Un nuevo y esperado festival titiritero

Rubén Darío Salazar
31/7/2017

En 1966, La Habana fue protagonista del 1er Festival de Teatro Infantil y Juvenil. Una cita que reunió a los grupos profesionales que trabajaban para los pequeños espectadores por toda la Isla. Allí se entregaron premios y se realizó una exposición recuento de lo alcanzado hasta el momento.  A este festival le siguieron varias ediciones, que tuvieron casi siempre a la capital como sede del jolgorio escénico. Las últimas ediciones se desarrollaron en Cienfuegos, 1988 y en Santiago de Cuba, en 1990. A partir de ahí y viviendo el país los rigores del llamado “Período especial”, los festivales nacionales dejaron de celebrarse, posteriormente fueron sustituidos por eventos alternativos, generados desde las propias agrupaciones titeriles cubanas.Entre estos tiene carácter pionero el desaparecido Encuentro de Teatro Profesional para Niños y Jóvenes de Guanabacoa, en 1991, organizado por el Teatro de La Villa, al que le siguieron otras acciones similares por todo el territorio.


 

De entre aquel semillero de festejos y encuentros, nacidos por la ausencia de un festival mayor, surge en 1994 el Taller Internacional de Títeres de Matanzas (Titim), una idea del maestro René Fernández Santana, líder del Teatro Papalote, el cual se mantiene exitosamente  hasta hoy, que acumula 12 ediciones alrededor de prácticas pedagógicas con destacados profesionales del retablo de Cuba y el mundo,  y cuenta con el auspicio de otras instituciones  culturales como la Casa de la Memoria Escénica, el Teatro de Las Estaciones, el imprescindible apoyo del Consejo Provincial de las Artes Escénicas y de su homólogo a nivel Nacional.

En los últimos años algunos de estos eventos se esfumaron por diversas causas, algunas de orden logístico y otras por muerte natural  de las esencias de su génesis.Se mantienen en activo el Titereando en la ciudad, organizado en Guantánamo por el guiñol del mismo nombre de esa provincia, más los auspicios de la Asociación Hermanos Saiz, lo que le aporta un carácter de dialogo generacional al conclave. Títeres al centro pervive en Ciego de Avila, sostenido por el grupo Polichinela y el Consejo Provincial de esa región, con la celebración de la noche titiritera más larga como distintivo singular. En La Habana la Bacanal de Títeres para Adultos, con  patrocinio de diversos conjuntos e instituciones,  acumula tres celebraciones con una programación que prioriza al público adulto como principal destinatario.

Este año se anuncia un nuevo alumbramiento.Todo parto se espera con la ilusión de la primera vez. Del 7 al 13 de agosto tendremos la 1ra Jornada Habana Titiritera: Figuras entre adoquines, la cual, sigue la tradición alternativa de nuestros eventos, y proviene del entusiasmo manifiesto de la agrupación capitalina Teatro La Proa con las correspondientes y necesarias colaboraciones de varias entidades mayores como el Centro de Teatro de La Habana.

Un repaso rápido por las propuestas de esta novel criatura deja ver el esquema usual que siguen las citas de esta especialidad: programa de espectáculos nacionales e internacionales, talleres, exposiciones, publicaciones, homenajes, premios y convites festivos…, pero con tres distinciones de atractivo innegable.La gran mayoría de las presentaciones estarán concentradas en los predios de la Habana Vieja, lo cual le da un toque muy especial, pues fueron esas mismas calles las primeras que vieron desandar a los juglares, saltimbanquis y volatineros de antaño. La muestra Cuentos en flor, dedicada a José Martí.  La niñez de nuestro apóstol será imaginada por esas calles y recovecos de histórica referencia, a través de montajes que citan su legado literario como “Los dos ruiseñores”, del villareño Teatro Escambray, “Los zapaticos de rosa”, del matancero Teatro de Las Estaciones, “Bebé y el Señor Don Pomposo”, del Teatro de Muñecos Okantomí de la capital, y los espectáculos pinareños “El príncipe de los colibríes”, de Titirivida, y “Pepe y la Chata”, de Alas Teatro. Y como tercer aspecto, está la posibilidad única de ver a una parte de los tantísimos grupos habaneros, de los cuales solo se conoce yescucha de vez en vez, pero que existen y conforman un grueso núcleo profesional.

La Habana, una urbe ultramarina, considerada entre las 7 ciudades maravillas del mundo, acumula atractivos múltiples entre sus adoquines, razones poderosas para acudir a una convocatoria veraniega como esta de los marineros de Teatro La Proa. Estoy seguro que tras la primera edición y con el repaso de sus resultados, la Jornada Habana Titiritera: Figuras entre adoquines, puede convertirse en el encuentro que esperan todos. La apuesta ya está hecha y organizada hace meses  con respeto y cariño, solo nos queda aguardar la llegada de agosto, disfrutar y ayudar para que todo sea.