Charangueando, música cubana para recordar

Onaisys Fonticoba Gener
8/11/2017

Este jueves se realizará la XI edición de Charangueando, encuentro auspiciado por la Empresa Comercializadora de la Música y los Espectáculos “Ignacio Piñeiro”, con la colaboración de Rafael Lay, director de la reconocida Orquesta Aragón. Según explicó este último, se trata de un evento abocado a recordar la importancia de las orquestas charangueras en el país como germen de nuevas expresiones de la música contemporánea y de prestigiosas agrupaciones del género popular.

Charangueando, apuntó, continúa el otrora festival “Rafael Lay in Memoriam”, que solía celebrarse en Palma Soriano, Santiago de Cuba. “Nuestro objetivo es insistir y enaltecer el trabajo charanguero, así como enfatizar el aporte de ese formato. El hecho de que en Cuba continúen sonando orquestas de este tipo, con cinco décadas y más de trayectoria, es un impulso para este evento y, a la vez, una confirmación de su pertinencia”.


Charangueando tiene como propósito recordar el aporte de las orquestas charanga a la música cubana.
Foto Periódico Trabajadores
 

Según indicó, la apertura de la cita se realizará mañana en el Salón Rosado de La Tropical a las cuatro de la tarde y contará con la presencia de cinco agrupaciones charangueras de renombre internacional: las orquestas charanga típica de concierto Rubalcaba, Barbarito Diez, América, la Jorrín, y no podría faltar, la Aragón.

Las orquestas charanga tuvieron su origen en las orquestas típicas o de viento, consideradas la formación instrumental más antigua de la música cubana. Su evolución dio paso a la charanga francesa, que se impuso hasta entradas las primeras décadas del siglo XX. Más tarde sobrevinieron las llamadas orquestas típicas cubanas, que al asumir un modelo con sección de cuerdas ampliada, la flauta como solista, el piano, el bajo electrónico, pailas, güiro, tumbadora, claves y cantantes, afianzó su éxito y fue la base para agrupaciones de enorme popularidad en el resto del siglo, entre ellas la Orquesta de Enrique Jorrín, la Orquesta Arcaño y sus Maravillas, y la propia Aragón.