Sancti Spíritus: fiesta por los 40 de una casa en deterioro

Lisandra Gómez Guerra
23/10/2018

Desde hace cuatro décadas, la ciudad del Yayabo ha cobijado en un espacio seguro al movimiento de artistas aficionados y a quienes, deseosos de conocer sobre una u otra manifestación, han tocado las puertas de su Casa de Cultura. Aún se recuerda con alegría cuando un grupo entusiasta comenzó a dar los primeros pasos para materializar la idea de erigir un centro donde ofrecer herramientas metodológicas y conocimientos necesarios para amoldar las primeras actitudes y aptitudes en el panorama artístico. Esta iniciativa, sin límites de edad, cumplía, además, con una disposición que se aplatanaba en otros puntos de nuestra geografía.

Ello ocurrió el 19 de octubre de 1978 en la actual sede de la Dirección Provincial de la Asociación de Combatientes de la Revolución Cubana, plantada en la céntrica calle de Luz y Caballero de la añeja urbe. Su teatro y amplio salón recuerdan todavía aquellos días de constantes creaciones, de un ir y venir bisoño, de un estremecimiento extensivo a todo el panorama artístico espirituano.


En la Casa de Cultura Osvaldo Mursulí, con cuatro décadas de vida, se pueden dar
los primeros pasos en el mundo del arte. Foto: Ecured

 

Sucesivamente, el resto de los municipios hicieron suya esta propuesta. Las Casas de Cultura se extendieron hasta las comunidades más intrincadas, en busca de fomentar la pasión por el arte y ayudar a expresar los mundos interiores.

Pasados unos años y bajo múltiples pretextos, la Casa de Cultura Osvaldo Mursulí se mudó a otro nobilísimo inmueble: el actual edificio de Cervantes No. 11, ubicado en el lado sur del parque Serafín Sánchez Valdivia. A este acto asistió Armando Hart, entonces Ministro de Cultura.

En sus dos plantas fueron acondicionados varios talleres de creación y espacios para el debate. Su céntrico portal es el escenario ideal para cuanta acción artística se realiza desde 1987, por el objeto social que defiende.

Al desempolvar sus resultados en estos 40 años de vida, se evidencia un quehacer constante. Múltiples premios a nivel nacional, sobre todo, en las manifestaciones de literatura y artes plásticas, confirman que el centro artístico-metodológico no se ha cruzado de brazos y ha sabido explotar los saberes de quienes fungen como instructores de arte o especialistas.

“Hemos avanzado en la calidad del préstamo de nuestros servicios, aunque aún nos falta por aglutinar a un mayor número de niños, jóvenes y adultos mayores, ya que nuestra provincia es una de las más envejecidas del país. Nuestra intención es ganar en espacios de presentación para que se visualicen nuestros resultados, y no aprovechar solo la posibilidad que se nos brinda durante la Feria del Libro o las Lunas de invierno, cuando formamos parte de sus programas”, refiere Félix Ramón Delgado Barrizonte, joven instructor de teatro que desde hace un año se desempeña como director de la casona.

Afortunadamente, el espacio se ha fortalecido por la realización de una decena de acciones mensuales, así como por el acompañamiento sistemático de quienes llegan hasta allí para aprender, aunque hoy no cuenten con todos los recursos para la impartición de talleres.

“Tenemos problemas con los instrumentos musicales. Las clases se dan gracias a los materiales personales que traen nuestros profesores. Otra de las situaciones que nos golpea es la fluctuación de personal, dado los bajos salarios. Como alternativa, buscamos apoyo en la vanguardia artística para atender las necesidades metodológicas de nuestros instructores y de las personas que solicitan sus servicios”, añade.

Llegar a esta institución resulta fácil, no solo por su privilegiada ubicación geográfica, sino porque jamás se ponen objeciones a los interesados en cursar alguno de los talleres. “Tenemos la obligación de trabajar con todas las personas y así lo hacemos. Nuestras puertas están abiertas hasta las 5:00 p.m., y durante las noches el espacio se utiliza para presentaciones y exposiciones”, alega Félix Ramón Delgado, quien se mantiene diariamente en vela, desde su llegada a la edificación, para que las numerosas calamidades constructivas que aquejan al local no deterioren los servicios.

Cumpleaños a medias

A pesar de esa alegría arrolladora que se respira en las inmediaciones del inmueble y en su colectivo, las cuatro décadas de la Casa de Cultura Osvaldo Mursulí exhiben condiciones constructivas deplorables.

Lastimosa imagen se regala en el parque Serafín Sánchez Valdivia, un área bella de nuestra urbe, ya que pintura caída, ventanales y puertas carcomidas, mobiliario pobre y en mal estado, y desechos naturales de golondrinas predominan entre las paredes de uno de los bienes culturales con grado uno de protección de nuestro patrimonio.

Aunque ya un diagnóstico desnudó esas y otras fisuras, y motivó algunas labores de rehabilitación, el lugar está muy lejos de alcanzar la prestancia y confort de cuando fue concluida en el siglo XIX.


A Félix Ramón Delgado Barrizonte lo desvela el mal estado constructivo de la casona. Foto: Periódico Escambray

 

“Desde hace un año se realizan algunas labores como el cambio de vigas, pero la chapucería ha caracterizado esas acciones, que no han finalizado aún, a pesar de su cuantioso costo. Tengo trabajadores que dicen que van a jubilarse y no verán la Casa de Cultura reparada, porque todo el mundo ‘se lava las manos’. Es triste ver pasar personas decisoras por su portal y que no se dignen siquiera a preguntar qué pasa”, acota.

Subordinada a la Dirección Municipal de Cultura en Sancti Spíritus, la institución se erige a la vista de todos en tan deplorable estado. Una realidad que es posible cambiar, como ha sucedido en Jatibonico y en Taguasco, donde las Casas de Cultura exhiben condiciones favorables. Sería injusto perderla totalmente.

Fiesta con muchos regalos

Esta realidad no ha empañado las ganas de celebración del colectivo del emblemático centro espirituano. Un apretado programa que tuvo lugar entre el 9 y el 19 de octubre le asegura muchas alegrías. En la lista de actividades se distinguen encuentros con fundadores, develación de tarjas en sus sedes, realización de talleres especiales de creación, un concierto con Rosa Campos —reconocida cantautora cienfueguera que laboró en la institución—, la presentación del boletín Letras con textos de antiguos estudiantes, así como una gala conmemorativa.

Mas el mejor obsequio, quizá por el sacrificio y el trabajo en comunión, es la materialización y presentación de la producción discográfica Por un mundo mejor: “Es un disco con esfuerzos propios. Fue grabado en la propia casona, con el apoyo de uno de nuestros operadores de audio y con respaldo técnico del Teatro Principal. En él se puede escuchar gran parte de nuestro movimiento de artistas aficionados”, concluyó Delgado Barrizonte.

Mucho camino le resta por andar aún a la Casa de Cultura Osvaldo Mursulí, para fortalecerse y para que muchas personas la reconozcan como verdadero camino donde dar los primeros pasos en el mundo del arte.