La danza moderna o contemporánea cubana forma parte del Patrimonio Cultural Inmaterial de nuestra nación. Desde su práctica sistematizada a partir del 25 de septiembre de 1959, está asociada al concepto de identidad, de comunidad y, como acto fundacional, estrechamente vinculado al cine cubano en Revolución.

Como disciplina efímera ha buscado la manera de trascender en el tiempo, más allá de los traspasos generacionales, desde lo corpóreo, lo oral y las anotaciones, a los cuales se le ha sumado el importante registro fílmico o audiovisual surgido en los primeros años del siglo XX, favorecida además por los procesos de digitalización.

Desde la fundación del Instituto Cubano del Arte e Industrias Cinematográficos, los cineastas cubanos tuvieron la iniciativa de registrar el arte de danzar, y hoy, lo filmado ¡es patrimonio!

Como es recurrente en la cultura cubana en Revolución, todo comenzó en los predios del Teatro Nacional de Cuba, en los salones de su Conjunto de Danza, gracias al ingenio creativo de Ramiro Guerra, a la entrega incondicional de sus bailarines y a la gestión de la Doctora Isabel Monal.

Suite Yoruba, estrenada en junio de 1960, será el paradigma y referente de toda la danza moderna y contemporánea en el Caribe. Foto: Tomada de Toda la Danza

Apenas transcurridos nueve meses de la fundación (25 de septiembre de 1959) de lo que devino en el Conjunto de Danza del Teatro Nacional de Cuba (TNC), se estrena la Suite Yoruba el 24 de junio de 1960 en la Sala Covarrubias, obra que será el paradigma y referente de toda la danza moderna y contemporánea en el Caribe.

Desde que se abre la primera cortina, un “oooh” enorme sale del público, sube hasta el techo y cae aprobatorio sobre el escenario. Los tambores Batá y las voces litúrgicas inician el cántico y la virgen de Regla, rodeada de bailarines que semejan las ondas del mar, aparece bajo una luz azul. La virgen (Eleonora Peñalver) deja el pedestal bajo el cual se encuentran sus hijos, y se convierte en Yemayá “señora de la fecundidad universal, dominante de las aguas turbulentas y la espuma salina del mar profundo”.[1]

Sin lugar a dudas, José Massip fue uno de los cautivados por la Suite Yoruba, la cual constituye según él “el cuerpo principal del ‘film’ Historia de un Ballet, del que es su director y guionista. El documental constituye uno de los más importantes testimonios de ese período histórico convulso del triunfo de la Revolución cubana, por su valor antropológico desde lo social, religioso y cultural”.

Sus créditos iniciales, con esta grafía[2]:

El Instituto Cubano del Arte e Industria Cinematográficos
Presenta
Un documental del Teatro Nacional de Cuba

Y de inmediato entra la imagen de Shangó, Santiago Alfonso, corriendo para inmortalizarse en la Historia de un Ballet; en esa primera escena comienza a rodar una parte de nuestra identidad. Aparecen grandes intelectuales de la cultura nacional de ese momento, y otros que con el decursar de los años harían grandes aportes a nuestra historia más reciente. La dirección de fotografía es de Jorge Haydú, y como narrador Luis Carbonell con su inconfundible voz. En una fábrica de tabaco lee nuestro poeta nacional Nicolás Guillén; Ramiro Guerra (coreógrafo, director del Conjunto de Danza Moderna del TNC), marca el ritmo, el escenógrafo y pintor Julio Matilla se apropia de un traje de Shangó para la escena, y el director de la Orquesta Sinfónica Nacional, Enrique González Mantici, armoniza a todos los instrumentistas de la Orquesta, también del TNC.

“En Cuba ya tenemos Teatro Nacional”[3] se escucha la voz en off de Carbonell… y la cámara entra al histórico salón ubicado en el segundo piso del Teatro Nacional, donde trabaja el Conjunto de Danza Moderna (hoy Danza Contemporánea de Cuba), donde sobre un piso de granito se arrastran los bailarines, y unos jóvenes, Lorna Burdsall y Eduardo Rivero, guiados por Ramiro, ensayan Auto sacramental (1960)”.

Es el testimonio de los inicios de la construcción de nuestra identidad danzaria en el apenas construido TNC. Narra Luis Carbonell que “… muchos asisten por primera vez al teatro…”[4], como el nieto de esclavo Andrés Cruz (olubatá). Ellos también hicieron nuestra danza, hombres y mujeres referenciados cuando hablamos de nuestras raíces, como es el caso de Andrés Cruz, descendiente de un abuelo del imperio Yoruba a orillas del río Níger (tambor Orilla o madre)[5], José de La Rosa, Nieves Fresneda, y Marcelo Miró, entre otros tantos que, en Regla, protagonizaron un Güemilere para que el coreógrafo, los bailarines, los maestros y el diseñador bebieran del ritual. Aquella caída de la tarde, con sus protagonistas sudorosos, quedó registrada para nuestro patrimonio fílmico por un equipo del Icaic, liderados por el ya mencionado Massip.

Historia de un Ballet es una de las películas más premiadas y vistas del cine cubano. Foto: Portal ENDAC.

Historia de un Ballet es una de las películas más premiadas y vistas del cine cubano: Gran Premio Paloma de Oro en el Festival Internacional de Cine Documental y de Animación de Leipzig (RDA, 1962). Diploma de Honor en el Festival Internacional de Cortometrajes de Oberhaüsen (RFA, 1963). Primer premio Medalla de Oro en el Certamen Internacional de Cine Documental y Cortometraje de Bilbao (España, 1964). Mención de Honor en la Semana Internacional de Cine de Barcelona (España, 1964). Primer Premio Carabela de Oro en el Festival de Lisboa (Portugal, 1965).[6] Documental recurrente en nuestra televisión, que a su vez influenció a la Suite Yoruba, a pesar que en un principio Ramiro Guerra, su coreógrafo, no estaba de acuerdo con el guion de José Massip:

… decidí incorporar escenas filmadas en la naturaleza a las acciones escénicas en vivo. Así, la batalla entre los dioses Oggún y Shangó se veía en pantalla durante el enfrentamiento real, ampliando míticamente el acontecimiento en escena. Y cuando terminaba, la coreografía continuaba en vivo. Importé la imagen cinematográfica a la obra no como una forma decorativa, sino para dar una nueva dimensión a la representación. Fue la primera ruptura en mi obra con las convenciones teatrales. Incluso de gira por Europa, el público aún no se sentía cómodo.[7]

En el propio año 1962 se filma para el Icaic el corto de ficción con una duración de 15 minutos Minerva traduce al mar, en blanco y negro, a partir de un poema de Lezama Lima, con la emblemática Oshún de la Suite Yoruba, Irma Obermayer, y Lorenzo Monreal; ya la Obermayer había abandonado el Conjunto de Danza Moderna del Teatro Nacional, pero es interesante traer a colación el referido film por lo poco que conocemos de él.

El cortometraje centra su narración en un poema que escribió Lezama Lima para el documental, son dos bailarines que danzan a la orilla del mar, bajo la dirección de Oscar Valdés y Humberto Solás quienes, junto a Héctor Veitía, son los guionistas. La música es del compositor Roberto Valera. Jorge Haydú en la fotografía, Nelson Rodríguez como editor, y en el sonido Germinal Hernández y Ricardo Istueta. Son nombres que comienzan a ser recurrentes y reconocidos en nuestro cine, y en reiteradas ocasiones forman parte de los equipos dedicados a testimoniar la danza cubana. Para este trabajo, como fotógrafo, también ejerce el alemán Gunther Haubold.

“En el propio año 1962 se filma para el Icaic el corto de ficción con una duración de 15 minutos Minerva traduce al mar…”

José Lezama Lima sobre el filme:

Vinieron a verme unos jóvenes del ICAIC —Oscar Valdés, Humberto Solás y un joven de apellido Canosa— para pedirme que escribiera un texto para ese trabajo. El film estaba hecho ya. Asistí a una proyección y me pareció interesante como película experimental. Naturalmente, creo que si yo hubiera trabajado en contacto con Valdés y Solás desde antes, durante algunas fases de la realización, hubiera podido lograr una mejor adecuación temporal del poema y no me hubiera visto obligado a reducirlo después en función de la estructura de la película.[8]

El Noticiero Icaic, bajo la dirección del reconocido cineasta Santiago Álvarez, no fue indiferente a la temática asociada a la danza y registró lo acaecido en ese gran centro promotor de la cultura que fue el TNC; los noticieros testimoniaron el quehacer de la danza nacional e internacional en sus escenarios, en las calles y campos cubanos.

Estos materiales desde el 2009 son parte del conjunto de testimonios audiovisuales declarado por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco) como “Memoria del Mundo”. El Nro. 6, con dirección de Santiago Álvarez, del 11 de julio de 1960, recoge la primera puesta en escena de la práctica cultural-religiosa de los Abakuá: “Presentación de un bembé en el Teatro Nacional con cantos y bailes folklóricos”. El Nro. 1198, realizado por Francisco Puñal el 13 de octubre de 1984, es “Reportaje por el XXV Aniversario de Danza Nacional de Cuba”.

La Suite Yoruba forma parte del patrimonio danzario cubano, que según testimonios de Manuel Hiram, Ramiro Guerra y Félix Guerrero, fue filmado en la gira de finales del año 1969 por la Televisión Polaca. Sería de gran valor testimonial, cultural e histórico su rescate.

En la recién gira que hizo el Conjunto por Europa, y mientras filmábamos la Suite Yoruba para la televisión polaca…[9]

Lo cual es ratificado por Ramiro Guerra:

Polonia cuenta en la ciudad de Poznan con un coreógrafo de gran talento e impulsividad que posee un grupo de ocho bailarines. Pudimos ver una película filmada para la televisión polaca, de este director que hizo la Suite Yoruba[10]

En la década de los años setenta de la pasada centuria, el cine cubano con más experiencia, material humano y nuevas tecnologías, se acerca más a la producción de la danza moderna cubana; los cineastas Melchor Casals y Héctor Veitía centran parte de su obra cinematográfica en este género, ellos filman obras de los nuevos coreógrafos, con diferentes propuestas estéticas.

El Noticiero Icaic, bajo la dirección del reconocido cineasta Santiago Álvarez, no fue indiferente a la temática asociada a la danza. Foto: Tomada de Portal ENDAC

Melchor Casals, en el año 1974, filmará dos documentales sobre obras que devinieron emblemáticas para la historia de la Danza Moderna Cubana, Okantomi y Sulkary. Ernestina Quintana y Pablo Trujillo serán los protagonistas de Okantomi, para la segunda pieza además de Pablo, son incorporados Luz María Collazo, Nereida Doncel, Leticia Herrera, Atanasio Mederos, Isidro Rolando.

Manuel Iglesias entrevistó a Melchor Casals [11] por los 50 años de Sulkary, el documentalista declara que Sulkary representa no solo un hito en la historia de la danza moderna cubana, también creó una pauta en ese peculiar género de danza cinematográfica.

Filmada a partir del trabajo mancomunado de seis grandes bailarines con poderosas herramientas técnicas de danza moderna, el cortometraje contiene aportes pedagógicos para generaciones de bailarines y ha sido referente obligatorio para cada una de las puestas en escena que se han realizado por Danza Contemporánea de Cuba y Teatro de la Danza del Caribe.

Sobre las imágenes logradas en el filme, Melchor Casals hace énfasis en que fueron trabajadas en siluetas “a partir del diseño creado para el cartel del filme por el diseñador René Azcuy”, el referido cartel forma parte de la colección de la Academia de los Premios Oscar, y en cierta medida define la imagen de la danza moderna o contemporánea cubana.

Los arreglos y la interpretación por la Orquesta de Percusión del Conjunto de Danza Moderna, la voz solista de Nancy Rodríguez, dirigidos por el mítico Jesús Pérez, en una versión para cine grabada por Jerónimo Labrada en los Estudios de Sonido del Icaic, reafirman sus valores patrimoniales.

Completan el documental el trabajo de fotografía de Jorge Haydú, “con un diseño de luces que lograba un reflejo alucinante de los cuerpos negros, y del editor Roberto Bravo. Ambos eran unos artistas excepcionales”, testimonia Casals.

En el año 1975, Melchor Casals regresa a la documentalística sobre temas de danza con Panorama de la música y la danza cubanas, coreografía de Víctor Cuéllar y bailarines, cantantes y músicos de Danza Nacional de Cuba como intérpretes.

El año 1979 marca los inicios de Héctor Veitía en el género documental sobre danza. Lleva al cine dos coreografías de Arnaldo Patterson, estrenadas en el año 1978: Libertango, interpretada por Perla Rodríguez y Miguel Iglesias, sumergidos entre luces y sombras, en la ternura cruel de un tango de Piazzola, en un contraste de incomunicación/introversión, de entrega. Contrastes fue creado especialmente para el brillante Eduardo Rivero, después de una prolongada ausencia como intérprete de los escenarios cubanos, quien regresa a enfrentar un reto referente a la dinámica, la utilización de distintos niveles en el espacio, de formas asimétricas que se conjugan en el lirismo dramático de un gesto. Paradójicamente, el deterioro que tiene la película acentúa su valor fílmico. En 1979 filmó Isadora, de Jesús López como coreógrafo e Isabel Blanco como la intérprete ideal del personaje a recrear.

En 1980 Héctor Veitía versiona para el cine otro clásico de la danza cubana, creado por Arnaldo Patterson, Elaboración técnica (1976), importante patrimonio fílmico cubano, referente de las clases de Técnica de la Danza Moderna Cubana dentro y fuera de nuestras fronteras. En ese propio año registra para nuestra memoria escénica la interpretación de uno de los más importantes y reconocidos bailarines cubanos, Rubén Rodríguez, en su gran rol de Michelangelo (1979) especialmente creado para él por el coreógrafo Víctor Cuéllar.

Wifredo Lam es un documental de 1979, bajo la dirección de Humberto Solás, que utiliza a la danza como uno de sus recursos para expresar la sensualidad, la luz y el color, de la inatrapable cosmogonía antillana del telúrico mundo pictórico de Lam. Con la colaboración del Conjunto de Danza Moderna, en especial de Eduardo Rivero como coreógrafo e intérprete, junto a la belleza de Luz María Collazo. El Dúo a Lam (1979), de Eduardo Rivero, es consecuencia de la película de Humberto Solás.

Wifredo Lam es un documental de 1979, bajo la dirección de Humberto Solás, que utiliza a la danza para expresar la sensualidad del telúrico mundo pictórico de Lam. Foto: Tomada de Cine Reverso

Otras productoras como la Televisión Cubana, en la década de los ochenta de la pasada centuria, también incursionan en el documental con temas de danza. Al parecer todo ese tesoro fílmico de la TV fue borrado, algunos materiales están en manos de sus coreógrafos, quienes se ocuparon de preservarlos. Existe la posibilidad de que la Fundación Pablo Milanés conserve los fragmentos de presentaciones de danza en el programa televisivo Proposiciones, donde recuerdo la presencia de Isabel Blanco, Narciso Medina y Regla Salvent, entre otros.

Un documental muy interesante, de obligada consulta, es el protagonizado por Jesús Pérez, titulado Oba-Ilú[12], en 1985, quien es referente para entender nuestra identidad danzaría, dirigido por Emilio Oscar Alcalde, de la productora ECTV-FAR. Jesús Pérez fue uno de los que participó como demostrador junto al Dr. Fernando Ortiz en el Teatro Campoamor (1936), y en la Universidad de La Habana, sobre la música cubana y las tradiciones africanas. Tomó parte en la fundación del Departamento de Etnología y Folclore, en la del Conjunto de Danza Moderna, ambos del TNC, y del Conjunto Folclórico Nacional.

En 1988 se filma el docudrama Diana bajo la dirección de Juan Carlos Cremata Malberti, de la Escuela Internacional de Cine y Televisión, con las interpretaciones protágonicas de Dulce María Vale, Rosario Cárdenas y bailarines de Danza Contemporánea de Cuba.

Según las declaraciones de su director:

Estaba terminando el primer año de la Escuela Internacional de Cine y era requisito hacerlo con un documental. Por esa época me afectó un poco la muerte de Diana Alfonso, una excelente bailarina de la entonces Danza Nacional de Cuba. Diana, mi primer documental, no es en realidad sobre la vida de ese ser extraordinario, sino sobre mi imposibilidad de poder encerrar en un tiempo determinado la vida de una persona.[13]

Nuevos nuevos filmes y cortometrajes enriquecen la imagen filmica de la hoy Danza Contemporánea de Cuba, algunos de ellos de gran aliento poético como You Cuba (2005), de la realizadora Margaret Williams, coreografía de Cathy Marston. Película de danza en Dvcam, para el Canal 4 de la Televisión Inglesa.

Tangos Cubanos (2015), filme de Billy Cowie.

Tiempos de Tango (2015), film de Adolfo Izquierdo basado en la coreografía Tangos cubanos, de Billy Cowie.

En el siglo XXI, la obra más significativa de filmación de la danza contemporánea cubana para la televisión corresponde a la directora Francesa Sonia Páramo y su productora Les Filmes Figure Libre, en coproducción con Danza Contemporánea de Cuba. Danza, el milagro de Cuba (2011), dirigido por Páramo con la participación de France Televisión, el apoyo de la Región Midi-Pirineos y del CNC (Francia), fue seleccionada para competir de manera oficial en la edición del FIPA (Festival Internacional de Filmes de Televisión) celebrado en Biarritz, Francia, en enero del 2012. Ahí quedaron registradas las obras Carmen, coreografía de Kennetth Kvamström; Folia, de Jan Linkens; Demo-N/ Crazy, de Rafael Bonachela, y Mambo 3 XXI, de George Céspedes; y gira de la compañía a los Estados Unidos de Norteamerica en el 2012.

En el siglo XXI, la obra más significativa de filmación de la danza contemporánea cubana para la televisión corresponde a Danza, el milagro de Cuba. Foto: EuroArt

En la premier en La Habana, la crítica de arte Marilyn Garbey hizo una valoración del filme:

Danza, el milagro de Cuba, de Sonia Páramo, es un documental que registra muchos milagros, tan solo posibles en una isla donde un Lada ruso resiste a las olas que se proyectan contra el Malecón y cubren la acera de espuma, donde los bailarines afrontan cualquier obstáculo con el transporte o la electricidad para subir a escena y propiciar el milagro de la danza toda.[14]

Sonia Parámo volvió para registrar el quehacer de Danza Contemporánea de Cuba, en otras dos ocasiones, y filmó los documentales Consagración (2018) y Matría Etnocentra para el canal Mezzo de la TV Francesa, en colaboración con Danza Contemporánea de Cuba, y grabó Danza dance en junio de 2024, Sulkary, Identidad-1 y El cristal, el cual fue estrenado en el canal Mezzo de la TV francesa el martes 8 de octubre, con retransmisiones los días 16, 24, y 27 del propio mes.

En el año 2016, Alejandra Aguirre dirige Fuera de escena.[15] Durante cuatro años la cineasta ha registrado el quehacer cotidiano de Danza Contemporánea de Cuba: entrenamientos, montajes coreográficos, giras internacionales, que se subordinan a temas poco abordados en la vida de los intérpretes.

Con el desarrollo acelerado de nuevas tecnologías crece el número de cineastas, quienes tienen la posibilidad de registrar el apasionado mundo del movimiento y de las ideas como es la danza. Así surgen registros coreograficos como los “trascámara”, que tanto han favorecido los montajes en cuanto a testimonio y como materiales de referencia.

“Con el desarrollo acelerado de nuevas tecnologías crece el número de cineastas, quienes tienen la posibilidad de registrar el apasionado mundo del movimiento y de las ideas como es la danza”.

Se pudiera seguir argumentando más pormenores sobre la relación danza-audiovisuales a lo largo del siglo XXI, hay un gran número de testimonios, como Santiago Alfonso: la goria eres tú, del realizador Pedro Maytín, producido por el Consejo Nacional de las Artes Escénicas (2024), pero merecen un trabajo monográfico detallado.

Desde la propia Artes Escénicas, sus investigadores y creadores se han dado a la tarea de registrar la memoria escénica cubana, entre los más notable en los últimos años se encuentran: Súlkary clásico, de Adolfo Izquierdo y Yuris Nórido, con la asesoría y producción de Jorge Brooks para Danza Contemporánea de Cuba (2021) y Ramiro… siempre la danza, también de Yuris Nórido y Adolfo Izquierdo, con la asesoría y producción de Jorge Brooks para Danza Contemporánea de Cuba (2022). En 2024 ese equipo de realización estrenó Una mujer, un teatro, un audiovisual de Yuris Nórido y Adolfo Izquierdo, con la asesoría y producción de Jorge Brooks para el TNC (2024), dedicado a la Dra Isabel Monal; y preparan un documental sobre la figura de Isidro Rolando Thondike, “memoria viva de la danza cubana”.

Es evidente que el soporte audiovisual en manos de coreógrafos, ensayadores, intérpretes, investigadores y cineastas es una herramienta de trabajo fundamental para la socialización y conservación de ese patrimonio inmaterial que es la danza.


Notas:

[1] Orlando Quiroga. “Suite Yoruba” en Bohemia, diciembre 4 de 1960, A. 52, No. 49, p. 48

[2] Tomado del documental “Historia de un ballet” 1962, Dirección de José Massip, producido por el TNC y el ICAIC.

[3] Ibídem.

[4] Ibídem.

[5] Tomado del programa de mano de Historia de un ballet (1962)

[6] Enciclopedia Digital del Audiovisual Cubano. Ver en https://endac.org/encyclopedia/enciclopedia-digital-del-audiovisual-cubano/

[7] Ramiro Guerra. “Mi experiencia y experimentos en la Danza del Caribe” para cuestionario de “Susanna Sloat, 11 de septiembre de 2007.

[8] José Lezama Lima. Entrevistas con directores de largometraje. Revista Cine Cubano Nro. 23-24-25, pp 97-98. Tomado de Enciclopedia Digital del Audiovisual Cubano. Ver en  https://endac.org/encyclopedia/enciclopedia-digital-del-audiovisual-cubano/

[9] Omar Vázquez. “Testimonio de Manuel Hiram” en Granma, 14 de mayo de 1971.

[10] Omar Vázquez, “La gira del CNDM por Europa” en “entrevista” Granma, 7 columnas. 6 de diciembre de 1969.

[11] Manuel Iglesias. “A medio siglo de Sulkary, esa obra maestra” en El cine es cortar, 15 de mayo de 2021. En https://elcineescortar.com/

[12] Enciclopedia Digital del Audiovisual Cubano. Ver en https://endac.org/encyclopedia/enciclopedia-digital-del-audiovisual-cubano/

[13] Ibídem.

[14] Marilyn Garbey, La Habana, diciembre 15, 2011

[15] Enciclopedia Digital del Audiovisual Cubano. Ver en https://endac.org/encyclopedia/enciclopedia-digital-del-audiovisual-cubano/

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