Selección de poemas

Pedro Péglez González
1/3/2016

QUE SE MUERE DE VIERNES

¿Qué subsistía en él después
de tantos desastres? Sólo la vida
elemental: un cuerpo que la sangre
golpeaba impaciente buscando salida;
un ser opaco, impenetrable, cerrado,
confinado en la angustia de sus límites.

Gabriel Celaya

 

Y POR FIN ¿HA MUERTO EL PAN
DE VIERNES TRECE?

¿O fue doce?
¿Lo asesinó el flébil roce
de otra flauta?
En vano lo han
buscado salterios tan
tricornios tan diecisiete
(¿o dieciocho?)
Al garete
dijeron verlo después
con todo nostalgia y pies
flotando sobre un arete
posmoderno de Dionisio

¿Lo traicionó su alter ego
a cambio de (in)cierto fuego
existencial crudo oficio
que navega hacia el hospicio
del intertexto?
Quién sabe
quién sabe cuándo se lave
la cara el agua
Qué nieves
las de aquel viernes (¿o jueves?)
que le congeló las claves
del sábado y los violines

“Todo es como debe ser”
(Qué manía de joder
Gautama)
Yo vi las crines
del Pan rotas por mohínes
(Mal metatexto)
Qué pena
No encuentra la luna llena
ni una ninfa una deidad
que las zurza
Ni una edad
para su acorde
Qué pena

 

AH VENUS

pobres tus brazos
que no me hablan que no agreden
esta mudez que no pueden
repartirse mis pedazos

Venus qué fósiles trazos
tu ademán tu sí tu no
que Cronos escamoteó
bajo el percal de tu nombre

Venus qué estatua es el hombre
sin tu viernes
Trunco yo

 

ÓLEO DE MUCHACHA SIN SOMBRERO

Para Norka

Dijo que era azul el blanco
y el encaje su manera
de ser azar Que eso era
Dijo que era blanco el blanco
Así de sencillo
El banco
destejió a Penélope
En
su aguja extravió la sien

Qué Ariadna del pecho en vilo
que le dio a Teseo el hilo
y al Minotauro también

 

BALADA PARA ATENEA

A Paraskeví

Tal vez
Quizá sea Atenas
mar impío
Vieja edad
pudo empolvar su impiedad
de otro silencio
(Cadenas
para la espuma sin penas
que hallaste en el joyerío
azul de Cuba)
Que hastío
te lame el manto la rosa
de los vientos
Ah la diosa
crucificada entre el río
de ardiente cristal y el frío
acantilado que espera

Ah la diosa en primavera
no sabe de sí
Qué estío
no sucumbiera en su avío
de guirnaldas
Con qué llave
abriera el cofre que lave
su abril de Pandora en ciernes

Paraskeví es más que viernes
pero lo ignora
¿Cuál ave
dirá a su oído la clave
la clave del corifeo
entre Caribe y Egeo?

Paraskeví es esa nave
del amor
Mas no lo sabe
Sólo ella los diez abrojos
puede cambiar en los rojos
pistilos del ancla suelta

Salve Atenea de vuelta

Yo he estado en Grecia: tus ojos

 

OTRA BALADA PARA EVI

Yo también lloraría en tus rodillas
Pero no por mi Dios sino en tu nombre
por el ala perdida desde el hombre
que soy tan roto para tus sencillas
maneras de volar
Qué de escudillas
dio María a los perros
¿Las habrá
servido con tu mano?
(Un día quizá
se va a saber)
María nunca ha muerto
Lo atestigua tu luna en el desierto
vertiendo tanta lluvia
Tu agua va
tejiendo cielo al cielo
Todo está
bien
María no ha muerto
Su fortuna
es el agua en la arena
Mas la luna
llora desde tan lejos
Hasta allá
no llega este violín (¿todo estará
bien?) que muere de viernes en la orilla
de la tierra
Revienta la semilla
pero no se abre en árbol su balada

Lo atestigua algún pálpito en mi almohada:
Yo también lloraría en tu mejilla

 

SI EL EGEO NO ME BAÑA

cómo creo
Cómo creo
en Tracia si muere Orfeo
talado por la guadaña
de una deidad
(Su pestaña
tan filosa)
Cruel engaste
sin que Calíope gaste
ni una lágrima
No tientes
la mar
Yo tendí los puentes
Sólo que tú no cruzaste

 

EXAMEN DEL QUE ESPERA

¿Y yo qué soy de esa nube
toda de arpegios?
¿La danza
que alternará la confianza
con otra bondad?
¿Quién sube
por el lienzo que no tuve
sino en tal vez?
Mi dehesa
es una cómoda artesa
para que el prójimo aliñe
su grávido pan
Destiñe
este oficio mi corteza
de llovizna
La conjura
del buen amor es la orilla
de una página amarilla

¿Fue alguna vez la dulzura?
¿Fue una estación la ternura
o sudó flores un cuerdo
ante los ciegos?
Recuerdo
sólo mies en agonía
Tanta palabra baldía
Tanto me pierdo
me pierdo

 

Tomado del libro (In)vocación por el paria. PREMIO IBEROAMERICANO CUCALAMBÉ 2000. Publicado por la Editorial Sanlope (Las Tunas, 2001)
 

FICHA
Pedro Péglez González: Poeta, periodista e historietistacubano. Nació en Ciudad de La Habana en 1945. Miembro de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba y de la Unión de Periodistas de Cuba. Se desempeña en el periódico Trabajadores, donde ejerce la crítica literaria. Entre otros, ha recibido: en el 2000, Premio Iberoamericano Cucalambé de décima escrita; en el 2001, premio extraordinario en el concurso nacional de poesía Regino Pedroso; en el 2002, premio en el concurso nacional de poesía Regino Boti; y en el 2004, por segunda vez, Premio Iberoamericano Cucalambé. Entre sus publicaciones: cuadernos de poesía para niños Canciones de abril y julio (Editorial Gente Nueva, 1983) y Hacer y hacer (Idem, 1984), el cuaderno La ciudad como testigo (Ediciones Valle, Bejucal, 1986), el plegable Glosa por ti (Editorial Sanlope, 1996) y los decimariosLos estertores del agua (Idem, 1998), Virilmariposa dura (Editorial Unicornio, 2001), (In)vocación por el paria (Premio Iberoamericano Cucalambé, Editorial Sanlope, 2001), La noche es ella (Ediciones Como un ave libre, 2001) El ácana diluvia (Idem, 2001), Tribulaciones del arca (Editorial Luminaria, 2002), Paflagoniade noche según el condenado (Editorial El Mar y la Montaña, 2003), Cántaro inverso (Premio Iberoamericano Cucalambé, Editorial Sanlope, 2005), y Donde dice primavera y es otoño (Ediciones Matanzas, 2007) así como el poemario en versos libres Últimas puertas podadas por la nieve (Ediciones Unión, 2005). Preside el grupo de poetas Ala Décima, con base en Alamar, Ciudad de La Habana, Cuba.