De vuelta a la luz: desde el documental más que un milagro, una misión de amor
De vuelta a la luz es una obra documental que nos devuelve la esperanza y la fe necesaria en el mejoramiento humano y en la utilidad de la virtud al reflejar la labor de los médicos cubanos en la concepción e instrumentación de la Operación Milagro en la hermana República Bolivariana de Venezuela.
La puesta audiovisual, con guión y dirección de la realizadora y periodista Niurka Dámaris, recorre la impronta y repercusión de un programa profundamente humanista impulsado por los comandantes Fidel Castro y Hugo Chávez, misión que en sus inicios parecía un sueño.
Sin embargo, gracias a la dedicación, compromiso y entrega de los médicos, especialistas y profesionales de la Mayor de las Antillas durante 17 años, más de 3.177.000 personas de 34 países han recuperado la visión o mejoraron su calidad de salud ocular a través de este Milagro que, más que la visión, a muchos les regala la vida.
Con una dramaturgia ordenada que va desde posicionar las historias, vivencias y experiencias de los médicos cubanos frente al reto de intervenir quirúrgicamente a una gran cantidad de pacientes —en circunstancias incluso de desagravios de grupos opositores venezolanos que intentaron desacreditar la valía de su quehacer—, la ilusión y felicidad que sentían los operados y hasta profundizar en la especialidad de Oftalmología —al punto de ofrecer detalles que aportan al receptor incluso conocimientos de tan compleja especialidad—, el documental nos lleva a reflexionar sobre la nobleza y compromiso de los galenos que día a día enarbolan la bandera de la solidaridad y trabajan con la única pretensión de otorgar salud.
Como valor fundamental y discurso que convence, está la banda sonora diseñada por Ernesto Cisneros, uno de los compositores más prolíficos del país, con más de 500 composiciones, principalmente para televisión y cine. Entre las más recientes destaca su trabajo en la telenovela cubana El rostro de los días, en que la sencillez de sus letras unido a la belleza musical y a voces muy jóvenes logró calar muy hondo en la sensibilidad de su audiencia.
Otro de los elementos que desde el audiovisual destaca en De vuelta a la vida es su montaje y posproducción precisos, coherentes y armónicos, que permitió captar la bondad de su realizadora, quien no quiso desechar ni una de las entrevistas realizadas a los protagonistas de este hecho trascendental.
Sin dudas, el valor más enaltecedor y altruista del material es la expresión conceptual del tema: el “Milagro” cubano de amor y ciencia que resucitaba la luz para los humildes, hombres y mujeres inmersos en la más profunda tristeza y desesperación ya que no distinguían nada —en el mejor de los casos solo formas vagas, quizá contornos, con insuficiencia económica para costearse una cirugía—, y de pronto, gracias a una operación gratuita, volvían a apreciar el rostro de sus seres queridos gracias a la labor y la profesionalidad de la misión médica cubana.
Dentro de los testimonios que aparecen en el documental, destacan el de una madre de tres hijos quien prácticamente vegetaba en un sillón en un rincón de su casa, imposibilitada por su falta de visión y sin poder proveerle alimento a sus hijos. O el de Juan, de 59 años, de Maracaibo, quien no solo había perdido la visión de un ojo, sino el ojo en sí. Luego creció y “maduró” una catarata en el único globo ocular que le servía de ventana al mundo. Narran los doctores que a los pocos días de intervenido este paciente, sintieron una algarabía muy grande en el lobby del hospital y corrieron preocupados por la fuerza de los gritos. Era Juan, a quien momentos antes le habían retirado el vendaje del ojo, ahora sano, y corría como loco estrechando la mano de todos a los que encontraba a su paso. A más no poder, daba gracias a los médicos cubanos por devolverle la visión, la esperanza, la vida. O cómo olvidar a la señora que empujó la puerta de una consulta y se arrodilló a los pies de los médicos de Cuba, como si de santos se tratase, mientras clamaba por ayuda para los ojos. Las sombras le devoraban la existencia y ya no quería vivir más. Por fortuna, llegó al lugar correcto y la luz volvió a inundar sus pupilas.
Junto a la repercusión que este programa sanitario tuvo en los pacientes, creció la madurez y el compromiso profesional de los galenos cubanos. El audiovisual De vuelta a la luz da fe del desarrollo que hay en la actualidad en Venezuela. Actualmente existen alrededor de 18 centros oftalmológicos y 21 posiciones quirúrgicas, lo que significa que en todos ellas se presta el servicio de oftalmología quirúrgica para ese pueblo. Tanto las consultas como los medicamentos pre y posoperatorio se ofrecen de forma gratuita en un esfuerzo mancomunado de los Gobiernos de Cuba y Venezuela.
Con especialistas capacitados y mediante el empleo de tecnología de punta, se realizan cirugías tradicionales de cataratas y de cirugía láser de cataratas, láser de retina, láser de glaucoma, así como otras intervenciones asociadas a los párpados, conjuntiva del ojo y conductos lagrimales.
En tiempos donde la salud sigue siendo un espacio fundamental para la calidad de vida del ser humano, De vuelta a la vida es un material que archiva para siempre esta iniciativa gestada por dos gigantes de almas nobles, a quienes tanto le debe Latinoamérica: Fidel y Chávez.
El 21 de agosto de 2005, durante el programa Aló Presidente número 231, se firmaba el Compromiso de Sandino para, en un lapso de diez primaveras, intervenir quirúrgicamente a 6.000.000 de latinoamericanos con problemas de visión a través de la Misión Milagro.
Casi 17 años han transcurrido y este programa humanitario ha echado raíces tan profundas que es uno de los servicios más demandados en Venezuela. Al cierre de mayo de 2021, los especialistas cubanos habían realizado 35.434.313 consultas de oftalmología.
Vuelve a ser el género documental el camino para registrar sucesos trascendentales. De vuelta a la luz deberá ser un producto audiovisual obligado sobre todo para que las nuevas generaciones conozcan parte de la historia, de ella una de las partes más sensibles cuyo escenario es Latinoamérica, allí donde la solidaridad, la entrega y el amor se funden en pos de la vida.