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Omar Valiño
2/12/2016

Foto: Sonia Almaguer

Aunque resulte paradójico, al morir en 2016, Fidel Castro sopló las velas dos últimas veces a favor de Cuba, justo a los sesenta años del Granma: confirmó su larga y frondosa obra como un legado dialéctico y transformador, a cuya fuerza sumó a las últimas generaciones de la Isla y demostró que podíamos continuar porque la Revolución estaba viva.