La Bienal de La Habana, marcada por su postura a contracorriente, continúa siendo un espacio descolonizador no solo para artistas, críticos y curadores de Asia, África, Medio Oriente, América Latina y el Caribe, sino también para todos aquellos interesados en un diálogo de convivencia. En esta edición intentaremos redireccionar y actualizar los contenidos y la estructura de nuestra Bienal de acuerdo con las nuevas dinámicas y contextos. Nos proponemos una vez más el difícil reto de descifrar nuestra realidad a partir de proyectos artísticos que establezcan una plataforma de reflexión sobre el desarrollo de la civilización desde los territorios del arte como un espacio plural y descentralizado.
Convencidos de que la labor de los artistas no es ajena a las incertidumbres acentuadas por los vertiginosos cambios que sugieren los avatares de una nueva era y, partiendo de un ahora que nos obliga a diseñar una curaduría en tiempos de crisis, la Bienal se interesa en los imaginarios que prefiguren el porvenir desde la experiencia del presente y examinen los caminos por los cuales hemos arribado a la actualidad. Convidamos a todas aquellas narrativas que, conducidas mediante la libertad y la pluralidad de los lenguajes en uso, transiten de lo subjetivo a lo contextual en todos los órdenes.
Prestaremos especial atención a los discursos de países situados al margen de los centros de poder, cuya sabiduría ancestral pudiera contribuir a una mejor comprensión de los problemas de la contemporaneidad y a la preservación de la vida en el planeta, objetivos primordiales en los diversos campos del conocimiento y comportamiento humano.
Apostamos por la posibilidad de que arte y ética aúnen sus esfuerzos a la altura de las urgencias que la humanidad demanda, desde la vocación de universalidad implícita en la riqueza y diversidad de nuestras culturas, resultado de la extraordinaria mezcla que nos caracteriza. Sabemos que para la consecución de nuestros propósitos habrá que reforestar no solo el bosque sino también el alma, y eso únicamente se logrará mediante la redefinición del concepto de Humanismo.
Una Bienal expandida
La 14ª Bienal de La Habana cambia su estructura y duración habitual para, por primera vez, abarcar un periodo de casi seis meses durante los cuales iremos progresivamente sumando experiencias que, desde la teoría y la práctica artística, pongan de manifiesto el potencial emancipatorio del arte y la cultura, así como su capacidad para reflexionar sobre el presente y el futuro del planeta.
Experiencia 1: Preámbulo
(12 de noviembre-5 de diciembre de 2021)
La primera etapa se iniciará con un panel teórico que aglutinará voces provenientes de diferentes contextos y campos del pensamiento cuyo punto de comunión fundamental, más allá de la diversidad de sus aproximaciones, será el desarrollo de una investigación crítica sobre el presente y la búsqueda de nuevos caminos que prefiguren un futuro más prometedor e inclusivo.
“(…) Sabemos que para la consecución de nuestros propósitos habrá que reforestar no solo el bosque sino también el alma (…)”.
Experiencia 2: La Habana de la Bienal
(6 de diciembre de 2021-24 de marzo de 2022)
Durante esta segunda etapa el arte cubano tendrá un lugar protagónico con un programa de exposiciones y presentaciones diseminado por toda la ciudad. A ello se sumarán un conjunto de proyectos especiales y talleres colaborativos, algunos de los cuales superarán las fronteras de la capital y se extenderán hacia otras ciudades de la geografía nacional.
En las actuales circunstancias, marcadas aún por la pandemia del COVID-19 y por la necesidad de ser cada vez más conscientes sobre el impacto negativo del ser humano sobre el planeta, privilegiar la presencia de artistas nacionales se suma a las estrategias de sostenibilidad que la Bienal se ha trazado como parte de su tejido principal. Este eje sostenible será transversal a todo el evento y busca impactar positivamente tanto en el plano teórico y conceptual como en la producción de las obras y las exhibiciones.
Experiencia 3: Regreso al porvenir
(25 de marzo-30 de abril de 2022)
El aparente sin sentido temporal es la clave de inspiración que da nombre a esta tercera etapa, que se inicia con la inauguración de una muestra curatorial compuesta por diversos proyectos, los cuales se sumarán a las dos experiencias anteriores. La comunión entre todas las partes o etapas que dialogan, funciona como una analogía a esa convivencia de imaginarios temporales y búsqueda alternativa, que desde el espesor y valía de cada momento histórico, es capaz de encontrar una brecha para recuperar la posibilidad de un futuro.
La contemporaneidad nos lanza la urgencia de un cuestionamiento del tiempo presente, lineal y regulado; donde lo anacrónico/alocrónico cobra sentido; y el pasado se torna un asidero de respuestas capaz de delinear, quizás, un camino más inclusivo y sostenible para la condición de la vida en el planeta.
Equipo Curatorial
14ª Bienal de La Habana
Centro de Arte Contemporáneo Wifredo Lam