¡Venezuela hermana y esperanza!

Katiuska Blanco
21/4/2017

Cuando el Comandante Fidel Castro empleaba las energías que le restaban a los sueños de un mundo mejor y más justo, escribió: “Venezuela, por su extraordinario desarrollo educacional, cultural, social, sus inmensos recursos naturales, está llamada a convertirse en un modelo revolucionario para el mundo”. Era el 15 de octubre de 2011 y ratificaba su admiración ante el Comandante Hugo Chávez, a quien reconocía metódico e incansable. “Se trata –dijo- de una persona sumamente humanitaria y respetuosa de la ley, jamás ha tomado venganza contra nadie. Los sectores más humildes y olvidados de su país le agradecen profundamente que por primera vez en la historia haya una respuesta a sus sueños de justicia social”.


Katiuska Blanco. Foto Internet

Ese legado hermoso que el presidente Nicolás Maduro y el pueblo de Venezuela defienden heroicamente en medio de la perversa guerra económica y los ataques políticos y golpistas de la OEA, es el que pretenden atropellar y borrar hoy los sectores oligárquicos fascistas al servicio del Imperio. Los Estados Unidos de América, como en los tiempos de José Martí, pretende dividir a los pueblos para dominarlos y saquear sus recursos naturales, los de Venezuela en particular, fuente inmensamente rica en petróleo y agua. ¿Qué puede esperarse de la OEA y de un traidor como Almagro? No ven el sufrimiento de nuestros pueblos, no ven el hambre, la pobreza, la guerra, ni a las víctimas del narcotráfico y del paramilitarismo en la región. No les asiste ningún derecho porque con absoluto cinismo se desentienden de los horrores y agreden a una Revolución por su humanismo y sueños de equidad y justicia, de soberanía.

Fidel, cuya visión de futuro siempre asombraba a todos, también vio en la Revolución Bolivariana la esperanza de que se hiciera realidad el sueño de los Libertadores de la gran patria latinoamericana. Venezuela, heredera principal de una epopeya histórica extraordinaria que consiguió la independencia para muchos de los pueblos de nuestro continente, es hoy la vanguardia de la integración y de la posibilidad cierta de que Nuestra América alcance de manera definitiva su segunda y verdadera independencia, por esa razón concita todo el odio de la reacción internacional, no solo en nuestra región sino incluso más allá, en la vieja Europa.

La pasión libertaria, el ansia de redención social y el espíritu de nación, no solo para sí, sino para todos los pueblos de la humanidad, alientan la lucha de la Revolución Bolivariana, en una resistencia admirable que debe recibir el apoyo y la solidaridad de todas las fuerzas revolucionarias y progresistas de Latinoamérica y el mundo. El pueblo es fuente de derecho, la Revolución es legítima porque es para bien de las mayorías, tiene el derecho de existir y defenderse.

Con el recuerdo del periodista Jorge Ricardo Massetti en la memoria levantemos nuestras voces y estrechemos en un abrazo a los que luchan y no lloran, articulemos y movilicemos las fuerzas maravillosas de los pueblos en apoyo a la Venezuela hermana y esperanza.

 

Tomado de http://cubaendefensadelahumanidad.blogspot.com/