La claridad
9/6/2020
A la manera de un poeta romántico… Para Roberto Fernández Retamar
Cántame, pájaro que vuelas
sobre el espacio austral
que desconozco. Húndete
en mi sed de persona
y pósate en los dedos
que conforman mi mano.
Iremos a la floresta,
después que la lluvia
haya posado su cansancio
en la tarde. Después
que el sol haya alzado
su cabeza dorada
a través de las sonantes
hojas verdes.
La tarde es una sola,
en Greenwood o Almendares.
La puerta blanca de mi alcoba
se entreabre ya.
Rayos solos de luz
se cuelan desde allí,
alcanzando mis pies en reposo.
¡Qué humedad la que deja el chubasco
en el verano!
Este mediodía, que ya deja de ser
por el canto de un pájaro,
se esfuma con el tiempo.
Naces y mueres, claridad.
Nacemos y morimos
en esta isla de la borrasca.
Ven hacia mí,
ay, cántame, pájaro de Cuba,
en la frescura de la patria.