Como es tradición, en la Feria Internacional del Libro de La Habana la Asociación Hermanos Saíz entrega los Premios Calendario en colaboración con el Instituto Cubano del Libro y la Casa Editora Abril, certamen que reafirma en cada edición su papel como plataforma esencial para impulsar a autores emergentes, ofreciéndoles no solo reconocimiento, sino también la concreción de ver sus obras publicadas.
En la convocatoria de este año, se premiaron obras que exploraron desde la introspección humana hasta las reflexiones sociopolíticas. En narrativa, el holguinero Erian Peña Pupo se alzó con el premio por Aquel verano en Woodstock, mientras que Raúl Leyva Pupo recibió una mención por Un regalo para Mapplethorpe. Por su parte, David Martínez Balsa conquistó la categoría infantojuvenil con Cinco días con Agatha, un relato que, según el jurado, “aborda la resiliencia emocional con delicadeza”.
El teatro encontró su representante en Taimí Diéguez Mallo (Manzanas, alas de ángel), y la ciencia ficción coronó a Daryl Ortega López por Los infortunados de estos tiempos. En ensayo, sobresalió la obra de Alejandro M. Fernández (Construyendo al hombre: imágenes de la masculinidad…), complementada con la mención a Escribir desde los márgenes de Anabel Amil Portal. La poesía, siempre vibrante, premió a Tomás Eugenio Escobar Ávila (Kintsugi), acompañado de tres menciones que reflejaron diversidad temática y estilística.

Para muchos de los galardonados, el premio significó un hito en sus trayectorias. Erian Peña Pupo compartió su motivación: “El Calendario no solo es un objetivo profesional, sino un compromiso con nuestra identidad cultural. Ver mi obra publicada por Casa Editora Abril, con su rigor editorial, es un sueño cumplido”. Por su lado, Nathaly Hernández Chávez, autora de Las edades de hierro, expresó con emoción: “Es mi primera novela; recibir esta distinción me llena de esperanza”.
El acto también sirvió para presentar los títulos ganadores de la edición anterior. Enrique Pérez Díaz, narrador y promotor cultural, destacó la profundidad de obras como Cosas que arden sobre el pasto, de Ragnar Wilfredo Robas, que transita “del duelo a la serenidad”, y elogió la audacia teórica de La actualidad de la Revolución de Iramis Rigoberto Rosique, calificándolo como “un análisis marxista heterodoxo que invita al debate”.
Con casi 30 años de historia, los Premios Calendario han consolidado un legado que trasciende lo literario. Ariel Fonseca, miembro del jurado en narrativa, resaltó la calidad de los más de cien textos evaluados, mientras que Georgina Alfonso González, directora del Instituto de Filosofía, enfatizó el valor de los ensayos para “cuestionar paradigmas”.
Como afirmó Leo Buquet, ganador en 2024, “este reconocimiento es el impulso para seguir escribiendo”. Entre acordes del cuarteto Cuerdas de Alma, la FILH ratificó su compromiso con aquellas voces que, desde los márgenes, están redefiniendo el panorama literario cubano.