Una fiesta del movimiento de artistas aficionados
Engalanada hasta el último de sus espacios, la Casa de Cultura de Centro Habana acogió del 3 al 5 de septiembre la edición XXVII del concurso de interpretación de música típica cubana, dedicada al aniversario 45 de la desaparición física de Joseíto Fernández, autor, entre otras, de una de las melodías más representativas de la música cubana: “La Guantanamera”.
“El Concurso de Interpretación de Música Típica Cubana Joseíto Fernández es el evento más importante de nuestra institución. Se celebra anualmente y más que un concurso es un festival porque en él están presentes las cinco manifestaciones del arte”, dijo en exclusiva a La Jiribilla Javier Alba Horta, director de la Casa de Cultura que honra el nombre del muy merecidamente llamado “Rey de la melodía”.
Alba Horta explicó seguidamente “que una vez dada a conocer la convocatoria y recibimos las inscripciones, comenzaron las audiciones que se extendieron por una semana. Como resultado de las mismas fueron seleccionados 24 intérpretes de los 42 que se presentaron al concurso propiamente dicho”.
Joseíto Fernández es el creador de “La Guantanamera”, símbolo de identidad nacional que interpretada en los más disímiles idiomas se ha convertido en herramienta de lucha y hermandad entre los pueblos.
Devenido uno de los mejores ejemplos de la fortaleza con que cuenta en la capital el movimiento de artistas aficionados y al propio tiempo una oportunidad para retomar nuestras raíces culturales con el homenaje a uno de sus mayores exponentes, el Concurso de Interpretación de Música Típica Cubana “ha ido ganando en participación, añadió Alba, lo cual significa que el concurso va ganando cada vez más en aceptación. Este año, por ejemplo, contamos con la asistencia de aficionados residentes en los municipios de Alarmar, Mariano, Playa y Diez de Octubre. Es decir, que ya no responden a nuestra convocatoria solamente aficionados de Centro Habana”.
Por primera vez y es la mayor novedad de la edición XXVII del certamen, se implementó la categoría del adulto mayor, la cual se suma a las categorías infantil y juvenil adulto, instituidas desde ediciones anteriores. “Con ello hacemos posible que todos los grupos etarios tengan una representación en este evento, en cuya preparación trabajamos intensamente durante todo el año”.
Un panel integrado por tres instructores de literatura de la propia institución dejó oficialmente inaugurada la edición XXVII del concurso. Los panelistas, apoyados en emotivas imágenes, disertaron acerca de momentos relevantes de la vida de Joseíto Fernández. Su desempeño como zapatero, limpiabotas, vendedor de periódicos, y especialmente su atracción por la música desde las edades más tempranas que lo llevó a integrar dúos, tríos y cuartetos hasta llegar a la formación de su propia orquesta y sobre todo a la creación de una melodía que es símbolo de identidad nacional y que interpretada en los más disímiles idiomas se ha convertido en herramienta de lucha y hermandad entre los pueblos.
Como parte también de la inauguración del evento fue abierta al público una exposición de cultura popular tradicional. La muestra concebida con el empleo de técnicas como la pintura, el dibujo y las manualidades, está conformada por unas treinta obras salidas del talento y la creatividad de los niños, jóvenes y adultos que participaron en los talleres impartidos por los instructores de Artes Plásticas de la institución durante los meses de junio, julio y agosto.
“En la tarde del mismo día 3 de septiembre, trabajadores de la Casa, aficionados y un número considerable de invitados al concurso, realizamos una peregrinación hasta la vivienda donde naciera, el 5 de septiembre de 1908, Joseíto Fernández, convertida actualmente en museo. Allí ofrecimos a los residentes en el barrio Los Sitios una actividad cultural protagonizada por nuestros artistas aficionados de música, danza y teatro”, explicó Javier Alba.
Justo entre esos artistas aficionados destacó la presencia del cantante Raúl Fernández Viña, ganador de una mención en la pasada edición del concurso. En su opinión “es este un evento de mucho prestigio. En el transcurso de su celebración pueden apreciarse junto a buenas obras, muy buenos intérpretes.
“Entre los requisitos que se exigen a sus participantes, subrayó, figuran la buena interpretación, por supuesto, pero además el ritmo y la proyección escénica”.
Estimulado por la mención obtenida en 2023 que le permitió “alcanzar la categoría nacional dentro del movimiento de artistas aficionados”, Raúl Fernández demostró nuevamente sus excelentes cualidades como intérprete en la edición XXVII de un certamen que se consolida cada año como una oportunidad para compartir el arte con la comunidad y para todas las generacione
El concurso “Joseíto Fernández” es resultado del denodado esfuerzo y empeño de los instructores de arte en el proceso formativo de artistas aficionados.
Si bien las noches de los días 3 y 4 de septiembre estuvieron dedicadas “a las rondas de competencia, en la tarde del día 5 celebramos nuestra gala de premiaciones en el Teatro de Variedades América. En esa emblemática instalación, después de largas deliberaciones por la calidad artística de los concursantes, un prestigioso jurado, integrado por reconocidos intérpretes, compositores e instrumentistas del ámbito musical cubano, hizo entrega de las menciones y los premios a quienes por categoría tuvieron los mejores desempeños sobre el escenario”, explicó el director de la Casa de Cultura de Centro Habana.
Merecidas ovaciones por parte del público asistente al teatro le fueron tributadas igualmente a la ganadora del Gran Premio y el Premio de la Popularidad, que fue obtenido en esta edición por la cantante Leysy Beatriz Cué, con la legendaria canción “Te espero en la eternidad” de la autoría de Adolfo Guzmán.
Cuentan que en una ocasión le preguntaron a Joseíto Fernández si había nacido en la oriental provincia de Guantánamo. Con su típica hidalgía y cadencia el “Rey de la melodía” dijo poco más menos que podía ser oriundo de Guantánamo, Matanzas, de Sagua o de La Habana, en fin de cualquier sitio siempre que fuera tierra cubana. Precisamente esa cubanía que caracterizó la vida y obra musical de Joseíto Fernández, expresada en sones, guarachas y boleros estuvo presente en la edición XXVII del concurso de interpretación de música típica, que no es sino el resultado del denodado esfuerzo y empeño de los instructores de arte en el proceso formativo de artistas aficionados.