La violencia contra la mujer en una serie de Elena Palacios
Con la serie de doce capítulos Los gatos, las máscaras, las sombras, que saldrá al aire a partir del próximo 19 de enero por el canal Cubavisión, Elena Palacios retoma el conflicto de la violencia de género, un tema que la directora y guionista investiga desde hace varios años motivada por inquietudes personales y por la urgencia de visibilizar dicho conflicto a través del audiovisual.
El título de la serie aúna elementos simbólicos que expresan la perspectiva psicológica, a veces reprimida, de las mujeres violentadas, sus maltratadores, y el entorno cercano. La guionista propone cinco historias independientes que confluyen en el personaje de la psiquiatra de una consejería para víctimas de violencia, las cuales, a pesar de ser diferentes en edad, raza, profesión, nivel educacional y económico sufren las consecuencias del maltrato físico y otros tipos de agresión.
La directora matiza el argumento con emociones intensas y aborda casos reales mediante una contracción dramatúrgica ajustada a las necesidades de la ficción. El dramatizado, producido por Altair Reyes, profundiza en las diferencias culturales, los derechos de los adultos mayores, el abuso sexual, el celo profesional en la pareja, el rechazo intrafamiliar a una mujer transgénero y el secretismo que obstaculiza la denuncia de los comportamientos violentos.
Palacios se propuso respetar el lenguaje profesional y el protocolo establecido en el tratamiento a las víctimas, por lo que buscó la asesoría de Ivón Ernand, Doctora en Psiquiatría (ya jubilada) quien compartió sus experiencias en el Centro Nacional de Educación Sexual (Cenesex), la Federación de Mujeres Cubanas (FMC) y la Consultoría del Centro Oscar Arnulfo Romero.
“Las conversaciones con Ivón me ayudaron a comprender la perspectiva del profesional que trabaja los temas de violencia y la necesidad del autocuidado que precisan las personas dedicadas a esta área de trabajo, ya sean médicos, especialistas legales o policiales, pues, en ocasiones, cuando llevan mucho tiempo dedicados a esa labor presentan secuelas, malestares y depresiones. De ahí la importancia de los talleres de autocuidado, un tópico que también me pareció importante incluir”.
En el numeroso elenco aparecen los nombres de Deysi Quintana, Sailin Carbonell, Laura Moras, Luis Alberto García, Ari Fonseca y Rosalí Suen, todos conducidos por el director de actores Roque Moreno.
Como respuesta a un encargo de la televisión cubana, la escritora generó los argumentos y convocó a tres jóvenes guionistas: Ona Gutiérrez, Nataly Gómez y Reinaldo Mayarí para compartir el desarrollo de las historias. Elena y la directora de fotografía, Deymi D´Atri trabajaron de manera cuidadosa las escenas más crudas, para evitar el contenido explícito que pudiera agredir la sensibilidad de la audiencia.
“No me interesa trasmitir una sensación de derrota, victimización o de carencia de salida. El principal reto fue encontrar un balance entre mostrar fenómenos tan duros y estimular la búsqueda de soluciones. A pesar de que el tema se repite en la pantalla, queremos atraer la atención de los públicos hacia situaciones álgidas que persisten en la cotidianidad”.
La directora argumenta lo oportuno de abordar esta temática, al valorar la forma en que las violencias se enmascaran y transforman, por medio de comportamientos aparentemente inofensivos. Los distintos tipos de violencia están relacionados; reconocerlos, sin justificarlos, pasa por la multifactorialidad, y la comprensión de los contextos sociales, culturales, epocales, la clase social y la racialidad.
“Me interesa contribuir desde el audiovisual, aportar herramientas al aprendizaje de los públicos, que las personas puedan identificar la violencia, enfrentarse a ella, saber cómo relacionarse con las víctimas sin culpabilizarlas ni revictimizarlas”.