La noticia del fallecimiento del gran bailarín francés Eric Vu An, el pasado 8 de junio en la ciudad de Niza, luego de una ardua batalla contra un cáncer cerebral, ha conmocionado no solamente al ámbito de la danza francesa sino a todos los amantes de ese arte a nivel mundial, donde era altamente valorado como bailarín, coreógrafo, actor y director de importantes compañías como el Ballet del Gran Teatro de Burdeos (1995), de la Ópera de Avignon (1997), los Ballets de Marsella (2005) y el Ballet de Niza-Mediterráneo cuyos destinos artísticos guió exitosamente desde el 2009 hasta su fallecimiento. Para el ballet cubano su muerte significa la pérdida de un artista superlativo, que entregó su arte a nuestro público durante sus actuaciones en la Isla, y también de un respetuoso admirador de la excelencia de la Escuela Cubana de Ballet.

El bailarín durante su juventud. Imagen: Tomada de Pinterest France

Nacido en París el 3 de enero de 1964, ingresó de manera excepcional en el elenco de la Ópera de París, pues contaba solamente 15 años de edad. Hijo de madre francesa y de un padre africano, tomó su apellido de su padrastro vietnamita, en una difícil infancia llena de carencias materiales y prejuicios raciales. Su rica formación técnica, atractiva presencia física y un carisma escénico, donde se mezclaban la sensualidad casi felina con los dones de un puro danseur noble, lo catapultaron vertiginosamente al estrellato.

En 1980, Alicia Alonso integró el Jurado del Concurso Internacional de Ballet de Varna, donde con sólo 16 años, Eric obtuvo altos galardones y allí se iniciaron los contactos para que viniese a actuar en Cuba. Tuvieron que pasar cuatro años para hacer realidad ese deseo y el 11 de noviembre de 1984, durante la Gala de clausura del 9no. Festival Internacional de Ballet de La Habana, nos regalaría en el hoy Gran Teatro de La Hababa “Alicia Alonso” una inolvidable interpretación del pas de deux de Bahkti, de Maurice Bèjart, junto a su célebre compatriota Sylvie Guillem, quien junto a él obtuviera el rango máximo de Etoile, por decisión de Rudolf Nureyev, por entonces director de la Ópera de París.

Pasaron los años y su carrera siguió cosechando lauros, especialmente como intérprete de las obras de Bèjart, cuya compañía integró por un tiempo y como estrella invitada de afamados conjuntos danzarios. En el 2014 tuvimos el honor de tenerlo nuevamente entre nosotros, esa vez en la dual faceta de intérprete y pedagogo. El 29 de octubre y el 1 de noviembre del 2014, en el Teatro Mella, daría una inolvidable interpretación de Otelo, en una representación de la célebre Pavana del moro, del mexicano José Limón, junto a Celenne Mercianno, Cesar Rubio y Verónica Colombo, solistas del Ballet de Niza, en el 24 Festival Internacional de Ballet. Durante el evento, justo el 3 de noviembre de 2014, tuve el honor de conducir la Jornada Pedagógica “Fernando Alonso” y en ella tomó parte valiosa Eric, con una dinámica y exitosa clase para los alumnos de la Escuela Nacional de Arte.

Eric Vu An interpretando a Otelo en Pavana del moro. Imagen: Cortesía del autor

Mucho hablamos aquel día rememorando su primera visita y de su admiración por la obra del Ballet Nacional de Cuba. Nunca olvido su sonrisa cuando me dijo con tono jocoso y brillo en sus ojos: “Entonces era casi un niño y ahora… mira mis canas”.

Un abrazo a tu memoria y luz en tu nuevo viaje, inolvidable artista y ser humano.

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