Tania Pire, Otto Rabajo, Estela C. Miranda, Adalberto Mena, Ester Aida, Julia T. González, René Facenda, Tania Díaz y José A. Ramírez son las abuelas y los abuelos de Moník Molinet. Los tomó “prestados” durante cuatro días y ya hoy forman parte de la familia que eligió tener sin que medien lazos consanguíneos.

¿Cuáles son los recuerdos que tenemos de lo que hemos vivido con nuestros abuelos? Cada cual los atesora en su memoria. Sin embargo, esta artista no posee ninguno, y salió a buscarlos. Los imaginó, los recreó en su mente, los dibujó y con su lente analógico los captó. Los nueve actores que la apoyaron en su empeño son hoy esos abuelos que Moník puede presentar en 29 escenas. Ella conformó su propio álbum con 29 fotos familiares que revelan sucesos cotidianos de una relación ¿habitual?, marcada por el paso del tiempo.

“Ella conformó su propio álbum con 29 fotos familiares que revelan sucesos cotidianos”.

Moník parte del hecho de que la memoria no es la realidad. Más bien son los recuerdos que creemos haber vivido, “por eso este proyecto fotográfico de autorretrato se propone crear una memoria que no tuve, que no viví… y representar los recuerdos de una relación con mis abuelas y abuelos”.

Lo que varias amistades le contaron sobre las vivencias con sus abuelas y abuelos marcó la pauta para la artista. “Me interesa llevar un concepto hasta las últimas consecuencias. Esa es la premisa de esta obra y las emociones creadas en su realización pertenecen a mí y al resto del equipo”.

Crear esta “familia” es la esencia de Abuelas y abuelos prestados, una exposición personal que, galardonada a nivel internacional en Innovate Grant 2024 y presente en Foto España gracias al programa Transcultura de la Unesco, deviene debut de Moník en la Bienal de La Habana en esta decimoquinta edición.

La inauguración fue el domingo 17 de noviembre a las 4 de p.m. en Malecón Art 255, donde permanecerá abierta al público hasta el 28 de febrero. Ese día, rodeada de adultos mayores del Colegio de Belén que cantaron y bailaron para dar la bienvenida, Moník sintió que valió la pena el arduo proceso de “fabricar” este fragmento de su memoria.

“En ese viaje emocional que hago con estas ancianas y ancianos, deseo que me acompañen los espectadores”.

Empleando técnicas teatrales inspiradas en el Verfremdungseffekt de Bertolt Brecht, partiendo de la fotografía analógica y luego a su digitalización, la serie incluye también una sala de video interactiva, ambientada cual sala hogareña de cualquiera de nuestros abuelos y una gigantografía en el emblemático Cine Payret como un comentario sobre las fronteras entre lo público y lo privado.

Luego de estudiar música clásica y artes escénicas, Moník encontró en la fotografía un acto de empoderamiento, de decisión propia y de elevada responsabilidad que le ha interesado desarrollar. Específicamente, el ejercicio de la autorrepresentación lo trabaja desde hace una década y considera que esta muestra es un punto de madurez en su trayectoria.

“Luego de estudiar música clásica y artes escénicas, Moník encontró en la fotografía un acto de empoderamiento (…)”.

Reconocida por su activismo feminista desplegado también en México, país donde fijó su residencia hace un tiempo, la artista —nacida en Pinar del Río— presentó anteriormente en La Habana una deconstrucción de las masculinidades hegemónicas con la exposición Hombres con flores en Fábrica de Arte. La serie de sus abuelas y abuelos es un punto de giro pero no deja de ser una invitación a acercarse a su alma, a sus alegrías y carencias más profundas.

“En ese viaje emocional que hago con estas ancianas y ancianos, deseo que me acompañen los espectadores. Por eso miro a la cámara, por eso el punto está en mí, por eso dejo ver que soy quien aprieta el obturador, y dejo claro que soy yo quien ha construido estas relaciones de cercanía, esta intimidad para abrir una ventana hacia los adultos mayores y, sobre todo, para celebrar la relación entre los abuelos y los nietos. No siempre se disfruta a plenitud lo que se tiene en la vida”.

Aún cuando los trabajos fotográficos de autorretrato transcurren en soledad como ejercicio de introspección, Moník convocó a un equipo con el que se siente muy identificada desde el punto de vista artístico y humano, y del que recibió todo el apoyo y la comprensión que necesitaba.

“Moník convocó a un equipo con el que se siente muy identificada desde el punto de vista artístico y humano (…)”.

Comisariada y curada por Lorenzo J. Torres, la serie contó con Arianna Delgado en la dirección de actores; Pavel Marrero en el estilismo; Lena Hernández y Carla Franco en video y gaffer; Libia Batista en el casting; Kalia León en el diseño gráfico, Claudio Peláez en la edición de video; Vedado Films a cargo del equipamiento de video y la labor de Relaciones Públicas en manos de Dayana Hernández.

“Para mí es importante que mi obra no pierda el contacto con la realidad, con lo social. Por eso, la exposición será un punto de acopio de donativos que, en colaboración con el Centro Martin Luther King, les serán entregados a hogares de ancianos y en sus propias manos. Quienes deseen ver la muestra, entonces están también invitados a traer lo que quieran aportar a esta iniciativa”.

¿Puede el arte suplir carencias emocionales? Moník indaga sobre ello en este proyecto. Al mismo tiempo, reconoce, defiende y eleva el rol tan importante que ocupan los ancianos en la formación de las nuevas generaciones, en la construcción de sentidos y valores y en la armonía de un hogar.