La provincia de Mayabeque, en especial su municipio de Güines, ha sido la cuna de grandes improvisadores con una fuerte tradición en el punto cubano, expresión poética de la música campesina, declarada por la Unesco como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad, en 2017.
Uno de sus grandes exponentes es el maestro Lázaro Palenzuela, con 30 años de experiencia y quien fue profesor de la Cátedra Experimental de Poesía Improvisada, en la Facultad de Música de la Universidad de las Artes, fundada en el 2000 por Alexis Díaz-Pimienta. De esa iniciativa se desprendieron, por toda la geografía nacional, los Talleres Especializados de Repentismo Infantil.
El 30 de septiembre de 2009 vio la luz la Casa de la Décima “Francisco Riverón”, de Mayabeque, que le rinde tributo al ilustre güinero: poeta, repentista, decimista, compositor y director de programas radiales y televisivos. Dirigida por Palenzuela, en ella se imparten diez talleres sobre materias como repentismo, laúd, guitarra, tres, percusión menor, actuación, canto y formación de conjunto.
Este proyecto cuenta con una metodología propia para la enseñanza del tres y del laúd, diseñada por Palenzuela y sus discípulos, como resultado de un proyecto de colaboración con la organización no gubernamental italiana Cooperazione Internazionale (COOPI), legalmente reconocida, laica e independiente, advierte el repentista.
En estos momentos integran los talleres cerca de 188 niños y adolescentes.
Palenzuela ha llevado sus saberes a nueve países de Europa y América Latina. Ha impartido talleres de improvisación en naciones hermanas como Panamá, Colombia y Puerto Rico. Actualmente la dirección de la Casa mantiene convenios de trabajo con los salseros de origen puertorriqueño Gilberto Santa Rosa y Willie Colón.
El relevo está asegurado
En estos momentos integran los talleres cerca de 188 niños y adolescentes quienes, a pesar de las nuevas tendencias musicales de otros países que, sin dudas, ejercen influencia sobre ellos, han apostado por mantener vivo el legado de la música campesina.
“Los niños no pasan por escuelas de arte. Todo lo han aprendido en los talleres de la Casa de la Décima. Cuando alcanzan la mayoría de edad, continúan como profesores. El sentido de pertenencia aumenta y hay un proceso de continuidad e impregnan de amor la enseñanza a la hora de impartir sus conocimientos a las nuevas generaciones”, afirma Palenzuela.
La miembro más joven del proyecto es la niña Flavia Rojas, quien con solo cinco años ha sido bautizada como “la Diva de Mayabeque”. “Me cambiaron el nombre porque yo canto mucho”, dice con gracia la pequeña. La hija del repentista Albertico Rojas Martínez, cuenta que desde que tenía un año le gustaba cantar las rancheras mexicanas.
En los talleres los alumnos se forman como repentistas, tonadistas e instrumentistas. Muchos de ellos cuando arriban a los 18 años se evalúan como profesionales e integran el catálogo de la Empresa Provincial Comercializadora de la Música y los Espectáculos Antonio María Romeu.
Palenzuela pone el ejemplo de Yasiel Francisco, director de la agrupación aficionada Son y Punto, quien es hijo de un músico ya fallecido, y en estos momentos se desempeña como profesor de los talleres. La otra agrupación de la Casa lleva por nombre Caimán Sonoro y está representada por los alumnos más pequeños.
Fruto de los talleres han nacido artistas como Norlen Chávez, laudista de la agrupación Compay Segundo y la cantante Mariam Barranco, quien en 2022 se alzó con el segundo lugar en la versión uruguaya de la franquicia La Voz, advierte el director de la Casa.
La rumba y la décima se dan la mano en Mayabeque
Hace tres años, Palenzuela apostó por acompañar a la cantante María Victoria Rodríguez en la creación de la Jornada Cultural Internacional Mis Raíces. La seguidora de Celina González encontró en la localidad de Güines el lugar ideal para homenajear a la reina de la música campesina.
Precisamente por esa tierra del occidente de Cuba —aseguran los mayabequenses—, entró a la Isla la primera imagen de Santa Bárbara, a la que tanto le cantó Celina.
Cada 4 de diciembre todo el pueblo se viste de rojo para celebrar el día que en el santoral católico se le dedica a la santa, asociada con Changó en el imaginario colectivo de los cubanos. Por eso, cada año la Jornada Cultural Internacional Mis Raíces tiene su inicio en la capilla de Mayabeque consagrada a esa imagen bendita.
Otro de los eventos que se gesta desde la Casa es el Asokere Güines, que hace alusión a uno de los caminos de Eleguá en la religión yoruba, explica Palenzuela y agrega que durante la cita la décima se mezcla con otras manifestaciones artísticas como la rumba y las artes visuales, incluso con las sonoridades del reggaetón y el hip hop. El evento se desarrolla entre el 28 de diciembre y el 1ro de enero y ha devenido gran fiesta popular.
Esa muestra del sincretismo religioso que caracteriza a los cubanos se evidencia en el “Popurrí de los orishas”, uno los temas que interpretan los niños y adolescentes del grupo Son y Punto en los guateques infantiles como el organizado durante el lanzamiento oficial del CD Qué hablen si van a hablar, el más reciente fonograma de María Victoria con el sello Bis Music.
Por otra parte, muchos integrantes de la Casa deleitaron a los presentes en la gala artística en saludo al aniversario 96 del natalicio de Celina. En la sede del proyecto se reunieron exponentes de la música campesina de México, Puerto Rico, Cuba y Panamá, nación a la que se dedicó el espectáculo.
Durante la gala, las nuevas generaciones de poetas y repentistas pusieron en alto el nombre de la institución donde se han formado en los últimos 15 años, lo cual demuestra que el relevo de Palenzuela y sus alumnos está muy bien asegurado.
La Casa de la Décima “Francisco Riverón” ostenta lauros como el Premio del Barrio, que otorgan los Comités de Defensa de la Revolución; el Mariposa, de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba, y Honrar Honra, de la Sociedad Cultural José Martí.