Si alguna vez estuvieron juntos Lennon y el Che…
Cuando en uno de los conciertos realizados en el capitalino Parque Lennon durante la década del 90, se puso a la venta el pulóver con pinturas de los rostros de John Lennon y de Ernesto Che Guevara, nos llamó la atención dicha alegoría, pues obviamente en el fundamento teórico de estas trascendentales personalidades del siglo XX, perviven coincidencias en el empeño de cada uno por alcanzar un mundo mejor para todos.
Años después, específicamente en el 2012, circuló por las redes sociales, otra voluntad de acercar la imagen de ambas figuras, pero en esta ocasión con mayores pretensiones formales. Se trata de una fotografía trabajada en photoshop donde tanto Lennon como el Che, aparecen muy cerca uno del otro, con sus respectivas guitarras. De inmediato quedé impactado con el vuelo poético de esta fábula, por lo que no faltaron amigos preocupados en aclararme que esto nunca sucedió, que se trata del resultado de un proceso digital de edición. Precisamente, por tal razón es que encontramos tanto lirismo en el inusitado montaje, al reunir la imagen de ambas personas, como una sutil referencia a que dicho acercamiento se extiende mucho más allá de una creativa realización artística.
Se trata de una foto de Lennon tomada en la época donde ya está separado de Los Beatles, enfrascado con su proyecto en solitario, dueño de la independencia necesaria para abordar canciones con polémicas temáticas para los años 70, como fueron sus posiciones críticas en torno a la ocupación del ejército británico en Irlanda del Norte o por la matanza de presos en la cárcel de Attica, EE.UU.
De todos modos, queda claro que el creador anónimo de esta sugerente combinación, admira tanto al Che como a Lennon, al mostrarse sumamente respetuoso en el hecho de escoger las expresiones del rostro en cada uno de ellos.
De Guevara, quienes mejores que los cubanos, para reconocer que conjuntamente con la hondura del compromiso ideológico por las causas revolucionarias, en su persona radicaba un singular sentido del humor, de esa jovialidad propia de una gente sencilla y directa, capaz de estar lo suficientemente relajada cuando se encuentra en confianza, como quizá pudo haber sucedido si realmente hubiera compartido ese momento con alguien como John y por supuesto, que también conociera de música. De todos modos, queda claro que el creador anónimo de esta sugerente combinación, admira tanto al Che como a Lennon, al mostrarse sumamente respetuoso en el hecho de escoger las expresiones del rostro en cada uno de ellos, como con la intención de que ningún obstáculo se interponga en la recreación de la armonía que parece fluir del hipotético, pero emotivo encuentro.
Cuando ya pensábamos que el anecdotario del acercamiento visual entre Lennon y el Che, había sido agotado, Jill Furmanovsky, relevante fotógrafa inglesa del universo del rock, nos sube la parada y de qué forma. Con una extensa y depurada obra gráfica en torno a leyendas del rock británico como Pink Floyd, Led Zeppelin y Oasis, además del cantautor Silvio Rodríguez.
y dicho encuentro sucedió en el 2013. Yoko, además de acceder a firmarla, la dedica con particular afecto.
Jill le dedicó al pueblo cubano una emblemática foto en saludo al Aniversario 55 de la Revolución. Se trata de una fotografía de John y Yoko, tomada por Tom Hanley en la casa de ambos de Tittenhurst Park, en la Inglaterra de 1971.
Pero, lo relevante de la mencionada instantánea, es que en la habitación de la residencia donde fue hecha, específicamente en la cocina de la casa, aparecen tres afiches colgados en la pared. Uno con el cartel del nombre de su canción “War is over” donde alude a la necesidad de terminar cuanto antes con la guerra de Vietnam; otro con el rostro de Angela Davis, la destacada militante a favor de los derechos civiles de los negros en EE.UU. y el último, nada menos que el afiche con la universalmente famosa foto de Korda del Comandante Ernesto Che Guevara.
Nadie, en la intimidad de su hogar y mucho menos en un lugar tan privado como la cocina, tendría pósteres de personas a las que no profese admiración profunda. Más aún: difícilmente alguien irreverente y libre como fue Lennon hasta el fin de sus días, adornaría su hogar con imágenes ajenas a su forma de pensar y actuar, especialmente en los 70, década crucial en la radicalización de su pensamiento.
Definitivamente sí, Lennon y el Che se habrían querido mucho de llegar a conocerse. O al menos así lo siento yo, que llevo años colgándome a los dos sobre el pecho…