La historia de quienes viven por y para la Historia

Sheyla Delgado Guerra di Silvestrelli
12/1/2017

“Ser historiador cubano, en su pleno y verdadero significado, no podrá ser nunca un modo de vida, sino una disposición a cumplir con fidelidad, honradez, sencillez y entrega absoluta, el encargo social de preservar la memoria y el patrimonio de la patria”.

Fue esa la altura en la que el Dr. Roberto Pérez Rivero —presidente de la Unión de Historiadores de Cuba (Unhic)— fijó la varilla de desafíos para los profesionales del gremio en el país, durante las palabras centrales del acto nacional que celebró el aniversario 35 de esa organización, desde el capitalino Memorial José Martí.

Momento emotivo resultó el pronunciamiento de la Unión, en aras de promover el estudio y socialización de la obra y el pensamiento del Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz, el cual hizo público la Dra. Francisca López Civeira, Premio Nacional de Historia y vicepresidenta segunda de la Unhic. En él se rememoraron las palabras del líder cubano a los historiadores, en ocasión de un taller efectuado en octubre de 2000, y la impronta incalculable de este gran hacedor de la Revolución cubana y de su historia. Se resaltó un llamado: “dar contenido y razón” al sentir de ‘Yo soy Fidel’.

Significativa, además, devino la entrega del Diploma 35 Aniversario de la Unhic a una representación de sus 480 fundadores, en cuya lista figuró su Presidente de Honor e Historiador de la ciudad de La Habana, el Dr. Eusebio Leal Spengler. Igualmente, se incluyó a Rolando Marrón Duque de Estrada, quien mereciera un reconocimiento especial para él y la sección de base “Viernes de Conferencia”.

Por otra parte, se conoció que el premio del concurso Gloria García In Memoriam, en su primera edición, lo alcanzó el MSc. Fabio Fernández Batista, profesor de la Universidad de La Habana. Mientras, el ganador del concurso 35 años en defensa de la Historia fue José Manuel del Sol.

Según Pérez Rivero, se podrá aspirar a un buen o mejor historiador, en la medida en que no solo se sea “observador y analista, sino también protagonista de la Historia”. Esta condición se traduce, dijo, en una  participación directa desde la profesión y la actitud personal, “en  la construcción y defensa de la Revolución socialista”.

Repasó, asimismo, momentos cardinales en la hoja de vida de la organización, los logros recientes y los desafíos más apremiantes. Sobre este particular puntualizó, en declaraciones a La Jiribilla, que es prioritario ahora “mantener vivo el legado de Fidel”, así como jerarquizar (entre otros temas) la historia de la Revolución cubana en el poder, que es de lo menos trabajado, sistematizado y socializado por nuestra historiografía. No obstante, reconoció un relativo avance en este sentido.

Inquirido por el actual mapa de acción de la Unhic en función de perfeccionar el sistema de enseñanza de la Historia a nivel nacional, su presidente señaló: “la historia no tiene sentido, la investigación no tiene sentido, si no se lleva al pueblo, ‘al corazón mismo del pueblo’, como sentenció Emilio Roig de Leuchsenring. Es una prioridad para nosotros divulgar los resultados de nuestras investigaciones y llevarlos a las escuelas, contribuir con los ministerios de Educación (Mined) y de Educación Superior (MES) para llegar a los barrios y a las localidades de todo el país”.

“La guerra que nos están haciendo —prosiguió Pérez Rivero— es cultural. Nos están tratando de desmontar todo lo que legitima la Revolución cubana desde el punto de vista histórico. Y por ahí van en proceso los esfuerzos principales”. Para ese desvelo, mencionó el alcance y actividad de las filiales provinciales, en calidad de bastión esencial de esa organización científica con alrededor de 5 000 asociados en toda nuestra geografía, de profesiones variadas, pero convergentes.

De otro lado, en un paréntesis con esta publicación, compartió Marrón Duque de Estrada el que —a su juicio— resulta el mayor reto en este minuto: “que las casas editoras nos den determinadas prioridades para que los libros que nosotros estamos haciendo, se publiquen con mayor prontitud. (…) Hoy día la Historia en este país es de primer orden. Y hay que verla de esa manera”.

El avezado historiador con más de 40 años de investigación y entrega, fundamentalmente al tema de la aviación en Cuba, aseveró que no solo se trata de centrar las energías y tiradas de libros en las grandes guerras, que igual son importantísimas, pero “hay otros aspectos de la vida del país que tienen que recogerse también”. Asimismo, instó a eliminar ciertos “egoísmos de barrio o de localidades” en casas editoras de algunas provincias, que impiden la socialización de contenidos y conocimientos de diversos autores que deberían ser contados y, más aún, impresos para la posteridad.

Presidido además por Alpidio Alonso, vicejefe de departamento del Comité Central del Partido, y María Elena Salgado, viceministra primera de Cultura, el acto puso en letra viva el protagonismo y aporte de quienes tienen la Historia por oxígeno y encarnan el orgullo de escribirla para el futuro.

Participaron, entre otras personalidades y directivos, Eloísa Le Riverend, hija de Julio Le Riverend (presidente-fundador de la Unhic), y el Dr. Raúl Izquierdo, presidente entre 1999 y 2012.