochando sapiencia y mostrando un universo de canciones de estos trovadores aún descocida por muchos, entre ellas Catorce pelos y un día, de Pablo Milanés, que dejó al público extasiado y con el deseo de próximos encuentros para continuar tan provechoso diálogo. Las vivencias e historias de Agusto Blanca, sobre sus inicios musicales en Santiago de Cuba (vinculado al teatro, por cierto), leídas por su esposa, dieron paso a la presentación de los libros El Guayabero y No quiero piedra en mi camino, el primero dedicado a ese excelente trovador y rey del doble sentido, Faustino Oramas y el segundo al Premio Nacional de la Música 2016, Enrique Bonne Castillo. Así concluía la mañana, dándole paso a la clase magistral de Pancho Amat, en el conservatorio Esteban Salas, donde cada estudiante mostraba sus habilidades al también Premio Nacional de la Música, dejándole con ganas de volver para seguir compartiendo su maestría de con las nuevas generaciones de treseros.


En las ediciones del Festival de la Trova Pepe Sánchez convergen varias generaciones
de músicos que interpretan piezas clásicas del pentagrama musical cubano

 

La sala de prensa se inauguraba y el Festival de Documentales Santiago Álvarez in Memoriam daba sus primeros pasos, animado por el ímpetu y la fuerza de su presidenta, Lázara Herrera. Palabras del narrador Lorenzo Jardines que agradecieron a Lázara, por su empeño en la difusión de la obra de Santiago Álvarez y las propuestas que traía el Festival, enriqueciendo el universo audiovisual de la ciudad. La noche fue en el Parque Céspedes, con canciones como Mujer Perjura, Longina y Mujer Bayamesa, en la voz de trovadores de distintas provincias, dejando oficialmente inaugurando la edición 56 del Festival de la Trova, que hizo cantar por igual a santiagueros y participantes del Festival de Documentales, dos festivales al precio de una ciudad única, irrepetible.