Félix Contreras publicó en 2018 La Habana narrada en el espejo, un homenaje a la ciudad a la que llegó en 1954 y desde entonces fuertemente ligada a su vida y obra, como una extensión más de la personalidad del poeta, periodista, musicógrafo e investigador nacido en Pinar del Río en 1940.

Para el libro, Félix envió a varias personas un cuestionario similar, con alguna nueva pregunta en dependencia del entrevistado. Amas de casas, escritores, músicos, arquitectos, historiadores… respondieron a las interrogantes con La Habana como núcleo.

¿Cuál es el olor de La Habana para Leonardo Padura? ¿O para Lina de Feria? ¿Qué hecho histórico marcó la vida de la capital, según Raúl Roa Kourí o Helio Orovio? ¿Qué lugar para el amor encontraron en esa ciudad Thelvia Marín, Sigfredo Ariel y Pedro de Oraá?

Así van dejando, en este libro publicado por Ediciones Unión, sus opiniones: Arturo Arango, Froilán Escobar, Lino Betancourt, Mario Coyula, Ambrosio Fornet, Alex Fleites, Alberto Garrandés, Nelson Herrera Ysla, Isabel Rigol, Lourdes Torres… Se repiten, por tanto, nombres, libros, canciones, lugares, sabores… Y vemos a La Habana (y sus ecos) construida desde el recuerdo y la melancolía, como piezas —la ciudad edificada por las historias personales— de un puzle mayor.

Para el libro, Félix envió a varias personas un cuestionario similar, con alguna nueva pregunta en dependencia del entrevistado. Imagen: Tomada de Internet

Su autor —leemos en las palabras de contraportada— nos “incita a recorrer los espacios perdidos y recobrados de una ciudad casi perfecta, entre olores y sabores, una Habana que nos hará entender el secreto de seguir amándola”. Pero, aunque el volumen posee un breve prólogo donde Félix nos da varias pistas, el lector curioso se queda con las ganas de saber qué respondería el autor de libros como Álbum de vida, Porque tienen filin y Yo conocí a Benny Moré, a sus preguntas.

¿Qué lugar define a La Habana?

La Loma del Ángel, su iglesia y la callecita Peña Pobre al fondo, que una vez caminé con mi amigo Cintio Vitier, que de niño vivió en ella.

Por eso —y aunque él ha abordado varios de estos temas en otros momentos— envié a Félix Contreras el mismo cuestionario que él le hizo llegar a sus entrevistados, añadiéndole alguna que otra interrogante. Por tanto, este es más bien un divertimento, un juego, breve en sus preguntas y sus respuestas, con el periodista y poeta Félix Contreras; cuando, la capital cubana recién celebró, el pasado 16 de noviembre, sus 504 años.

Naciste en Pinar del Río, ¿cuándo ocurrió tu primer encuentro con La Habana?

Nací en 1940 y, en ella, en 1954 buscaba a mi madre y me apareció La Habana.

¿Qué recuerdas de aquella primera vez?

Un montón de mulatas bellísimas agrupadas en una orquesta jazz-band que tocaban “Mango mangue”, de Francisco Felowe, en la terraza del hotel Saratoga.

¿Qué lugar define a La Habana?

La Loma del Ángel, su iglesia y la callecita Peña Pobre al fondo, que una vez caminé con mi amigo Cintio Vitier, que de niño vivió en ella.

¿Cuál sabor la identifica?

Los platos de la cocina afrocubana: buñuelos de boniato y yuca rociados con melao de caña, y fufú de malanga con mucho ajo.

¿Cuál es el olor de La Habana?

El del café de la Plaza Vieja…

¿A qué rincón vuelves siempre?

La librería de Arelys en la calle O´Reilly y a la Plaza Vieja, para contemplar el hotel art nouveau reparado con fotos de un reportaje mío publicado en la revista Cuba Internacional.

¿Lugar para mirar/sentir la ciudad?

La Loma del Ángel.

¿Qué hora de La Habana?

Las 5 p.m.

¿Hecho histórico?

La llegada de Fidel, Camilo, Efigenio, Che…

¿La mujer más importante?

Las que en este momento luchan —muchas veces, muchacho en brazos— con los precios de las viandas…

¿La canción?

La de Fernando Mulens, “Habana”.

¿El personaje de La Habana?

Cristóbal Díaz Ayala.

¿La estatua?

La de la India, al final del Prado.

¿El periodista de La Habana?

Jorge Mañach.

¿Qué escritor, crees, ha sabido ser el mejor cómplice de la ciudad?

Emilito Roig y, además, el gran arquitecto Mayito Coyula, enorme habanero.

¿Un lugar para el amor?

El que marque el deseo.

¿Qué plaza de La Habana?

La Plaza Vieja.

¿El monumento?

La Loma de Casa Blanca.

¿Qué le falta a La Habana?

Sé lo que me falta a mí, pero no a ella…

¿Qué libro te identifica con la urbe?

San Cristóbal de La Habana, de Jorge Mañach.

¿El pintor/pintora?

René Portocarrero.

¿Qué debemos hacer por La Habana?

Amarla.

¿Qué esconderías de la ciudad?

Una tarde triste cuando venga.

¿De tus libros, cuál es el más habanero?

A la mesa con Lezama (Ediciones Cauce, Pinar del Río, 2016).

¿Cuándo estás fuera de Cuba y recuerdas La Habana, qué es lo primero que viene a la mente?

Mi casa con tanto deterioro, cayendo a pedazos.