“El teatro, siempre el teatro”. Algo me sorprendió, lo confieso, escuchar tan categórica afirmación a alguien que, por décadas, ha escrito centenares de obras para la radio, empeño que lo convierte, a la vez, en un continuador y renovador de los dramatizados para la ya centenaria radiodifusión cubana.

¿Cuál es el motivo de que Joaquín Cuartas, conocido y reconocido autor de novelas, teatros, cuentos, aventuras, obras dirigidas a adultos, niños y jóvenes, trasmitidas por emisoras nacionales y provinciales del país, sienta esa especial predilección por el teatro?

Para encontrar la respuesta a esa interrogante, hay que revisar esos momentos de su propia vida que lo vinculan a una manifestación artística que, desde tiempos inmemoriales, cautiva, por su magia, sortilegio y encanto, a espectadores de todo el mundo.

La historia comienza cuando, en los años 60 de la pasada centuria, el joven Joaquín Cuartas —ya contador público, taquígrafo y mecanógrafo, en inglés y español—, escribe, como parte del movimiento de aficionados nacido a partir de 1959, El regreso, su primera obra para la escena.

Vendría luego, también por esos años esenciales de la cultura cubana, su participación en el Seminario de Dramaturgia, donde conoce qué era una comedia, una pieza, un teatro del absurdo, una farsa…, en fin, la estructura de lo que después podría hacer con su imaginación.

“Quiso el azar de la vida que Joaquín Cuartas no se relacionara profesionalmente con el teatro, sino que, en 1967, llegara a la emisora Radio Progreso”.

Su amor por el teatro —que por entonces escribe sin abandonar su trabajo como contador—, le lleva a crear varias obras, entre ellas Llegó a la Gloria la gente de los Santos Inocentes, galardonada con mención, en el año 1965, en el Premio Literario Casa de las Américas.  

Quiso el azar de la vida que Joaquín Cuartas no se relacionara profesionalmente con el teatro, sino que, en 1967, llegara a la emisora Radio Progreso, para así iniciar una fecunda, talentosa y rica carrera que ha salvado desde la contemporaneidad esa larga tradición de la radionovela cubana.

Amplio y diverso es su catálogo, en que —no resulta un secreto— sobresalen sus radionovelas, tanto originales como adaptaciones de otros autores, lo que ha permitido a varias generaciones de radioyentes amar, sufrir, reír, llorar, vivir, a través de historias inteligentemente contadas.

La memoria atesora títulos de indudable alcance y trascendencia en la historia de la radiodifusión nacional, como La canción del Shanon, Viento sur, Historias de amor y olvido, Cuando la vida vuelve, Crónica social, Cuando baja la marea, Encuesta por un divorcio, Vereda tropical

Su pasión por el teatro le ha permitido alcanzar, entre otros muchos reconocimientos, dos prestigiosos galardones concedidos en España: el Premio de Teatro Radiofónico Margarita Xirgu 1988 y el Premio de Teatro Iberoamericano Tirso de Molina 1994.

Ese interés por la escena queda demostrado, igualmente, con este libro, Teatro (Ediciones En Vivo, La Habana, 2024, 296 pp.), que agrupa ocho obras inéditas, escritas a lo largo del tiempo, muestra fehaciente de la diversidad de géneros y temas que caracterizan la producción de Joaquín Cuartas.

Podrán leerse en estas páginas obras como Descubriendo a América, farsa que cuenta, desde los disparatados avatares de una puesta en escena, en un país sudamericano marcado por la violencia, la tortura y el golpe de estado, la llegada del Almirante Cristóbal Colón al Nuevo Mundo.

“Un hermoso canto a la salvaguarda de la dignidad de un pueblo es el mensaje que aparece en Nuevamente se hablará de Troya, interesante tragedia que, al rememorar el conocido enfrentamiento entre griegos y troyanos, entrega un mensaje de incuestionable vigencia en el mundo contemporáneo”.

En Para Carmen quiero un son se retoma, ahora en una comedia musical, enmarcada en la Cuba de la primera mitad del siglo XX, la trágica historia originalmente narrada por Prosper Mérimée, que inspiró después una ópera con música de Georges Bizet.

La seca ha terminado, otro de los textos antologados, es una pieza en que el autor, a través de un bien pensado y estructurado diálogo entre las dos hermanas que protagonizan la historia, revela angustias, miedos, conflictos, odios, esperanzas…

La trama de la comedia De cómo y por qué Quirino Quirimbombo se hizo cimarrón se desarrolla en Bejucal, en el esclavista siglo XIX, en un logrado intento de entremezclar, con graciosa picardía y cubanísimo humor, una historia de indudable erotismo.

Un hermoso canto a la salvaguarda de la dignidad de un pueblo es el mensaje que aparece en Nuevamente se hablará de Troya, interesante tragedia que, al rememorar el conocido enfrentamiento entre griegos y troyanos, entrega un mensaje de incuestionable vigencia en el mundo contemporáneo.

Estas son solo algunas de las obras que aparecen en Teatro, suficientes para comprobar la predilección de Joaquín Cuartas por esta manifestación artística que, a partir de su talento, oficio y maestría, lo convierten en un hacedor de subyugantes e insospechadas historias.

El teatro —escribe el Héroe Nacional cubano José Martí, en su artículo Escenas mexicanas, publicado en las páginas de la Revista Universal, de México, el 4 de agosto de 1875— no es más que el conjunto de algunos sueños y el reflejo de algunas ideas.

Palabras que pueden servir ahora para invitar a los lectores a llegar a Teatro —el primero publicado por su autor— que permite develar la razón y la pasión de décadas de labor creadora. Un libro, a no dudarlo, que descubre los sueños y las ideas de Joaquín Cuartas.