La seducción de la forma es el título de la muestra colectiva que hasta febrero próximo acogerán las galerías perimetrales al patio interior del Edificio de Arte Cubano del Museo Nacional de Bellas Artes (MNBA). Con curaduría y concepción museográfica de Delia María López Campistrous y Tomás Lara Franquis, la exposición reúne doce piezas realizadas por los reconocidos artífices cubanos José Villa Soberón, Rafael Consuegra Ferrer y el propio Tomás Lara, figuras destacadas en el ámbito escultórico monumentario y ambiental de nuestro país.

Durante varias décadas, Lara, Villa y Consuegra han desarrollado extensas carreras que vinculan creación artística y docencia. Bien sea apegados a lo figurativo o a lo abstracto, los tres supeditan las características físicas de los materiales a la sincera expresión de sus subjetividades, devolviendo obras en las que belleza, horror, ternura y melancolía comparten cuerpo y lugar con las texturas y los colores propios del metal.

Las obras incluidas en esta ocasión ya han sido expuestas con anterioridad, fueron realizadas especialmente para la exposición o pertenecen a diversas colecciones institucionales. De un lado, Consuegra, creador de estructuras asombrosas, hipertrofiadas, macabras, hijas de la pesadilla, que abordan la condición humana, la soledad, el abandono, la violencia y la melancolía. Del otro, Lara, quien reproduce objetos cotidianos, principalmente herramientas de carpintería o herrería, que él magnifica, sobredimensiona o somete a situaciones absurdas y enajenantes. Al fondo, Villa Soberón, con sus conocidas estructuras aceradas que, desde la forma y el concepto, reproducen grandes espirales o nos remiten a objetos concretos y a momentos del día. Así, la muestra reúne, a partir del metal como motivo principal, tres poéticas identificables y ya establecidas, cuyos gestores se regodean en la experimentación con las formas, se inspiran en pasajes autorreferenciales, traducen al lenguaje escultórico parte de la realidad o ahondan en la naturaleza del ser humano.

Catalogada históricamente como la Cenicienta de las artes visuales cubanas, la escultura gana hoy protagonismo en Bellas Artes gracias a La seducción de la forma, muestra concebida especialmente para dialogar con un contexto que responde a un diseño museal y ambiental ya establecido. No obstante, las piezas se integran a él de manera sutil y coherente, imprimiéndole un atractivo toque de contemporaneidad.   

Esperemos que esta nueva propuesta sea la primera de varias, encargadas de revitalizar un espacio usualmente dedicado a dicha manifestación, visibilizar los fondos escultóricos del Museo e incorporar a importantes creadores poco promocionados en la actualidad. Ahora, dejémonos cautivar por la rugosidad del metal fundido, por la tersura del acero luminoso, por los bordes afilados y los dientes metálicos, en un juego de formas que atrae y deslumbra.