La escuela cubana de ballet: semillas de futuro
Cercano están todavía aquellos días de 1994, en que la ilustre pedagoga Ramona de Sáa, nos entusiasmaba a todos con la idea de realizar en Cuba un encuentro internacional, en el que participaran destacados exponentes de la práctica, de la enseñanza y de la pedagogía del arte del ballet. Era un sueño que tuvo su antecedente en las realizaciones de los llamados Cursos Prácticos Internacionales de la Escuela Cubana de Ballet, conocidos internacionalmente como los CUBALLET, iniciados en La Habana a partir de 1982, en el contexto del VIII Festival Internacional de Ballet de La Habana.
A partir de entonces el empeño de la maestra de Sáa se hizo realidad porque han estado presente delegaciones de numerosos países de Europa, Latinoamérica, Canadá, EE.UU. y Sudáfrica. Cada encuentro ha sido un lugar de confrontación amistosa, de un fructífero intercambio de experiencias y en los salones, durante clases, ensayos y funciones ha prevalecido una atmósfera solidaria, de sano intercambio de prácticas y saberes. La amplia oferta ha permitido abordar una agenda de trabajo, que ha incluido las clases de técnica académica, dúo clásico, puntas y variaciones, elementos del folklor, diferentes facetas de la danza contemporánea, kinesiología y preparación física y de la Progressing ballet technique, entre otras disciplinas.
“Soñamos y trabajamos para que Cuba sea el lugar en que se den cita los amantes del ballet, y que juntos podamos enaltecer ese arte y garantizar su excelencia en el futuro”, dijo hace setenta años Fernando Alonso.
En su preocupación por ampliar el horizonte de conocimientos de los participantes, cada encuentro ha enriquecido sus sesiones teóricas con conferencias sobre la Historia del Ballet, tanto en Cuba como en el extranjero, paneles, mesas redondas y talleres sobre la crítica danzaria, estos últimos un valioso aporte del entrañable crítico y docente Pedro Ángel González, recientemente fallecido y que han conducido de forma sabia los especialistas Carlos Paolillo, crítico venezolano, y la profesora cubana Marilyn Garbey. En ellos han participado estudiantes y profesionales de la prensa, en estrecha conexión con el Dpto. de Danzología de la Facultad de Arte Danzario de la Universidad de las Artes en Cuba.
En este 28 Encuentro, dedicado al 75 Aniversario de la fundación de Ballet Nacional de Cuba (BNC) participaron 200 representantes de 9 países (México, Colombia, Brasil, República Dominicana, Sudáfrica, Venezuela, Perú, Martinica y Holanda) y 400 cubanos de 9 escuelas nacionales y 25 extranjeras. De manera simultánea, se celebraron los concursos internacionales en las distintas categorías que abarcaron desde los pequeños hasta el nivel avanzado, para un total de 136 concursantes que enfrentaron un exigente repertorio con obras romántico clásicas del siglo XIX y creaciones contemporáneas, casi todas fruto del talento de los propios alumnos. Se realizaron también galas de homenajes al BNC, el maestro Fernando Alonso, la maestra Laura Alonso, a las academias participantes y al gran bailarín cubano Carlos Acosta.
Las medallas otorgadas por el jurado internacional calificador han permitido encontrar rostros juveniles que serán la garantía del hermoso futuro que aguarda al ballet cubano.
He tenido el honor de estar presente en cada una de estas 28 celebraciones y de pronunciar las palabras inaugurales y de clausura del evento. Este año ha sido particularmente emotivo para mí, al recibir el homenaje del evento en la gala de clausura celebrada en la Escuela Nacional de Ballet “Fernando Alonso”, el pasado 12 de abril. Grande ha sido el honor de recibir ese reconocimiento por mis largos años de permanencia en el BNC y como estrecho colaborador de la ENA. La Gala de Laureados nos ha permitido conocer cómo la cantera de talentos para la danza, existente en los más diversos sectores de nuestro pueblo, se nos muestra sólida y multifacética, en los niveles elemental y medio de la enseñanza de esa especialidad. Las medallas otorgadas por el jurado internacional calificador, presidido por la primera bailarina y directora general del BNC Viengsay Valdés, han permitido encontrar rostros juveniles que serán la garantía del hermoso futuro que aguarda al ballet cubano.
Hace siete décadas, en un Manifiesto de la Academia de Ballet Alicia Alonso, el maestro Fernando Alonso expresó: “Soñamos y trabajamos para que Cuba sea el lugar en que se den cita los amantes del ballet, y que juntos podamos enaltecer ese arte y garantizar su excelencia en el futuro”. Resultó de un gran simbolismo, los aplausos que obtuvieron los bailarines del numeroso público en su pasacalle por la amplia alameda del Paseo del Prado habanero. Y el gesto de colocar un ramo de rosas a los pies de la escultura de nuestra Prima Ballerina Assoluta, en el Gran Teatro de La Habana, que lleva su nombre. Con gran orgullo podemos afirmar, al valorar el saldo de este concluido 28 Encuentro que el sueño de la triada Alonso (Alicia, Fernando, Alberto) se ha cumplido.