Pensando la danza y la música desde las ciencias sociales

María Carla Gárciga
13/4/2017

Acercarse a las manifestaciones danzarias y musicales desde diversos presupuestos teóricos, constituyó el motivo fundamental que aunó durante tres días a investigadores cubanos y franceses, junto a participantes de otras naciones como Colombia, Argentina, Estados Unidos y México, en el Coloquio Internacional Música, Danza y Ciencias Sociales, celebrado en el Instituto Cubano de Investigación Cultural (ICIC) Juan Marinello.

Como apuntan sus coordinadoras Kali Argyriadis (IRD, URMIS) y Rosilín Bayona (ICIC) en la fundamentación del evento, las prácticas musicales y coreográficas han constituido objetos privilegiados tanto de los folkloristas y de los musicólogos como de los investigadores de ciencias sociales en el marco de la construcción de identidades regionales y/o nacionales. En diferentes épocas y en relación con los juicios estéticos y morales de las sociedades donde se desenvolvían, los géneros y estilos musicales o dancísticos han sido documentados, categorizados, clasificados y jerarquizados.


Foto: Cortesía de la autora

Así, el intercambio estuvo signado por algunas interrogantes como: ¿Cuáles estilos o géneros han sido calificados de “lascivos” o “decentes”, y con qué variaciones a través del tiempo? ¿Cuáles, y en qué época, han sido vistos como expresión del salvajismo o de la marginalidad, o al contrario, como estandarte de una cultura tradicional patrimonializable? ¿Por qué y en qué circunstancias algunos quedaron plasmados bajo el sello de “ortodoxos” o no, “populares” o “cultos”? El coloquio se planteó, de esta manera, distanciarse críticamente de ciertos prejuicios y estereotipos tradicionales que suelen encasillar y reducir las prácticas danzarias y musicales, para en cambio abrir otras vías de estudio que las consideren hechos sociales totales.

La sesión matutina estuvo dedicada a la presentación y debate de ponencias resultado de estudios sobre la danza y la música por parte de investigadores cubanos y extranjeros. Por otro lado, en la tarde se efectuaron tres talleres prácticos, impartidos en tres tandas vespertinas de tres horas cada una, para explorar nuevos métodos y objetos de investigaciones en estos campos del saber.

La Rumba auténtica de Cuba: de baile lascivo a Patrimonio Cultural de la Nación Cubana fue el título de la ponencia de la investigadora Bárbara Balbuena, quien reflexionó acerca del origen, evolución y características de la Rumba como uno de los géneros músico-danzarios más auténticos de la cultura popular tradicional cubana. En este sentido, Balbuena provocó enriquecedoras intervenciones entre los presentes, al abordar cómo, desde su creación, la rumba fue considerada por algunos sectores como un baile vulgar, lascivo, indecente, obsceno, indecoroso y correspondiente a un ambiente licencioso y frívolo; debido al carácter bullicioso de la música y a los movimientos corporales con alto sentido erótico ejecutados por las parejas. Dentro de sus estilos, se hizo referencia al yambú, el guaguancó y la columbia, además de las rumbas miméticas y la llamada rumba teatral.

Por su parte, el teórico francés Julien Mallet, mediante el estudio Inversión del estigma, cuerpos y músicas “calientes” en Madagascar, se aproximó a la difusión de una música, otrora exclusivamente regional, hacia el contexto capitalino y nacional en general. Con ello se ha producido la mutación de referentes identitarios y la inserción de nuevas formas musicales asociadas a préstamos internacionales contemporáneos tanto africanos como norteamericanos. Según apunta Mallet, este fenónemo se encuentra hoy encabezado en gran parte por mujeres convertidas en estrellas y remite a imaginarios múltiples.

A los fans en tanto categoría de público despreciada, tal como suele serlo a menudo la cultura de masa, popular o mediática, dedicó sus reflexiones el intelectual francés Gabriel Segré mediante la ponencia Sociología de los fans: un público y un objeto despreciados. Desde esta perspectiva, propuso cuestionar dicha categoría, construida en gran parte por los medios y la prensa, y recordar cuáles son sus motivos y características, para finalmente mostrar que muchas veces, en realidad, el fan suele alejarse de los prejuicios vehiculados por los medios, y en particular de esa pasividad y alienación que supuestamente encarna.   

La segunda jornada del encuentro dio inicio con el estudio Prácticas y dinámicas de algunas expresiones de la Música Popular Tradicional Cubana en la actualidad, de la investigadora Cary Diez. A partir del trabajo de campo, expuso los procesos creativos pertinentes a las prácticas de algunas expresiones de la Música Popular Tradicional Cubana poco visibilizadas. A través de su indagación, Diez reveló que dichas expresiones músico- danzarias constituyen la base del entorno actual de la música popular cubana, y por ello pretende contribuir a su reinserción en el ámbito de la enseñanza artística, de la investigación académica y de los medios de comunicación.

Las pautas de socialización contenidas en las células rítmicas dominantes en la música cubana bailable fueron abordadas por el profesor Roberto Fernández Blanco, quien mediante el examen de las regulaciones contenidas en las prácticas culturales dentro del sistema social en que existen, estudió las células rítmicas en tres géneros de la música bailable: reguetón, salsa y son. Para ello se valió del análisis de contenido del tumba´o y obtuvo como resultados que en la producción y consumo de música cubana bailable lo dominante es la asimetría social; si bien existen evidencias de simetría residual y emergente que deben ser tomadas en cuenta.

Hacia el son jarocho entre México, Estados Unidos y Europa ha enfocado sus investigaciones el sociólogo francés Christian Rinaudo, quien hizo énfasis en los vínculos entre circulación de las prácticas culturales y la movilidad de los practicantes. A partir de un análisis sobre el son jarocho, música de tradición oral originaria de Veracruz en México, Rinaudo exploró los efectos de la movilidad de esta práctica y de sus practicantes sobre los procesos de definición de la misma.

Por su parte, el profesor Noel Bonilla, a través de su ponencia Danza contemporánea hoy: entre el agotamiento y el fin de la representación. ¿Qué teorías para qué historias?, discursó en torno al sentido de “ser en danza” de la teoría y la práctica creativa en la danza contemporánea hoy, confinada entre su agotamiento y el fin de la representación. De esta forma, hizo un llamado a la emergencia de otras maneras en la teorización para abordar la enunciación escénica de la danza.

En otro orden de ideas, Christophe Apprill presentó Lo femenino y lo masculino en la práctica dancística: erotizando el cotidiano, estudio mediante el cual se insertó en las codificaciones de las relaciones entre los sexos en el sistema de bailes en pareja, impregnadas por una normatividad heterosexual, donde se observan a veces vivas formas de reafirmación de la dominación masculina, heredada en gran parte de la historia de estos bailes. Entre otras interrogantes, el investigador busca dar respuesta a la cuestión: ¿de qué manera las técnicas y las codificaciones de bailes heredados del siglo pasado se adaptan a las recomposiciones de las relaciones entre mujeres y hombres? 

Finalizó el segundo día de reflexiones la socióloga Rosilín Bayona, con la ponencia Combinando categorías: cuestión racial, género y rap femenino en la escena musical cubana. En ella la investigadora hizo referencia a la audacia y el pensamiento crítico presentes en las mujeres raperas cubanas, lo cual da apertura a un nuevo escenario, conceptos y miradas para las féminas en el espectro musical. Según apunta el estudio, la existencia de un imaginario femenino en la música rap permite prestar atención a varias problemáticas existentes en la sociedad desde diversas aristas sociales, políticas, económicas y culturales que se transforman en certeros mensajes.

Con el estudio La música en el siglo XX. ¿Un hecho social total?, de la doctora María de los Ángeles Córdova, dio apertura el tercer y último día del coloquio. La autora reflexionó sobre el concepto de hechos sociales totales a partir de las complejidades que plantea el estudio de la creación, difusión, circulación y apropiación de la música en la sociedad cubana.

Seguidamente, la estudiosa Sara Le Menestrel, por medio de la ponencia “Music is not a crime!” La legislación sobre el ruido en la Nueva Orleáns post Katrina, dio cuenta de los desacuerdos entre diferentes actores del espacio público: la municipalidad, las asociaciones barriales y los actores de la escena musical, representados por una nueva asociación, The Music and Culture Coalition in New Orleans (MACCNO) en torno a la legislación vigente, que reglamenta la música en vivo. A través de su análisis, la investigadora pretende inscribir dichos conflictos en el debate más amplio sobre la regulación y el control del espacio público.

Los vehículos de expresión de la subalternidad en algunas danzas de la región de Texcoco fue el tema abordado por el Dr. David Robichaux a través de la ponencia del mismo título. En ella plantea que existen al menos  cuatro danzas (con diálogos) en donde se reproduce el esquema jerárquico de la hacienda, con peones, administradores y hacendados; mientras que otras dos representan peregrinaciones de indios. En palabras del estudioso, “hay una representación de la desigualdad del pasado en la cual las personas de hoy se reconocen. La identificación sigue siendo como miembros de comunidades que fueron de indios, lo que ubica a la gente en la actual estructura social del país, erigida en el sistema colonial de castas”.

El investigador Nicolás Puig, por su parte, se centró en el desarrollo incipiente, pero duradero, del electro-rap entre los refugiados palestinos en el Líbano. El género solo puede ser comprendido tomando en cuenta el contexto de inmovilidad de los refugiados y las diferentes circulaciones que organizan en reacción. En este sentido, Puig se enfoca en la materia sonora, movilizada en la composición / creación musical, que se colecta en diversos contextos culturales; y los sonidos que los actores hacen circular para llevar a cabo una obra musical y así compensar las divisiones geopolíticas.

La sesión teórica concluyó con la ponencia del investigador cubano Joaquín Borges-Triana Estudios de música popular en Cuba: una asignatura pendiente, la cual analiza las causas de la aridez en los estudios de música popular en la Isla, entre las que destaca el desinterés académico, la subestimación de la música popular, la inexistencia de programas de enseñanza para el estudio de la investigación en música popular y el desconocimiento de qué aspectos fundamentales debe dominar un estudioso de la materia.

A su vez, los tres días del evento, durante la sesión verpertina, se desarrollaron tres talleres temáticos: Práctica y teoría del cuerpo en sociedad, por el sociólogo Christophe Apprill; De la investigación a la promoción cultural: algunas herramientas etnomusicológicas para el distanciamiento crítico, a cargo del etnomusicólogo Julien Mallet, y Aproximaciones a los entornos sonoros: teorías y prácticas, del antropólgo Nicolás Puig.