Otra vuelta a la ceiba por la villa de San Cristóbal

Onaisys Fonticoba Gener
21/11/2016

Este 16 de noviembre, cuando La Habana arribó a sus 497 años, cientos de personas contuvieron su sueño para rondar, a las 12 de la noche, la ceiba que se yergue en el sitio fundacional de la ciudad. Siguiendo la tradición, se esperó el aniversario dando tres vueltas al árbol que recuerda el lugar donde se realizaron la primera misa y el primer cabildo de la villa, el mismo 16 de noviembre pero de 1519.

Para algunos historiadores, sin embargo, su fundación sucedió años antes, en julio de 1515 o de 1514. Incluso, su condición de séptima villa ha sido cuestionada, estimándose que sea en realidad la sexta establecida por los españoles.

Originalmente ubicada en la costa Sur, solo se denominó San Cristóbal de La Habana cuando sus habitantes se desplazaron a las tierras del cacique aborigen Habaguanex, en la zona Norte. Desde entonces La Habana ha ido construyéndose y renovándose hasta convertirse en una de las siete maravillas del mundo moderno, con más de un millón de habitantes, 860 monumentos de valor ambiental y 88 de valor arquitectónico.

Por esos motivos, en el aniversario de la ciudad no solo se recordó su patrimonio histórico, arquitectura o la fusión étnica que presenció desde sus inicios. En la capital cubana —como en cualquier sitio de la Isla— no fue posible sustraer alguna de sus partes y referirse únicamente a ella porque la cultura, ese halo que nos une e identifica, fue el idioma común que distinguió los festejos.

No se trató únicamente del arte y sus manifestaciones. Para el acontecimiento la Dirección Provincial de Cultura organizó una jornada de actividades que, además de abarcar todos sus municipios, incluyó la investigación sobre las artes y el vínculo con la comunidad.

Encabezaron el programa el XXII Simposio de la Cultura, dedicado a los aniversarios 135 del natalicio de Don Fernando Ortiz y 50 de la publicación de la novela testimonio Biografía de un Cimarrón; el Salón Habana —la más importante exposición competitiva entre los profesionales de la plástica, Instructores de Arte y miembros de la Brigada José Martí de la capital—; y la XXVII edición del Premio Literario Luis Rogelio Nogueras, que convocó este año en el género cuento.

Especial relevancia tuvieron las Noches Culturales en el Malecón Habanero, proyecto que se realizó de modo simultáneo en 15 puntos de la franja costera e incluyó entre sus protagonistas a los grupos de pequeño formato La Ley y Lany el Real, de la compañía de modas Avances, dirigida por Raúl Castillo; así como la presentación de varios iconos de la filmografía cubana contemporánea.

Otras actividades fueron la gira de la orquesta Isla Caribe Habana por varias localidades de la capital; el festival “Costumbres y tradiciones habaneras”, en la Casa municipal de la Cultura de Arroyo Naranjo; y el coloquio “Función social de los museos”, en el Museo Municipal de Playa.

Un aniversario de lujo que abrió con la tradición y cierra con la promesa de seguir cultivándola.