La vida se hace volando… nos dijo Tony Ávila durante su concierto en el Patio del Museo Nacional de Bellas Artes el pasado viernes 28 de abril. Tal vez por ello pretendió unir sueños, desvelos y convicciones en la figura de un papalote, “que, si no se empina, no vuela”. Esa, la última canción que quiso presentarle al público de su más reciente álbum musical, Universos, reúne el reclamo de quienes desean crecer, andar, batir sus alas, y esperan la oportunidad. “Papalote”, la canción, irremediablemente se enlaza con “Mi casa.cu”, tema que le pidieron desde el otro lado y que Tony, primero a solas con su guitarra, y luego, acompañado por su banda, regaló gentilmente.
Fue este un concierto donde primó la certeza de que todos amamos nuestro país y queremos vivirlo a plenitud, borrando de un tajo los males que le aquejan para que siempre sea todo mejor. Hacer confluir los universos colectivos —y tomo prestado el título del fonograma— para conformar uno que les dé cabida a todos.
“Fue este un concierto donde primó la certeza de que todos amamos nuestro país y queremos vivirlo a plenitud”.
Tony quiso celebrar, no sólo el nuevo disco, sino también el aniversario 110 del Museo Nacional de Bellas Artes, los 50 del Movimiento de la Nueva Trova y los 30 de Bis Music, disquera que ha acogido sus cuatro proyectos discográficos. Sin embargo, imagino que también quiso festejar que estamos vivos, juntos, en este punto del mapa mundial, cantando y bailando, encontrándonos en cada desafío.
Universos fue el pretexto. Lo fue también durante el período más complejo de la propagación de la COVID-19, cuando Tony quiso crear e involucrar a sus músicos y alejarlos así, un tanto, de la incertidumbre que reinó en ese tiempo. Fue el aliento que él también necesitaba para reafirmar su esencia musical y experimentar, quizás, en otras tendencias. Ahí está el disco que es mucho más que 16 canciones: es un proyecto artístico que ha involucrado a artistas visuales, a Ediciones Vigía, a la Fundación Nicolás Guillén y a personas amigas, deseosas de apoyar lo que genuinamente engrandece.
Aplaudido desde el principio de su carrera artística, Tony subió al escenario y, con el carisma que le caracteriza, fue interpretando y presentando los temas “Ahora”, “Corazonada”, “La rueda”, “Necesito”, “El Son de la suerte”, “La yunta de buey”, “Lluvia”, “El peso cubano” y “Cubas”.
De manera especial quiero significar la plena empatía, que nos permitió presenciar, con Pablo Menéndez, a quien le unen historias de hermandad. El director de Mezcla se deleitaba con el concierto y Tony lo invitó a sumarse con su armónica mientras tocaban “Que no te quepa duda”, y siendo la primera vez que se unían en ese tema, realmente fue emotivo ver fluir las energías musicales de ambos.
Conmovedor su agradecimiento con el título “Más amor y menos muros”, al personal de la salud dedicado, desde la asistencia médica o la investigación científica, a la divina misión de salvar vidas durante la pandemia.
“Ese es el Tony que todos esperan”.
“Si les gustó el tema ‘La Choza de Chacho y Chicha’, ahora les traigo la segunda parte de la historia con ‘La mocha’, y pido que me acompañen desde el coro”, y el éxito estaba garantizado desde ese instante pues, abandonando el acomodo de sus asientos, todos nos dispusimos a bailar y corear “A Chicha lo que más le gusta de Chacho es que nunca se está quieto el muchacho”.
Y ese es el Tony que todos esperan, me aseguraron desde la silla contigua. Ciertamente los temas anteriores, quizás por ser desconocidos por la mayoría, mantenían “a raya” a los asistentes, a pesar de que la mezcla de mambo, son, changüí, kizomba y hasta samba, convidaba a acompañarlo. Fue entonces con la guaracha auténticamente cubana cuando los huesos no pararon de moverse, algunos en los asientos y muchos, fuera de ellos.
Agradeció Tony que una institución cultural como nuestro Museo de Bellas Artes mantuviera su exquisita programación, “porque la masificación es enemiga de lo bueno… al final nos da igual y bajamos en calidad”.
Agradeció además al pintor Adrián Gómez Sancho, cuyas musas se sintieron tan motivadas que, en vez de sólo dedicarse a la visualidad del álbum, concibió más de una pieza para cada canción hasta conformar la muestra personal Universos. El gran viaje.
Añado que, de manera significativa, acompañan a Tony músicos muy jóvenes, y ello sin dudas le imprime un valor agregado a cuanto proyecto se proponga. Enhorabuena.
Antes había comentado de otros dos nuevos discos en los que trabaja, auguró buenas nuevas con un nuevo proyecto con Kike Quiñones y anhela concretar el tan esperado junto al cineasta Pablo Massip… muestra de que Tony Ávila no deja de “empinarse” para no cesar de volar.