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La actual administración combina un personaje bufonesco (y muy peligroso) que danza en la puesta en escena con el ala más salvaje de la organización Republicana, dedicada con pasión a enriquecer a los ricos y poderosos mientras que patea en la cara a los demás. Un objetivo es desmantelar cualquier cosa conectada con el odiado Obama —y vale la pena tener en cuenta que “el animus racial ha ayudado a darle forma a las reacciones hacia Obama desde su aparición como candidato presidencial y a lo largo de su Presidencia”, para citar la literaria académica convencional (Gary Jacobson, Political Science Quarterly). Puesto que Obama hizo algunos gestos hacia la normalización con Cuba, estos deben ser atacados.  No solo Cuba, sino gran parte del mundo y las generaciones futuras, están en considerable riesgo.

The current administration combines a clownish (and very dangerous) figure who prances in the spotlight with the most savage wing of the Republican organization, dedicated with passion to enriching the wealthy and powerful while kicking the rest in the face.  One primary goal is to dismantle anything connected with the hated Obama – and it is worth bearing in mind that “racial animus has shaped reactions to Obama since his emergence as a presidential contender and throughout his presidency”, to quote the mainstream academic literature (Gary Jacobson, Political Science Quarterly). Since Obama made some gestures towards normalization with Cuba, these must be attacked.  Not just Cuba, but much of the world, and future generations, are at considerable risk.