Roger Waters critica el fascismo en Brasil

Guille Vilar
16/10/2018

Durante todo este mes de octubre, Roger Waters, el mítico compositor, bajista y vocalista de Pink Floyd, tiene una serie de conciertos con su propia banda por distintas ciudades de Brasil, como Sao Paulo, Brasilia, Salvador, Belo Horizonte, Río de Janeiro, Curitiba y Porto Alegre. Y fue precisamente en el Arena Palmeiro, de Sao Paulo, donde se expresó en contra de la posible elección del derechista candidato presidencial Jair Bolsonaro, a dos días de haberse realizado la primera vuelta de dicho proceso electoral.


Roger Waters. Foto: Clarin

 

Dirigiéndose a una multitud de 45 000 brasileños, Waters sentenció: Ustedes tienen una elección importante en tres semanas. Van a tener que decidir a quién quieren como próximo presidente. "Sé que no es de mi incumbencia, pero estoy en contra del resurgimiento del fascismo por todo el mundo", y agregó: "Como defensor de los derechos humanos, incluí el derecho de protestar pacíficamente. Preferiría no vivir bajo las reglas de alguien que cree que la dictadura militar es algo bueno. Recuerdo los días ruines en América del Sur, las dictaduras, y fue feo", concluyó el afamado músico. Seguidamente, entre los aplausos y abucheos de una audiencia dividida, sentenció que el neofascismo está en aumento y enumeró una serie de líderes mundiales marcados por defender políticas de ese corte, como es el caso del presidente Donald Trump, de los Estados Unidos; Le Pen, en Francia, y Bolsonaro en Brasil.

Quienes no conozcan del activismo político de Waters pudieran pensar que se trata de un oportunismo suyo para promocionar su actual presencia en Brasil, pero en verdad tales comentarios reflejan las inquietudes de un ser humano profundamente preocupado por estos tiempos difíciles que estamos viviendo.

Quizá las primeras señales de su militancia en contra del fascismo se puedan encontrar en canciones como When The Tigers Broke Free, pieza compuesta en 1982 para la película Pink Floyd: The Wall y dedicada a la memoria de su padre, soldado británico que perdió la vida en la batalla de la ciudad italiana de Anzio, en 1944. Pero, más allá de su obra como músico, Waters ha expresado públicamente sus puntos de vista en relación con realidades polémicas como la opresión del pueblo palestino por parte de Israel: "Ellos (el Estado de Israel) —expresó durante una visita a Cisjordania en el 2015—, se ‘llenan la boca’ haciendo creer que quieren la paz con los palestinos; se producen diálogos sobre cómo buscar una solución al conflicto entre ambas partes, pero al mismo tiempo, continúan echando a la gente fuera de sus casas en el desierto de Negev y en el este de Jerusalén, y, además, están anexando grandes partes de la ribera occidental. Así que mientras se habla de todo eso… silenciosamente se están apoderando de un enorme pedazo de tierra. ¿Y qué pasa con los palestinos?", se preguntó Waters.

De ese mismo año es también la correspondencia ocasional entre el propio Waters y el músico brasileño Caetano Veloso. Este último quería presentarse en Israel, por lo que Waters le llama la atención acerca de la situación del pueblo palestino y le pide que se una al Movimiento BDS, que implica boicot, desinversiones y sanciones contra el Estado de Israel. El movimiento BDS —escribe en un fragmento de la carta—, al que le estoy pidiendo que se una, es un movimiento mundial para exigir la libertad, la justicia y la igualdad para los palestinos. Está expandiéndose rápidamente debido a la creciente conciencia internacional sobre la opresión que los palestinos han sufrido estos últimos 67 años. El actual régimen derechista de Netanyahu es solo el último gobierno en perpetrar actos crueles de injusticia y colonización.

Al mismo tiempo, el compositor de la famosa canción Another Brick in The Wall, de Pink Floyd, se manifestó abiertamente contra el muro levantado por Israel en Cisjordania: Lo había visto en fotos, he escuchado mucho de él, pero sin verlo en persona es imposible imaginar qué tan extraordinariamente opresivo es y lo triste que es ver a estas personas a través de estos pequeños hoyos, dijo el músico británico. Y hablando de muros, desde el mandato de W. Bush, Roger Waters ha sido un acérrimo crítico del muro que el gobierno norteamericano quiere levantar en los 1 200 kilómetros entre la frontera de ambas naciones norteñas. Memorable es el gigantesco cerdo inflable del concierto en el Estadio Universitario de Monterrey, en marzo del 2016, donde se podía leer el cartel: ¡Cerdo Bush, derriba el muro de la frontera! Posteriormente, en septiembre del mismo año, durante un concierto en El Zócalo, de Ciudad de México, hizo un llamado por los desaparecidos de Ayotzinapa, con un mensaje dirigido al presidente mejicano Enrique Peña Nieto desde el mismo escenario: “Existe otro muro, el de los privilegios que dividen a los ricos de los pobres… la vez anterior que estuve aquí, conocí a algunas familias de los jóvenes desaparecidos. Sus lágrimas se hicieron las mías, pero las lágrimas no traen de vuelta a sus hijos… Señor Presidente, más de 28 000 hombres, mujeres, niñas y niños han desaparecido, muchos de ellos durante su mandato desde 2012. ¿Dónde están? ¿Qué les pasó?… Recuerden que toda vida humana es sagrada, no solo la de sus amigos. Señor presidente, la gente está lista para un nuevo comienzo. Es hora de derribar el muro de privilegios que dividen a los ricos de los pobres. Sus políticas han fallado. La guerra no es la solución… Señor Presidente, escuche a su gente, los ojos del mundo lo están viendo”.


El cerdo inflable, presente siempre en sus conciertos, tenía en esta ocasión frases como "Cerdo Bush"
y "Derriba el muro de la frontera". Foto: Juan José Cerón

 

Semejante nivel de cuestionamiento social nos recuerda al del exBeatle John Lennon quien, como represalia por sus ideales progresistas, tuvo que enfrentar, junto a su esposa Yoko Ono, largos años de persecución del FBI durante el gobierno de Richard Nixon, empeñado en deportar a la pareja de los Estados Unidos. Tal era el nivel de consternación provocado en la administración norteamericana debido a las denuncias de Lennon en contra de la guerra de Vietnam y por los derechos civiles de los afronorteamericanos, que este acoso solo cesó abruptamente con el escándalo del Watergate.

Por supuesto, las críticas de Waters a las tendencias fascistas de Jair Bolsonaro no van a decidir el futuro de las próximas elecciones en Brasil, pero obviamente constituyen el aliento, proveniente de una personalidad de gran arraigo en la historia del rock, para quienes apuesten por un Brasil libre y democrático. Lástima que otras figuras igualmente paradigmáticas del género en cuestión no se arriesguen a expresar abiertamente sus opiniones políticas, como lo ha hecho Roger Waters a favor de los ideales más justos de la Humanidad.