Creado en 2012 por iniciativa del especialista Juan Delgado Calzadilla, Detrás del muro es uno de los proyectos más abarcadores y relevantes de la Bienal de La Habana. Su primera convocatoria tuvo lugar durante la celebración de XI edición del evento más importante de las artes visuales en Cuba. Desde entonces hasta la fecha ha crecido no solo en extensión, sino también en la cantidad de creadores participantes.
Con sede en el emblemático malecón habanero, esta exposición a cielo abierto caracterizada por el diálogo constante entre obras y transeúntes “ha logrado reunir en esta 15 edición de la Bienal a más de 80 artistas entre nacionales y extranjeros”, explicó en exclusiva José Fernández, especialista principal del proyecto. Seguidamente refirió que la exposición “tiene su inicio en la estación marítima de Regla y Casablanca, en La Habana Vieja con dos esculturas de aluminio creadas una por un artista alemán; mientras, la otra pertenece al maestro cubano Manuel Mendive y culmina en el parque Antonio Maceo en el municipio Centro Habana”.
En un escenario libre y dinámico como el malecón capitalino pueden observarse las más diversas creaciones concebidas en disímiles estilos, técnicas y temáticas, y portadoras a la vez de innumerables mensajes. En la Plaza de Armas, del Centro Histórico, por ejemplo, hay un gigantesco árbol nombrado “Luz”, cuyas hojas “hechas con libros, le imprimen un carácter filosófico y poético. Esta obra, del creador Daniel Urdé, es la única de gran escala que hemos logrado incluir en la muestra dadas las serias dificultades que tenemos en todo el país con el transporte”.
“En la Plaza de Armas, del Centro Histórico, por ejemplo, hay un gigantesco árbol nombrado ‘Luz’, cuyas hojas ‘hechas con libros, le imprimen un carácter filosófico y poético’”.
Asimismo, en un hostal devenido galería, se exhiben decenas de piezas creadas en su totalidad con objetos de uso cotidiano que suelen ser desechados. Desde el techo de la propia entrada a la instalación cuelga una alargada lámpara conformada por cientos de latas metálicas de refrescos y cervezas. Mientras que en su interior sorprende a los visitantes una amalgama de objetos hechos con recorterías de piel, entre los que destacan carteras, bolsos, billeteras y cintos intervenidos artísticamente por niños y jóvenes integrantes de un taller de manualidades que sistemáticamente sesiona en el recinto. Llama la atención el mobiliario cuya base y respaldar fueron hechos con maletas inservibles sobre las cuales aparecen confortables y coloridos cojines.
“En un escenario libre y dinámico como el malecón capitalino pueden observarse las más diversas creaciones concebidas en disímiles estilos, técnicas y temáticas, y portadoras a la vez de innumerables mensajes”.
“Son en su conjunto verdaderas obras de arte creadas con materiales reciclados y sobre todo logradas por personas residentes en la comunidad, especialmente niños y jóvenes. Constituye este uno de los mayores propósitos alcanzados por el proyecto Detrás del muro. Siempre que sea posible incorporar a los vecinos a cada obra, a cada proyecto emprendido”, subrayó José Fernández.
A pocos pasos de esa vivienda donde se exhiben de la misma manera plantas ornamentales exóticas, se encuentra la estructura urbana titulada Habanidad, en cuya creación intervinieron seis prestigiosos artistas cubanos. Entre ellos Alicia Leal, Nelson Villalobos, Eduardo Abela y la Premio Nacional de Artes Plásticas 2023 Zayda del Río.

Se trata de una pieza pintada de azul en la que cada letra de palabras lleva plasmada la obra de un pintor o pintora, así cada creador moldeó sus creencias y su forma de ver La Habana. “Como puede apreciarse aparecen personajes representativos de la historia antigua de la ciudad, textos con sentidos muy especiales tanto para los artistas como para el público que la observa, y hasta símbolos que cuentan una historia”.
La 15 Bienal de La Habana y particularmente el proyecto Detrás del muro, como parte de su programa, tiene también entre sus propuestas la muestra Abuelas y Abuelos prestados, en la cual 23 autorretratos trasmiten un fuerte mensaje social que valora el amor y respeto a los adultos mayores y su importante rol en la educación de las nuevas generaciones. Su autora es Monik Molinet, en coordinación con la compañía Lizt Alfonso Dance Cuba.

“Más allá de proponernos interactuar con el público y de no confinar el arte a espacios cerrados, Detrás del muro suma del mismo modo entre sus logros el hecho de haber incorporado al proyecto a varias instituciones radicadas en la zona. Además de la sede de la compañía Lizt Alfonso Dance Cuba, el Centro Hispanoamericano de Cultura y la gran mayoría de las instituciones pertenecientes a la Oficina del Historiador y la propia Oficina cuyo apoyo al proyecto ha sido extraordinariamente valioso”.
Creadores consagrados y noveles, nacionales o procedentes de Puerto Rico, Venezuela, España y Alemania, por solo citar algunas naciones, junto a la confluencia de manifestaciones del arte como la danza y la música, afianzan a la Bienal de La Habana como un evento imprescindible de la cultura cubana.
Transforman y embellecen igualmente al malecón habanero decenas de vallas intervenidas por más de veinticinco diseñadores, liderados por el artista Miguel Leyva. Por primera vez, asiste a una Bienal de La Habana un creador ruso, Vladimir Potafov quien, concibió un mural inspirado en los cañones cementados en algunas calles del Centro Histórico, cuya escena trae de vuelta la tradición del ejército ruso en la Segunda Guerra Mundial de enterrar sus armas en señal de paz y el fin de las guerras.
“Más allá de proponernos interactuar con el público y de no confinar el arte a espacios cerrados, Detrás del muro suma del mismo modo (…) el hecho de haber incorporado al proyecto a varias instituciones radicadas en la zona”.
Aunque hemos citado solo unas pocas, indiscutiblemente cada creación atrapa a los transeúntes, pero sobre todo un gran mural ubicado justamente en las calles Malecón y Campanario e identificado con el nombre Detrás del muro. Es un sincero homenaje del maestro Nelson Villalobos a Juanito, creador del proyecto, acompañado por varios colaboradores. En esta obra que ocupa una extensa pared de un edificio se representa precisamente el muro del malecón, el mar, el cielo y algunos elementos religiosos llegados desde África y España, ya identitarios de los cubanos.