A los numerosos lauros y condecoraciones obtenidos a lo largo de sus más de cinco décadas de carrera artística, Hilda Venero de la Paz sumó, en días recientes, el Premio Nacional de Artes Circenses 2023.
Al recibir este alto galardón, instituido en 2020, la multipremiada artista que se desempeña actualmente como investigadora y escritora, dijo: “Soy una mujer privilegiada. Me siento feliz y sobre todo satisfecha porque, junto al jurado, mis compañeros también aprobaron el Premio. Algunos de ellos, por sus valiosos aportes y permanencia en el circo, lo merecen más que yo. A todos, en general, muchísimas gracias y les aseguro que mientras respire trabajaré para el circo, para defender sus valores”
Oriunda de Sagua la Grande, un pueblo de la provincia de Villa Clara al que llegaban frecuentemente circos itinerantes, Hilda Venero de la Paz, o mejor dicho Niurka, como es conocida desde su niñez, sintió siempre “una gran atracción por el circo, a pesar de que cuando era pequeña mi abuela me prohibió visitarlos porque consideraba que no era una buena enseñanza”.
“Mientras respire trabajaré para el circo, para defender sus valores”.
Seguidamente relata que casi todos los integrantes de su familia eran miembros del movimiento revolucionario 26 de Julio, creado y liderado por Fidel. “Por esa razón eran perseguidos constantemente por los esbirros de la tiranía. Al extremo de que les dieron setenta y dos horas para que abandonaran el pueblo. Mi madre se escondió en un prostíbulo de la ciudad de Cárdenas. A ese sitio también llegó en una ocasión la policía. Logró escaparse y no encontró mejor refugio que en el interior de una carpa, donde, para salvar su vida, se integró al espectáculo como una artista más, aunque solo conocía el circo de oídas”.
En la memoria de esta mujer, devenida uno de los mejores símbolos del circo cubano desde la fundación de esta emblemática institución hasta la actualidad, permanece de manera indeleble la fecha del 19 de abril de 1965. “Fue ese día cuando hice mi debut en el circo. Cuando por primera vez salí a una pista y sentí que tocaba las estrellas durante la ejecución de aquel mi primer número llamado fuerza capilar, que había copiado de mi madre”. Tendría entonces doce años y ya residía en la Habana. En la capital compartía hospedaje con su madre y su padrastro en una instalación contigua a la carpa del circo.
Una de las cualidades que ha distinguido la vida de Hilda Venero es su valentía, acompañada lógicamente por su gran talento, su pasión y entrega a las artes circenses, su disciplina y continua superación. Estas le permitieron desempeñarse en actos cada vez más complejos y riesgosos y para los cuales requirió “de entrenamientos sistemáticos y a los que me entregué por completo. Tuve la dicha de contar en mi formación con profesores realmente extraordinarios. A sus incontables enseñanzas se sumaba mi insaciable interés por aprender. Me fascinaba el circo y ya desde esa época se había convertido en mi único universo”.
“Una de las cualidades que ha distinguido la vida de Hilda Venero es su valentía”.
Al acto de fuerza capilar le seguirían otras especialidades circenses como las contorsiones, ballet aéreo, escalera oscilante, acrobacia de salón y “a partir de ese número creamos otro con el cual obtuvimos muchos éxitos por su espectacularidad y que constituye uno de los más relevantes de mi carrera: la suiza humana, cuya complejidad estaba en que la suiza era yo”.
Y entre otros muchos más que nunca podrán olvidarse, dio muestras de su extraordinaria maestría en las artes circenses en la acrobacia en báscula y el doble y triple salto mortal; una de sus ejecuciones más novedosas y aplaudidas y que la convirtió en la primera mujer cubana que realizara ese complejo y arriesgado número.
Justo porque adora las alturas, junto a su esposo, Niurka protagonizó igualmente “el acto adagio acrobático y trapecio con el cual conquistamos ese aplauso tan querido de cientos de miles de espectadores en Cuba y otras regiones del mundo. Con él ganamos también importantes premios en varios festivales internacionales”.
En la trayectoria artística de esta prestigiosa artista que durante cincuenta y cinco años dio vida al circo cubano, que es sinónimo de tradición e identidad, hay dos momentos que recuerda de una forma muy especial. “La primera fue en la Ciudad Deportiva repleta de habaneros. Allí se efectuó una presentación del circo con motivo de la celebración de un nuevo aniversario de la fundación de la Organización de Pioneros José Martí y la Unión de Jóvenes Comunistas. Era un 4 de abril y al concluir nuestro acto el público, puesto de pie, nos ovacionó por más de quince minutos. A causa de la emoción no sabía qué hacer. “Y la segunda fue cuando concluimos una presentación en un circo enorme colmado de espectadores, en Alemania”.
En 2008 Niurka se retiró de la escena. Pero ello no significó en modo alguno su ruptura con el maravilloso mundo de emociones y alegría. De cualquier manera su quehacer artístico ya estaba inscrito en el Circo Nacional de Cuba, en el de Santos y Artigas, Continental y en el circo Zapatón, por solo citar algunos.
Ya alejada de la pista y de su arriesgada profesión, comenzaría, poco tiempo después, su fecunda labor académica en la Escuela Nacional de Circo. En esta institución, fundada en 1977, se dedicó a la formación de las nuevas generaciones de artistas circenses. “En el transcurso de esos años compartí mis responsabilidades docentes con la presidencia de la Sección de Circo en la Uneac. Aproveché esos diez años para desarrollar una amplia labor promocional a favor del circo a través de varias investigaciones que ya iniciaba, a desmentir opiniones desacertadas que sobre él se han emitido”.
Fruto de esa intensa labor investigativa son sus tres libros, dedicados a dar a conocer la historia del circo desde sus propios orígenes y que dan fe de la batalla de Hilda Venero de la Paz en su empeño por colocar las artes circenses, tan antiguas como queridas, a la altura de otras manifestaciones de nuestra cultura.
Para la entrega del premio, que tuvo lugar el pasado 20 de agosto en el contexto de los festejos por el aniversario 55 de la fundación del Circo Nacional y que contó con la presencia de Alpidio Alonso y Luis Morlote, ministro de Cultura y presidente de la Uneac, respectivamente, la compañía Cirkavana organizó un hermoso y sorprendente espectáculo titulado Del circo soy. Agasajaron a Niurka en su casa, la carpa Trompoloco, malabaristas, payasos, contorsionistas, patinadores, trapecistas y, principalmente, una gran concurrencia de público que, puesto de pie, la ovacionó largamente una vez más, como muestra sincera del respeto, admiración y cariño de quienes la reverenciarán siempre.