Capiro, letras al centro de la Isla

Mairyn Arteaga Díaz
26/1/2018

En septiembre de 1990, cuando Cuba atravesaba por el llamado Período Especial, momento de precariedad económica, situación difícil para la nación, se fundaba en Santa Clara la editorial Capiro, el suceso cultural más importante de los acaecidos en aquellos tiempos aciagos y hasta hoy, con tropiezos y muchos aciertos, se mantiene en la cima de las publicaciones al centro de la Isla.

Desde entonces la producción literaria que tenía lugar en el territorio encontró la forma de darse a conocer, ya de modo impreso, y superar la fase oral a la que había estar prácticamente confinada. Se iniciaba así un proceso de rescate para ese movimiento hasta ese instante inédito.


Capiro continúa como referente no solo para la literatura hecha en la región central.
Fotos: Arelys María Echevarría Rodríguez
 

Casi 30 años después, y a las puertas de la XXVII Feria Internacional del Libro de La Habana, Capiro continúa como referente no solo para la literatura hecha en la región central, sino de gran parte de la manufactura nacional e incluso foránea.

Tres decenas de títulos conforman el listado que estará presente en la fiesta de las letras, que en este 2018 tiene como país invitado a China; una cifra que supera a la de años anteriores y que con una amplia variedad temática pone de manifiesto que Capiro ha editado y edita libros para los públicos más diversos.

Al menos de este modo lo corrobora Miriam Artiles, editora para el sello, que tuvo a su cargo, en esta oportunidad, cuatro de los textos salidos bajo la marca villaclareña. Los dos primeros son de la autoría de dos escritores cubanos que han desarrollado en Estados Unidos —país al que emigraron en la década de los 60— una importante labor investigativa que los ha hecho acreedores de relevantes galardones internacionales, explica Artiles.

Así aparece Mito y Archivo. Una teoría de la narrativa latinoamericana, en el cual Roberto González Echevarría (Sagua la Grande, 1943) propone su tesis acerca del origen y evolución de la narrativa del área y el nacimiento de la novela moderna; luego está La cosmovisión poética de José Lezama Lima en Paradiso y Oppiano Licario, de Alina Camacho-Gingerich, considerada actualmente como una de las críticas literarias más serias y respetadas del ámbito hispanoamericano contemporáneo.

La cosmovisión…, continúa Artiles, plantea que el sistema poético lezamiano es una concepción de la vida y del universo basada en la imagen y la metáfora; una invitación a una lectura interesante y reveladora.

El tercer libro trabajado por Artiles es Paraninfos, una antología de los investigadores Raydel Araoz y Mercedes Melo, dedicada a la poesía experimental cubana estudiada a través de los distintos movimientos literarios desde la centuria pasada hasta la actualidad, un texto calificado por la editora como novedoso y controversial.

Por último, se encuentra Cuba a la luz de los nuevos tiempos. La actualización del modelo cubano de construcción socialista, con la firma de un colectivo de autores que encabeza Santiago Alemán Santana, profesor de la Universidad Central Marta Abreu, de Villa Clara.

El gran mérito de Capiro y su colectivo de labor, concluye Artiles, no recae solo en cumplir con el plan editorial trazado para un año, sino en el hecho de buscar entre los títulos más novedosos, sean cubanos o no, y ponerlos a disposición del público en la Mayor de las Antillas.

En un pequeño local de la librería Pepe Medina, en la calle Colón, al centro de la ciudad de Santa Clara, radica el consejo editorial de Capiro, donde Jorge Luis Rodríguez Reyes funge como director.


Así aparece Mito y Archivo. Una teoría de la narrativa latinoamericana
de Roberto González Echevarría (Sagua la Grande, 1943).
 

Explica Rodríguez Reyes que, aun con algunas dificultades para la impresión en el territorio, saldrán a la luz, entre otros, los volúmenes ganadores del Premio Fundación de la Ciudad de Santa Clara de 2017. Ellos son Bon Voyage (Poesía), de Dalila León Meneses; Calle G (Teatro), de Maykel Rodríguez de la Cruz; y Morirse debía ser cosa de animales (Narrativa), de Otilio Carvajal. Este último, comentaría su autor, desarrolla su historia en Chambas, provincia de Ciego de Ávila, pueblo natal de Carvajal, y aborda la temática rural con pinceladas del realismo mágico, como fiel discípulo de Gabriel García Márquez.

Sobresalen también entre las obras de Capiro el libro de Leonardo Padura: Aquello que estaba deseando ocurrir; San Carlos y otros relatos inéditos, de Julio Verne; Antología de la narrativa de Villa Clara, una compilación de Mario Brito; y El camino de Chuang Tzu, del chino Chuang Tzu, por solo mencionar algunos.

Prevista del primero al 11 de febrero venideros, la Feria Internacional del Libro de La Habana se perfila como un suceso esperado por el público cubano y el extranjero presente en la nación, un intercambio de saberes y promotor del acervo cultural del que Capiro se hace eco cada año y cada vez con mayor dedicación y expectativas.

Si llega a su stand, en cualquiera de las sedes del evento, recuerde que allí lo aguardan las letras al centro de la Isla.