Con profundo pesar hemos recibido la noticia del fallecimiento del director y profesor teatral Huberto Llamas, reconocido por su amplia labor en nuestro país y en otras naciones, como defensor de la dramaturgia cubana y el desarrollo del movimiento de aficionados.

Nacido en abril de 1944, se graduó de la Escuela Nacional de Teatro, y desde la década del 70 se integró a varios núcleos de artistas aficionados, como el del Plan Genético creado en el este de la capital, y en localidades como Madruga, Jaruco, Santa Cruz del Norte, Canasí y muchas otras.

Huberto Llamas fue un defensor de la dramaturgia cubana y el desarrollo del movimiento de aficionados.

En su trayectoria tuvo especial importancia la creación del grupo Plaza Vieja, nacido a instancias de su relación con el Fondo Cubano de Bienes Culturales. Desde este colectivo movilizó a numerosos artistas del movimiento aficionado, dirigiendo con ellos y con actores de gran prestigio en el ámbito profesional del cine, el teatro y la televisión, espectáculos como Santa Camila de La Habana ViejaAndoba o María Antonia, a partir de los textos de José R. Brene, Abraham, Rodríguez y Eugenio Hernández Espinosa.

Con un extenso trabajo además en México, Colombia, Venezuela, Costa Rica, Guatemala, República Dominicana y otras naciones del área, Llamas impartió talleres y seminarios de formación actoral, así como conferencias y clases magistrales.

Fue reconocido con condecoraciones y lauros por sus desempeños. Foto: Tomada de La Jiribilla

En 2003 se le reconoció con el Premio Nacional de Cultura Comunitaria. Poseía la Distinción por la Cultura Nacional y la Medalla “Raúl Gómez García”, entre otras condecoraciones y lauros por sus desempeños.

Tras un período de trabajo en Panamá, había regresado a nuestro país en fechas recientes, para dirigir nuevamente algunos de sus textos preferidos con nuevos actores, en áreas abiertas para todo el público que quisiera disfrutarlas.

Impulsor del teatro en la comunidad, dirigió también galas y eventos de gran formato para ocasiones especiales, como la Cantata por la Paz que se estrenó en Venezuela, en el año 2004, para celebrar la fundación de la Red en Defensa de la Humanidad. Es Héroe Nacional del Trabajo.

“En 2003 se le reconoció con el Premio Nacional de Cultura Comunitaria”.

Su deceso se produce en Panamá, tras sufrir una larga y penosa enfermedad. Por decisión de sus allegados, sus restos serán cremados y devueltos a Cuba, como fuera su voluntad. Oportunamente se brindará más información sobre el homenaje a este destacado artista.

Lleguen nuestras más sentidas condolencias a familiares, amigos, seguidores y colaboradores.