Siguiendo las huellas de Euskadi

Indira Hernández Alonso
10/4/2019

Durante esta XXVIII edición del Festival La Huella de España, otra de las comunidades autónomas de la nación ibérica resultó homenajeada: el País Vasco.

Los vascos han erigido, alrededor de sus tradiciones y su lengua, el euskera, un universo cultural particular y propio, y la gala “De Canarias a Euskadi” de este martes, en el Teatro Mella, lo dejó ver. El espectáculo exhibió un rico universo artístico vasco, lleno de viva historia y cultura original y creativa, de la mano de la Federación de Sociedades Españolas de Cuba.

El Festival La Huella de España, en su edición XXVIII , se celebrará desde el 8 al 14 de abril. Foto: Internet

Las emblemáticas prácticas vascas y el carácter de sus creadores propusieron al público una magistral visión artística, singular y moderna.

El Festival lleva casi 30 años celebrando y renovando un vínculo de amistad y de respeto forjado ente España y Cuba, la Isla que le ofrece una especial gala como homenaje a la riqueza cultural de esa región autónoma.

Cada dos años, la Huella de España busca trazar un mapa de afectos compartidos, forjados en el pasado y proyectados hacia el futuro. De todo ello se podrá disfrutar durante las sucesivas galas que forman parte de la magna cita, gracias al talento de los artistas de aquí y de allá.  La edición de este 2019 será significativa, debido a las celebraciones por los 500 años de La Habana, una ciudad que, en su paisaje urbano y humano, esboza la profundidad de nuestros vínculos.

El Teatro Mella se convirtió en sede de la primera de una de muchas de las sublimes galas que procuran exhibir la imbricación de ambas culturas.

Se rindió tributo, en esta ocasión, a dos comunidades autónomas del estado español, ambos territorios llenos de contrastes y variedades culturales. A través de la danza y la música, primero se captó la esencia de las Canarias, ese archipiélago volcánico de siete islas y rico folclor. Entre las muestras más populares destacaron las Folías, las Isas y las Malagueñas junto al toque de instrumentos como guitarras, laúdes, tambores y bandurrias.

Sobresalió el baile vasco, técnico y popular, el cual traduce la complejidad de una sociedad que no se reduce a arquetipos.

Al decir de su directora general, Alicia Alonso, un nuevo encuentro del arte y la amistad tomará forma con este evento, donde el público podrá revivir recuerdos, constatar afinidades y recordar la vigencia de las raíces históricas.

El Ballet Nacional de Cuba y el Ministerio de Cultura son instituciones que, junto a las Sociedades Españolas, garantizan la vigencia de un festival entrañable como este. Sin embargo, un reconocimiento especial merece la Prima Ballerina Assoluta Alicia Alonso, quien desde sus inicios impulsó el proyecto.

Danza, ballet y folclor vasco

El Ballet Nacional de Cuba se presentará durante el evento como una de las más prestigiosas compañías del mundo. Serán presentadas cinco danzas tradicionales vascas montadas especialmente para esta edición.

El rigor artístico y técnico de sus bailarines y la diversidad en la concepción estética de sus coreografías le otorgan a esta agrupación un cimero lugar en Festival La Huella de España.

En la historia de nuestro arte danzario —y particularmente en el ballet—permanece la impronta de las raíces populares de España. La presencia del folclor vasco estuvo entre los elementos que contribuyeron a la formación técnica del ballet nacional; pero sin dudas, también hemos recibido aportes en el campo de la literatura y el deporte.

Destaca con luz propia el papel de la prestigiosa compañía, fundada bajo los auspicios de Alicia Alonso y dirigida por el primer bailarín y coreógrafo Eduardo Veitía, quien ha perfilado siempre, como una constante, el mantener y desarrollar en las tablas las mejores tradiciones hispánicas, desde la riqueza y pasión de las danzas regionales hasta el refinamiento del baile clásico español.

Por otra parte, estará presente el Ballet de la Televisión Cubana, compañía que ha jugado un rol protagonista en disímiles programas musicales de la pequeña pantalla, espectáculos teatrales y eventos nacionales e internacionales.

Otros invitados especiales

La Escuela de danzas vascas de la Asociación Vasco-Navarra de Beneficencia de Cuba integrará el grupo de las cerca de 50 escuelas de la Federación de Sociedades Españolas de Cuba.

Fundada en 2014, con el nombre euskera de ARIMA, traducida al castellano como alma, su principal objetivo simboliza la recuperación y enriquecimiento de la memoria histórica vasca en nuestro país.     

Una mención especial merece la Jazz Band Amadeo Roldán, fundada en septiembre del 2014, con el objetivo de fomentar el desarrollo de este género entre los estudiantes del Conservatorio Amadeo Roldán.

La agrupación ya ha jugado un papel destacado en el Festival La Huella de España. Ha participado en eventos importantes y conciertos, como la inauguración de la Huella del 2015 en Cuba, el Festival de Jazz en Varadero de 2016, la inauguración del Festival de Ballet para Estudiantes en 2017, así como la conferencia para educadores de jazz en New Orleans y el Ellinton en New York, donde obtuvo 5 premios.   

Formada hoy por la cuarta generación de estudiantes desde su fundación, está auspiciado por Horns to Havana y la jazz band del Jazz Lincoln Center. Con la XXVIII edición de la Huella, refuerza aún más sus vínculos con una España que los vio participar en la reciente producción discográfica Vereda Tropical, de la cantante canaria Olga Cerpa.

El deporte por primera vez deja su huella

Una de las novedades es un encuentro de pelota vasca, un tradicional deporte practicado en la zona norte de España, sobre todo en el País Vasco y Navarra. Fueron algunas corrientes migratorias las que llevaron la práctica de este deporte a México, Uruguay, Chile y Cuba, por ejemplo. En nuestro país, la pelota vasca tomó su mayor auge en la década del 30 y alcanzó la fama mundial en el Frontón, ubicado en Concordia y Márquez González, en Centro Habana, también llamado Palacio de los Gritos.

Por el origen de este deporte, al que lo practica se le denomina pelotari, y generalmente se juega con al menos dos personas, que golpean por turnos una pelota contra un muro llamado frontón. En la actualidad, el deporte en Cuba se encuentra representado por la Federación Nacional de Pelota Vasca de Cuba, perteneciente a la Federación Internacional.   

Gracias a este intercambio, se enriquecen y abren nuevos horizontes, desde donde se entreteje un diálogo con lo tradicional de la Península y lo auténticamente cubano de este país caribeño.