Formas de la trova

Vasily M. P.
2/4/2018

Aunque la Trova es una sola, hay muchas formas de hacerla, según el mundo interno y las exigencias de los compositores y, también, el gusto de los consumidores.

Termina este 25 de marzo, el 13 Encuentro Nacional de jóvenes trovadores Trovándote 2018 y a uno le queda una sensación como de alivio. Mucha trova, muchas deshoras dedicadas a complacer a un público exigente, cuesta trabajo emocional y esfuerzo físico.

 Jorge Luis Neyra y Richel Fernández ofrecieron a la prensa avileña detalles la venidera edición.
Foto: Nohema Díaz

 

Los organizadores y participantes de este evento no temen a luchar contracorriente, justo en el momento en que la población avileña se divide entre juventudes que se desviven por el reguetón y la mala música y los de la media y tercera edad que apelan por la cancionista más autóctona.

Pocos son los asistentes a esta cita, que disfrutan de las canciones para pensar en serio, o para chotear con nuestra realidad. Para esos pocos también se trabaja porque serán los muchos, multiplicados, del futuro.

En esta edición del Trovándote, creo que el público fue tan numeroso como en otras ocasiones. Aunque las comparaciones pueden inclinarse por años anteriores. Si comparamos, entonces, podría decir que  en esta oportunidad, el público fue un poco más disciplinado y supo disfrutar, con el alma al aire, cada propuesta trovadoresca.

Hubo trova de todos los colores, casi para todos los gustos. Aunque no fueron muchos los invitados en comparación con otros años. Tuvimos la canción más musical a la altura de un Ray Fernández que abrió con maestría el evento. Una Yaíma Orozco y Migue de la Rosa, que encantaron las noches y tardes, con poesía y canción de otros. Un Nelson Valdés que consigue llegar a la variedad de exigencias del público. La canción más intimista de Ariel Barreiro, y la rural de un Freddy Laffita que se va por la poesía a ultranza. Casi en la misma cuerda, Axel Milanés nos lleva por los derroteros, también intimistas  de la poesía.

Y otros trovadores  y otras formas de trovar.

Los del patio, Motivos Personales con su desenfado y búsqueda sonora, Yoan Zamora y Héctor Luis de Posada, aún en su conservadurismo a la manera más afín con la Nueva Trova.  El jovencito César Brown que cambiara arte urbano, por canción de gesta y de gestos intelectuales.

Si bien es cierto que la radio y la televisión avileñas, el semanario invasor, estuvieron presentes desde la misma concepción de la cita trovadoresca, hay que señalar que hubo grandes ausentes de los medios difusivos del resto del país. Se pudiera pensar en invitar, a través de la UPEC, por ejemplo, a periodistas de medios de prensa específicos e incluso, especializados en el catálogo musical cubano.

Estaríamos logrando varias cosas de una vez. De esta manera, se podría materializar uno de los anhelos de Jorge Luis Neyra, el presidente de este evento, al hacer más visible el suceso por los medios difusivos internacionales y nacionales. Y creo que, a la cultura cubana en general, le vendría bien. Porque eventos como estos son los que materializan la esencia de nuestra política cultural al conjugar divulgación de la obra de nuestros artistas  y el acercamiento del buen arte al pueblo, entre otras cuestiones.

Creo que esta edición del Trovándote fue más discreta, más sencilla, pero, al mismo tiempo, más ecuánime y casi mejor organizada que otras marcadas por el desenfado y la masividad de los invitados y organizadores.

Estar más de tres días unidos por y con la trova, es el mejor de los regalos que un avileño puede recibir ya en la semana de la cultura avileña, debido al 141 aniversario de la municipalidad, y a las puertas de esa otra gran fiesta de la cultura como lo es la feria provincial del libro que se celebrará del 28 de marzo al 1 de abril.