Manera de crecer, siendo un niño siempre
El Grupo de Danza Alternativa “Así Somos” tiene ya más de cuarenta años de fundado. Lorna Burdsall, junto a un grupo de jóvenes que habíamos sido sus alumnos, lo creó en 1981 con el interés de propiciar la creatividad sin imponernos cánones técnicos o de estilos. Ese día estábamos inaugurando, además, una nueva manera de organizar la creación danzaria que se oficializó para todo el país a partir de 1989, con la estructura de proyectos y la institución del Consejo Nacional de las Artes Escénicas (CNAE).
Cuando en 1995, apoyada por “Así Somos”, desarrollé la vertiente infantil, lo hice como un laboratorio que pudiera completar mi experiencia docente junto a las investigaciones que había realizado en torno al germen de la creatividad y la expresión corporal, ahora desde las primeras edades o niveles pre-elementales de enseñanza de la danza contemporánea y la coreografía. Cuatro años después, cuando el Teatro Nacional de Cuba me propone el taller, indudablemente, tendría que ser de danza creativa.
El cuerpo como concepto es un escenario de continuas transformaciones.
Aquí relato una sesión de trabajo con niñas y niños entre cuatro y cinco años de edad, donde evado la preparación física-técnica de la clase, que siempre está presente, porque lo que me interesa es mostrar un acercamiento al concepto de cuerpo. Para mí, es un escenario de continuas transformaciones. Más allá de piel o músculos, es reservorio natural de experiencias, de hechos concatenados o no, de palabras dichas o no, de miradas realizadas o no. Simplemente, el querer decir o hacer. Reservorio, en fin, de sensaciones, emociones, pensamientos, memoria motriz, evolución y retroceso, donde convergen lo vivido con lo por vivir. El cuerpo como universo.
Comienzo con una pregunta, ¿todos los niños trajeron su cuerpo hoy? Como respuesta obtengo risas, movimientos de afirmación o duda con la cabeza, otros se palpan el torso o los muslos. Posteriormente menciono, para su movilización, las partes del cuerpo que ellos más reconocen: los pies, las manos, la cabeza y, poco a poco, aquellas que, por su uso en el lenguaje corporal, les son familiares, como la pelvis, los glúteos, los omóplatos y las costillas. Luego aludo a otras que por su nivel de abstracción les son menos reconocibles y los llevo a un mundo interior material, como las venas, les pido que observen las suyas y las de su compañero más cercano, o el corazón y entonces escuchan su ritmo y el del otro.
Para incorporar al cuerpo las ideas, los sentimientos y las emociones, les sugiero cerrar los ojos e imaginar un cake de chocolate, con mucho merengue y helado, que saboreen el dulce, ¡qué sabroso! Les pido que abran los ojos, y les pregunto si estaba rico, si les gustó o molestó embarrase de merengue. Con las respuestas les demuestro que el pensamiento también forma parte del cuerpo.
Para incorporar al concepto las relaciones interpersonales, utilizo el juego de La gallinita ciega. Le vendo los ojos a un niño y coloco a otros delante, le pido al niño vendado que toque a su amigo el cabello, la nariz, la boca, le pido que lo huela y, entre risas, debe decirme quién es. Cuando le quito la venda, haya acertado o no, les explico que ese otro niño forma ya parte de su cuerpo porque tenía una experiencia, que ya había sido incorporado ese amiguito a su saber, por lo tanto, formaba parte de él mismo.
La introducción al cuerpo del mundo exterior la fundamento en la observación. Ellos miran por las ventanas el edificio de la Biblioteca Nacional y después, de espaldas, me dicen lo que vieron. Unos comentan sobre personas leyendo, otros sobre los libros a montones y hasta libros específicos. Indudablemente aluden a una experiencia anterior; pero les comento que ya esos libros, ese edificio y esas personas, todo lo que habían visto, explorado, investigado, recordado y representado, forman parte de su cuerpo. Bajar los nueve pisos del Teatro Nacional se convierte en una forma de juego como el Veo-Veo, las luces de la escalera, el extintor, las puertas… todo lo que ven a su paso, ya está en su cuerpo.
“Todo lo que ven a su paso, ya está en su cuerpo”.
Jugar, danzar, tocarse, cambiar de parejas fácilmente, cogerse las manos o los hombros, incluso mostrar afecto y cariño, son muy dados en estas edades que, con un trabajo sistemático sobre el relacionarse a través del cuerpo, puede incidir, además, sobre un problema transversal como la educación sexual.
Considero que este enfoque del concepto de cuerpo y su conocimiento, contribuirá a la formación de personas más virtuosas, permitirá una adaptación más coherente a los cambios, a la búsqueda de un equilibrio físico y emocional, integrando el hacer al sentir y al pensar. Crea un conocimiento interdisciplinario que integra los avances de la cultura, la ciencia y el arte hacia una transformación del ser que se manifieste socialmente en la cotidianidad.
El cuerpo como concepto ha sido abordado por eminentes investigadores, debido a las ilimitadas posibilidades que ofrece para afrontar diferentes estudios. Las experiencias de técnicas corporales desarrolladas por P. Stokoe, G. Alexander, M. Faldenkrais, A. Lowen y J. Pilates comparten enfoques que van desde lo teórico a lo vivencial.También, partiendo del campo sensorial con un punto de vista fisiológico, como Pincky Head;donde se abordan las sensaciones, percepciones, registrospropioceptivos, cenestesia, kinestecia,la conciencia de postura, eje corporal, los apoyos, el peso, el volumen y la conciencia corporal, entre otros. El esquema corporal con un enfoque psicológico que propone P. Shilderen su unidadde percepción y acción, imagen, esquema, impresión y expresión. Incluso, el análisis corporal con una perspectiva fenomenológica y eutónica de M. Merleau-Ponty o el enfoque psicobiológico de H. Wallon.
En el nivel pre-elemental de enseñanza y composición de la danza contemporánea, es donde pueden formarse los futuros bailarines que, por el amplio y desprejuiciado dominio que adquieren del cuerpo, logran ser técnicos, pero, sobre todo, creativos y expresivos. O sea, se forman los bailarines y coreógrafos ideales. Por supuesto, no todos los integrantes del Taller de Danza Creativa pasaron al nivel elemental; no obstante, adquirieron una noción del arte que les otorgará, ante su disfrute, sentirse el centro del mundo. Sirva este simple relato de una sesión de clases, para que todos los que trabajamos con niños, nos ocupemos de preparar artistas integrales, de modo que, en escena, cada bailarín sea, más que un cuerpo moviéndose, un universo en eclosión.
“(…) que, en escena, cada bailarín sea, más que un cuerpo moviéndose, un universo en eclosión”.
Lorna Burdsall falleció en el año 2010 y yo, al ser la única de los fundadores que perseveraba en el grupo, ocupé la dirección. Nunca pretendí ser directora de un proyecto que se multiplicó en el tiempo y que, querámoslo o no, significa tanto para la cultura cubana. Pero ante la disyuntiva de su desaparición, tuve que aceptar dirigir y alejarme de todo el trabajo comunitario infantil que había desarrollado durante más de quince años. Al CNAE de esa época no le interesaba el trabajo profesional con bailarines amateurs niños.
Ese cometido nunca fue para complacer a los padres de los niños que bailaban, fue para probar resortes investigativos que, en la escena, podían funcionar o no. Lo importante era la indagación. No puedo decir que el trabajo con bailarines adultos profesionales me resulte molesto, o que la tarea acometida no haya tenido resultados artísticos tangibles. Obras como Trilces o Vivir es bello, o el espectáculo Simplemente otras dimensiones, ya de por sí, valen la pena y me confortan. Pero lo que me colma, lo que me hace feliz como maestra y creadora, es el trabajo con los niños. Y me duele ver cuánta mediocridad, falta de investigación y rigor, abunda en algunos coreógrafos que trabajan con niños o para los niños.
En el año 2012, previa coordinación con la Dirección Provincial de Salud Pública, con mis bailarines y actores comenzamos la gira Como una sola flor seremos, por las salas pediátricas de todos los hospitales de la capital. Comenzamos en el Hospital Oncológico y la última función fue el Hospital “Hijas de Galicia”. Inolvidables son las funciones en el Hospital Pediátrico “Juan Manuel Márquez” y en el Cardiocentro “William Soler”. También estuvimos en escuelas con niños de capacidades especiales y en el Círculo “Abdala”, para niños sin amparo filiar. En esos escenarios multipliqué, con los intérpretes del grupo, las investigaciones sobre los juegos infantiles y su puesta en escena, así como la participación activa de los niños, de sus familiares y hasta de los médicos y enfermeras que los cuidaban. Expuse en la práctica escénica mis nociones de cuerpo.
Aunque partíamos de un guion previo, cada función fue diferente, ajustándose a las posibilidades de espacio y, sobre todo, a las limitaciones que tenían los niños por su estado de salud. Cierto que este último aspecto fue el que menos influyó. Ellos se crecían en su alegría. No obstante, el opening siempre fue el mismo.
Se inicia con mi nombre a manera de presentación, el nombre del grupo, de sus integrantes y combinaciones de dos o tres. Todos ejecutados por ellos y replicados por los participantes. Posteriormente se pide nombre de pacientes, se ejecuta el ritmo, el de los padres, se combinan, también médicos y enfermeras hasta armar esquemas rítmicos más complejos. Y su combinación con partes del cuerpo. Comenzar con el ritmo en el lenguaje, identificarlo con sus nombres, relacionarlo entre ellos mismos, corporizarlos con diferentes partes del cuerpo. Utilizar rimas, refranes, adivinanzas, canciones, es esencial en el universo del niño y el adolescente. Conmigo siempre estuvieron, Heily Jorge, Thays Doimeadios, Deili Rojas, Raisa D Beche y Alex Amechazurra.
“Utilizar rimas, refranes, adivinanzas, canciones, es esencial en el universo del niño y el adolescente”.
Pero no todo fue juego de participación: para los hospitales compuse la obra La marioneta, que siempre interpretó Heily Jorge. Ella, bailarina recién egresada de la ENA, muy bonita y con unas posibilidades físicas y técnicas increíbles, me permitió crear una obra compleja de muy difícil ejecución. Y, aunque parezca increíble, a todos los hospitales llevé Trilces, de mis coreografías la más conocida y también, la más abstracta. Para los niños es muy natural esconderse bajo pañales, sábanas y otras telas, quizá por eso lograba tanta comunicación con el público infantil.
El final siempre fue Dame la mano, una de mis primeras coreografías. Esta sí fue compuesta especialmente para que fuera interpretada por niños y para ellos. Terminábamos siempre muy arriba, pacientes, padres, enfermeras, médicos y, desde luego, mis bailarines y actores, danzando en ronda por todo el espacio posible.
“Así Somos” surgió del juego a la esperanza.
Esta gira por los hospitales apenas fue publicitada por los medios de divulgación masiva de ese entonces. Por correo electrónico nos llegaban noticias de agencias extranjeras que sí lo divulgaban. Guardo con mucho cariño las muestras de gratitud llegadas de muchas partes del mundo. Recuerdo que Ramiro Guerra me llamó para preguntarme qué era lo que yo estaba haciendo por salas de los hospitales pediátricos, que le habían preguntado amigos del exterior y no sabía qué decirle. Después vio el trabajo y sus impresiones fueron muy confortantes.
Cuando trabajé con mis bailarines en los hospitales, pude palpar, una vez más, la utilidad del arte. La danza permite superar las situaciones que los niños van a padecer a lo largo de su estancia en el hospital, como la sensación de que el tiempo y su padecimiento, se alargan. Con el juego dirigido los niños se sentían libres de ser ellos mismos y combatían ese ambiente hospitalario que puede afectar su salud emocional. Mediante la danza desaparecían las enfermedades. Sólo había cuerpos que eclosionaban con la certeza de sanar. Todos crecimos espiritualmente con cada función. “Así Somos” surgió del juego a la esperanza. Una compañía danzaria que hace de la aventura una manera de crecer, siendo un niño siempre.
Excelente trabajo y muy necesaria su divulgación por varios medios.