La escritura de Carmen Serrano
se produce a partir
de un sustrato de realidad
que solamente la palabra poética
puede transparentar.
José Luis Serrano

A las librerías del país llegaba en 1973, hace ahora medio siglo, el primer cuaderno de versos de una escritora que, con el paso de los años y gracias al alcance de su obra posterior, se convertiría en una de las más conocidas voces de la lírica cubana de entre siglos.

Por este medio es el título de ese poemario, que le permitía a su autora, Carmen Serrano Coello (Sagua de Tánamo, Holguín, 1939), no solo presentar su primer libro, sino también algo insospechado para una escritora entonces en formación: recibir, en 1972, el Premio de Poesía José María Heredia.

En ese cuaderno inicial, en que se agrupan poemas fechados a lo largo del tiempo, aparece una colección de versos en que, desde el más íntimo universo de la vida diaria, una mujer reflexiona sobre realidades, sentimientos, circunstancias, actitudes, esperanzas…

Otro poeta, Efraín Naderau Maceo, se refiere precisamente a ese rasgo del discurso lírico de la autora cuando, en el prólogo a Por este medio, escribe: “poesía de los hábitos esta de Carmen Serrano Coello, de la vida familiar que roza lo doméstico con la suavidad del ala”.

“La mesa”, uno de los poemas que puede leerse en el libro, es, indudablemente, una clara muestra de lo comentado:

Aquí están los papeles absurdos de mis versos
los que escribo aturdida por el ruido incesante
de las bombas de cartucho con que mi hijo hace la guerra,
de los gritos salvajes del indio
en la alegría de ganar la batalla.
Aquí están también los ramajes extraños,
las avecillas rotas,
brochazos deformados de las telas que corto
y, en ciertas horas del día,
la amenaza terrible de platos y cucharas
en las manos guerreras.
Pobre de ti:
quizás fuiste
Vencedora del tiempo y de la muerte
transformada en ciclones vengativos
y hoy vienes a morir en tales desconciertos.

Por el cauce de mi río: como un golpe de mar contra la costanera.

Después de Por este medio, aparece el segundo poemario de la escritora: la antología Por el cauce de mi río (2003), en cuyas páginas se reúnen textos dispersos en recopilaciones y publicaciones periódicas, reveladores ya de esos rasgos característicos de su discurso lírico.

Esa escrutadora mirada de Serrano Coello al hombre y su mundo cotidiano es advertida por el poeta Luis Suardíaz quien, al presentar el volumen, comenta “esa empecinada batalla por trasmitir lo que se siente o se piensa y por expresar lo que surge como un golpe de mar contra la costanera”.

Por aquí andan mis ángeles, permite apreciar una cuidada escritura, muestra evidente de un inteligente manejo del idioma.

La lectura de Por aquí andan mis ángeles (2008), el próximo libro en la bibliografía de la autora, permite apreciar otro de los elementos que identifican su personal discurso lírico, esa cuidada escritura, muestra evidente de un inteligente manejo del idioma.

Varias formas estróficas se emplean para estructurar el cuaderno, muestra fehaciente —en palabras del poeta y crítico Alberto Rocasolano— de que “la atmósfera general de este poemario mantiene la suficiente y humana calidez de la cual no puede prescindir toda buena poesía”.

Esas ovejas que nos balan dentro resulta un noble viaje por las escalas de lo ignoto.

Certero resulta el juicio del poeta, traductor y periodista Luis Marré, Premio Nacional de Literatura 2008, cuando, al referirse a Esas ovejas que nos balan dentro (2010), afirma que este es un libro de madurez, opinión igualmente compartida por la crítica especializada.

En este libro, que marca un antes y un después en la poesía de Carmen Serrano Coello, se encuentran no solo los presupuestos ideo-estéticos que hasta entonces sustentan su discurso, sino también las claves que anuncian futuros derroteros.

Uno de los poemas de la colección, “Calle Rampa”, es muestra de un sugerente juego con el tiempo, en que se entremezcla el pasado colonial de la isla con su más inmediata realidad.

El salitre inserta sus espinas. Nos detiene
la tempestad del humo y el vaivén de ruidos.
Pongo fogonazos de visiones en aquellos quitrines
donde viajan las damas con sombrillas
y amantes, que no parecen ser,
o sobre las jóvenes mercaderas de amor
que hoy van en HK, y tampoco parecen.
Después del toque de rebato y el trueno de cañones
los corsarios registran las casas más cercanas al mar,
entre el botín camina la doncella con ojos angustiados
y la nave se convierte en un pájaro negro que atemoriza
a la bisabuela de Úrsula Iguarán.
La pareja ha salido del cine. El negro calesero abre la puerta
y viaja a través de mis ficciones. Los turistas portan arcabuces
y en sus mulatas y negritas van aquellas violadas
que ahora calzan botines con pinturas nada vegetales
y adoran los raptos.
La luz verde me devuelve a esta Rampa habanera.
Cruzo.

En opinión de la poeta Lina de Feria, Premio Nacional de Literatura 2019, Esas ovejas que nos balan dentro —que ahora, en el año 2023, se publica en soporte digital— “como pieza terminada de la fascinación resulta un noble viaje por las escalas de lo ignoto…”.

Una paloma de espumas, el primero dedicado a los niños.

Quien revise los libros para niños y jóvenes publicados por Carmen Serrano Coello, podrá apreciar que el tema de la naturaleza —la flora y la fauna de la isla— como símbolo de identidad nacional, está también presente en esta zona de su producción literaria.

En el cuaderno Una paloma de espuma (2008), su primera entrega dedicada a quienes —en palabras del Apóstol José Martí— son la esperanza del mundo aparece, entre otros textos, el poema “Espejismos”, un breve canto de incuestionable cubanía.

Una paloma de espuma
está aprendiendo a volar
y se desprende del mar
entre un flechazo de bruma.

Pasa un niño. La perfuma
con esencias de azahar.
Entra al clavel, al palmar,
y entre los frutos se esfuma.

Se vierte en naturaleza
y derrama sus colores,
en asombrosa belleza.

Ahora ilumina primores,
descansa en cada pradera,
y al final, es primavera.

El caballito de aire y otros poemas (2021), su segundo poemario para el lector infantil, vuelve a recrear esos elementos de la naturaleza insular que le permiten, con acierto, ofrecer a los pequeños lectores las enseñanzas y lecciones que todo buen libro dirigido a tan exigente público debe siempre trasmitir.

Textos que proponen una aleccionadora y enriquecedora lectura.

Su novela para jóvenes La princesa de las aguas y el paisaje (2013 y 2014), una historia en que armoniosamente se integran la realidad y la ficción, enmarcada en el maravilloso paisaje de Baracoa, la Ciudad Primada, propone, igualmente, una aleccionadora y enriquecedora lectura.

Otros poemarios para el lector adulto.

Otros poemarios para el lector adulto, desde sus propios títulos, evidencian esa preocupación por el paisaje cubano: Concierto para arrullar a un árbol (2011), Vuelvo a discurrir con el agua (2012), Un remo contra el agua (2013), Las misteriosas hierbas de mi mente (2021) e Y yo sigo buscando el arcoíris (2023).

Es justo y necesario recordar que Carmen Serrano Coello, por esa obra en que exalta la flora y la fauna del país, recibió, en el año 2019, el Premio Samuel Feijóo de Poesía sobre Medio Ambiente, otorgado por la Sociedad Económica de Amigos del País.

En su más reciente entrega, el libro El frágil borde del cristal (2023), aparece igualmente esa referencia a la naturaleza, que sirve de escenario para construir el poema, como queda demostrado en este fragmento del texto “De la ida y el regreso”:

I
Se reúnen en la distancia, árboles, sombras, murmullos,
lluvias, figuras humanas, el miedo,
ese miedo a errar el tiro y demorar el momento
del ataque, aun sin conocer cómo encontrar
el sitio usurpado por la vida.
Los pies seguían un rastro por distinta trayectoria,
mientras contemplaba el vuelo de aquel pájaro,
como guía más segura.
Sí, intento recordar, deshaciendo los hilos enredados
en esta memoria plagada de medusas,
desde la última inmersión en aquel mar infecto del desprecio.
Tortura el desacuerdo: yerba de hojas cortantes,
que tropieza con el monstruo de la intransigencia.

De la poesía al ensayo, su primer libro de prosa reflexiva.

De la poesía al ensayo (2021) es el primer libro de prosa reflexiva publicado por la escritora, una obra en que, mediante el conocimiento y estudio del ejercicio lirico, se comenta fundamentalmente sobre la obra de poetas de varias generaciones, estilos, tendencias y latitudes.

Entre la reflexión y la crónica, Carmen Serrano Coello, a través de un ameno discurso, abre estas páginas con una mirada a la poesía de Renael González Batista y se cierran con un acercamiento a los primeros cultivadores en Cuba de la llamada estrofa nacional, la décima.

La relación de autores analizados incluye, asimismo, entre otros, a los cubanos Lina de Feria, Virgilio López Lemus, Juana García Abás, Roberto Manzano, Luis Marré, Alberto Rocasolano, José Luis Fariñas, así como a la chilena Gabriela Mistral y al mexicano Eduardo Langagne.

Cada una de las semblanzas valorativas que aparecen en el volumen, concluye con un poema firmado por la autora e inspirado en los creadores estudiados, lo cual le concede a De la poesía al ensayo un sello especial en la bibliografía de Carmen Serrano Coello.

No es un secreto que la poesía, quién puede dudarlo, es un misterio inexplicable; una suerte de enigma en que cada poeta se acerca, mira e interpreta el mundo con los ojos de sus más íntimos desvelos, secretos, realidades, angustias, sueños, esperanzas…

La lectura de la obra de Carmen Serrano Coello permite comprobar la certeza de tal afirmación, pues leer estos versos es como revelar, en lúcido y enriquecedor testimonio, la senda recorrida, desde la razón y la pasión, en el largo y, a veces, tortuoso camino de la vida.

Acercarse a estos poemas permite, igualmente, indagar, cuestionar, reflexionar, sobre amores y desamores, sentimientos y actitudes, destellos y sombras, saberes y legados, que acompañan al hombre a lo largo del tiempo vivido. Una obra, por ello, no solo para el disfrute de la poesía, sino también para pensar a través de la poesía.